Esa noche no dormí, como hacía cada vez que estaba mal o desanimada, o bueno... como cuando tu mejilla está más hinchada que el trasero de Nicky Minaj.
Eran las 5:30 y me duché rápido, me iba a ir antes para no tener que cruzarme a mi madre o a mi padre. Intenté cubrir lo más que pude con kilos y kilos de base mi mejilla, pero no hubo caso, así que opté por unas gafas de sol.. nunca fallaban.
Tomé mi mochila y a las 6:00 ya estaba partiendo, por suerte nadie estaba despierto, excepto el personal, que resultó ser más agradable que mi propia familia.
Le mandé un mensaje de texto diciendole a Mat que no pase por mi ese día, y sólo recibí un 'visto'.
Puse mis audífonos y pulsé 'This is Gospel-Panic! At the Disco' pero en la versión piano, amaba esa canción.
El sol aún no era visible pero había una cierta niebla que daba un poco de .. temor. Porque, seamos sinceros, ¿quién no le tendría miedo a caminar sola en una calle con niebla?.
Llegué al establecimiento que aún no estaba abierto y me senté en el borde de la acera, coloqué mi capucha porque hacía frío y seguí escuchando música.. De lejos se veían algunos niños con sus madres, sus pequeñas mochilas y uniformecitos, eran tan tiernos, ojalá pudiera volver a esa época, dónde creía en los sueños, y dónde mi madre me quería, o al menos sentía que lo hacía.
Tenía recuerdos de nosotros tres en una plaza, yo corría mientras mi pelo bailaba con la brisa y mi risa era real, carcajadas y hoyuelos en las mejillas, eso era algo característico de mi, supongo que lo heredé de mi madre.
Ellos me corrían intentando atraparme mientras yo con mis piecitos corría más y más lejos, hasta que me alcanzaron y comenzaron a hacerme cosquillas y darme besos en las mejillas.
¿Qué los hizo cambiar tanto y llevarse todo ese amor que me tenían? Me pregunté. Hasta que alguien me tocó el hombro. Me di vuelta y saqué mis audífonos, la imagen robusta del chico misterioso otra vez en mi campo de visión.. Genial.
-¿Qué quieres?- Pregunté.
-¿Qué haces aquí tan temprano?- Frunció las cejas.-¿Y tu?- Reí cínica.
-No contestes mi pregunta con otra pregunta.- Dijo y se sentó a mi lado en la acera.
-No contestaste la mía.- Lo miré de costado.
-No quiero nada, simplemente llegué más temprano de lo esperado y no había nadie a quién molestar.- Apoyó sus antebrazos en las rodillas flexionadas y juntó las manos.
-Claro, no había mejor idea que molestar a la magnífica Winter Collins.-
-No eres magnífica.- Hizo una mueca.-Sí lo soy.- Asentí con la cabeza.
-No creo que haya tanto sol como para llevar unas gafas puestas. De hecho, está por llover.- Frunció una ceja.
-Lo sé..- Me quedé callada.-Quítatelas- Intentó quitarmelas pero lo esquivé.
-Mejor no.- Me levanté alarmada.
-¿Qué? ¿Te delineaste mal el ojo?- Rió.
-Sí.-Me quedé callada de nuevo.
-¿A ver?- Preguntó levantándose también.-¿Qué te importa?-
-Vamos, déjame ver.- Rió de nuevo.
¿Y a este que le pasa? Un día me odia y al otro se hace el simpático.
-Tengo conjuntivitis.- Hice una mueca como si fuera lo más obvio del mundo.
-Mm bueno- Dijo y pareció desistir.
5 segundos más tarde me los quitó de un suspiro.
Intenté cubrirme con lo que pude.
-Dámelos.- Ni siquiera lo miré. Tomé una pausa y continué. -Ya,por favor-Repetí.
-¿Que..-Lo interrumpí
-Por favor.-Volví a repetir y se las saqué de las manos.
Lo miré con la poca dignidad que me quedaba y salí caminando, en dirección contraria a la universidad, tal vez había sido mala idea venir..Me di vuelta y el chico cual nombre desconocía me estaba mirando.
Idiota.
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Efímera
Novela JuvenilEfímero: 'Dura poco tiempo o es pasajero'. Así era todo lo que transitaba en mi vida, pasajero. Sólo quería algo que permaneciera, o alguien...