Uno

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Chica del café:

12:46 A.M

Era un día como cualquier otro en la ciudad, habían ocurrido más de tres choques, en lo que iba de mí casa al trabajo.
Llovía a torrenciales, llegué hecho una sola gota de agua. Me limpie como pude y me puse a atender a la gente que entraba en la cafetería.

Ya casi terminaba mí turno del sábado, pero escuché una vez más la campanita de la entrada sonar. Voltee con la peor cara pensando quien en su sano juicio se le ocurría aparecer cuando ya estábamos cerrando.

Y te vi. Y vi esos hermosos ojos azules llenos de vida que jamás olvidaré.
No lucias apurada o desesperada como nosotros.

Pediste un café expreso y lo bebiste despacio, como si tuvieras miedo de que se acabará. Parecía que tenías todo el tiempo del mundo, mientras que el resto solo pensaba en lo rápido que corren las agujas del reloj.

Sacaste tu libreta y te enfocaste sólo en ella.

No quería echarte, así que me quedé hasta que estuvieras lista para irte.

¿Cómo haces para que nada te afecte?

Esta noche lo logré consolidar el sueño, asi que decidí escribirte. La verdad creo que serás un buen remitente, hermosa chica de cabello colorido.

Cartas de DesveloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora