Diecinueve

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Alicia:

2:39 A.M

Lluvia.

Día perfecto para un café caliente.

Escuche la campanilla de la entrada y mire hacia la puerta, pero no eras tú. Nuevamente sonó, pero nuevamente no eras tú, esta vez en vez de un viejo barbudo, eran tus amigas... tenía la ilusión de... no se... que vendrías, pero no fue así.

Tenía la enorme tentación de pregúntales que si sabían algo de ti. Obviamente no lo hice.

Volví de la universidad y pase por la cafetería para buscar mi paga... y te vi... sentada en un lugar diferente al que habitúas, con Él...

Entre, salude a mi jefe y busque lo que me pertenecía.

Nuestras miradas se cruzaron y te sonreí, pero tú solo te me quedaste viendo con cara de nada y volviste inmediatamente tu atención hacia ÉL.

¿Me estas evitando? ¿Cómo puedes ignorarme si ni siquiera sabes que existo? O eso creía hasta hoy.

Atte: ¿?

Cartas de DesveloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora