C A P Í T U L O 1

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Otro productivo día en el hospital general de Konoha. La jornada estuvo llena de pacientes que salían satisfechos de las instalaciones, y hubo menos muertes que otros días. Sí, a Sakura Haruno le gustaba su trabajo.

Bueno, su trabajo normal.

Ahora se dirigía con paso rápido a las calles menos concurridas de la ciudad, a uno de esos solitarios callejones de un vecindario mal iluminado. ¿Por qué una mujer como ella andaría sola por esos lugares a tales horas? Fácil: porque su deber era atraer el peligro y acabar con él.

He ahí su otro trabajo, su favorito.

No pasó mucho antes de que empezara a sentir que la seguían. Por lo que podía percibir, eran tres grandes sujetos, con armas punzo-cortantes, con deseos de ultrajar. Comenzó a contonear levemente las caderas, a propósito. Ya tenía experiencia con esa clase de tipejos. A ellos les encantaba echar mano a chicas hermosas, y en ese momento, ella se veía como un blanco fácil. Una señorita desarmada, sin compañía y, probablemente distraída, no era muy difícil de vencer . Hizo la marcha un poco más lenta, para que los rufianes la alcanzaran sin parecer que lo hacía adrede.
Cuando lo hicieron, se hizo la desprevenida y dejó que la arrastraran dentro de un callejón, mientras supuestamente forcejeaba. Uno de los hombres que la acorralaron sacó una soga y le ató las manos para después hacer que se pusiera de rodillas y agachara la cabeza. Ella trató de darle credibilidad a su papel de damisela en apuros soltando una que otra lágrima y suplicando que, por favor, no le hicieran mucho daño. Los hombres rieron, se burlaron. Lo que no sabían era que ella estaba logrando justamente lo que quería: hacer que se sintieran confiados y que bajaran la guardia.

-¿Asustada, linda? No tienes de qué preocuparte, te aseguro que te gustará... -ronroneó uno de ellos en su oreja. Por fortuna, ya había aprendido a controlar su repulsión, y ahora hasta la usaba como arma. Bajó la cabeza con la mera intención de ocultar su rostro, para que ellos pensaran que lo hacía por vergüenza cuando en realidad estaba preparándose para la batalla. Cuando levantó la mirada, tenía una sonrisa astuta y un extraño rombo brillaba en su frente.

-No, cariño. Tú eres el único que va a temblar de miedo aquí. -y rompió la soga que ataba sus manos, dejando perplejos a los maleantes. Se transformó ante sus ojos. De un momento a otro estaba envuelta en un delgado traje escarlata que se ajustaba a su cuerpo, cubriendo también parte de su cabeza, solamente dejando visible desde la nariz a la barbilla. Sus carnosos labios, ahora de un color rojo intenso, se se curvaron en una sonrisa que les quitó el aliento.

Uno de los hombres logró reaccionar y sacó su navaja en posición defensiva, aunque le temblaba visiblemente la mano. Patéticos, pensó Sakura. Sabían lo que les esperaba y aún así querían hacerse los valientes, una melodiosa risa se escapó de su boca. Los otros dos tipos imitaron al primero en sacar sus cuchillos, aunque Sakura percibió que la ira era más grande que el miedo que sentían. Estaban furiosos con ella porque les había frustrado una prometedora noche de diversión, pero también tenían la frecuencia cardiaca muy acelerada. Simple orgullo varonil, no se permitirían jamás perder ante una mujer, y eso sólo hizo que Sakura sintiera más asco por esas personas.

Sin perder más tiempo, uno de ellos se le abalanzó con la intención de atravesarle el cuello con su cuchillo, pero ella lo esquivó como si ya se lo esperara, e hizo que soltara su arma al atizarle una buena patada en la cara, que lo tiró de espaldas. Los otros dos, impulsados por la adrenalina o por la estupidez, también se lanzaron a atacarla. Sakura activó una técnica que consistía en que el rombo envolviera sus extremidades en unas líneas brillantes, para después sorprender a sus atacantes tomándolos por el cuello con una especie de líquido espeso que le salía de cada mano. Sakura ignoró las exclamaciones aterradas de los maleantes y, sin pensarlo dos veces, hizo que chocaran sus cabezas, noqueándolos.

B L O O D Y L L EDonde viven las historias. Descúbrelo ahora