Era una mañana de miércoles, y Sasuke iba con cuarenta y cinco minutos de ventaja sobre su hora límite para ingresar a la oficina. Los días anteriores se había visto un poco apretado en tiempo, por lo que la noche anterior programó su alarma quince minutos más temprano, para así alcanzar a hacer todo lo que tenía en mente. Ah, y no llegar tarde en el intento.
Había estado yendo al hospital siempre que podía, para ver cómo iban mejorando Sakura y las demás conocidas que habían sido afectadas en la fiesta del viernes. Algunas no tenían más que heridas superficiales y contusiones, por lo que ya habían sido dadas de alta. Hoy era el turno de Sakura para salir del hospital. Por eso iba como bólido por las calles de Konoha.
Pasados unos diez minutos, Sasuke ya estaba sentado en la recepción, esperando a que cierta pelirrosa apareciera por los pasillos. Él mismo se había ofrecido a recibirla y llevarla a casa, lo cual le pareció una completa tontería después. No había tomado en cuenta su apretado horario, hecho que podría comprometer su admirable puntualidad.
Cuando el Uchiha llegó al edificio aún era tan temprano que el Sol no había salido en su totalidad, y gracias a eso no había mucha gente en la sala de espera. Y mientras esperaba, se había levantado una o dos veces a servirse café, para apartar de sí la sensación de estar llegando tarde.
Entonces apareció, agarrada del brazo de Shizune y lo saludó con una tímida sonrisa. Hicieron el papeleo necesario con la recepcionista del hospital, Sasuke preguntó por el estado de sus otras familiares (mismas que aún estarían internadas por el resto de la semana), y salieron de las instalaciones.
-¿Te ayudo? -preguntó el pelinegro una vez dentro del auto, al ver como la chica batallaba para abrocharse el cinturón. Parecía que el cabestrillo en el brazo izquierdo le estaba causando problemas.
-No, gracias. Yo puedo -aseguró la muchacha. Y con un último tirón, el cinturón hizo "clic" por fin -. ¡Yo no sé porqué Tsunade insistió tanto en que usara esta cosa! Estoy mejor que nunca.
-Vale más, Sakura... Quizás no sientas molestias, pero de algún modo necesites ese cabestrillo. Tu que eres médico, sabes que eso puede pasar, ¿cierto? -la chica resopló, negando con la cabeza.
-Sí, sí, es posible... - y el resto del camino reinó un silencio que, curiosamente, no resultó incómodo para ninguno de los dos. Pero a Sasuke le inquietó que Sakura estuviese tan callada, tomando en cuenta su naturaleza parlanchina. El pelinegro se atrevió a hablar de nuevo cuando ya estaban en el umbral de la puerta, en la casa de Sakura. Él abrió la cerradura, sabía que Sakura no podía porque era zurda, y tenía prohibido hacer movimientos manuales con el brazo malo, es decir, el izquierdo.
-Naruto me pidió que lo excusara contigo. Dijo que no había podido ir a visitarte ni a ti ni a Hinata porque le surgieron una serie de imprevistos en el trabajo, y que apenas tenía el lujo de tomarse diez minutos para comer... -la chica soltó una risa floja, lo cual animó al pelinegro a seguir - ... El muy Dobe estaba tan estresado que gritaba en lugar de hablar.
-Pff, sabes que eso no es nuevo en Naruto -Sakura lo miró divertida, el Uchiha sonrió de medio lado.
-Sí, bueno, el punto es que te manda saludos. -la pelirrosa asintió con una sonrisa. Se miraron unos segundos, esperando a que el otro hiciera algo. Ésta vez, la muchacha tomó la palabra.
-Gracias por traerme, Sasuke-kun... -de pronto le empezaron a sudar las manos. Observó atentamente al pelinegro, y no pudo dejar de notar lo bien que le sentaba ese uniforme: camisa gris obscuro y pantalón negro.
-No fue nada -la chica se veía roja, por un momento Sasuke pensó en preguntarle si tenía fiebre -. Me voy, tengo el tiempo justo. Nos vemos luego, Sa-ku-ra... - y entonces hizo un gesto cuyo significado sólo entendían él y querido su hermano, Itachi. Le dió a Sakura un ligero golpe en la frente, con los dedos índice y medio; a manera de despedida.
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B L O O D Y L L E
Fanfikce-Voy a enseñarle al mundo la verdadera cara de Bloodylle, o dejo de llamarme Sasuke Uchiha.- _________________________________________ -A ustedes los humanos les gusta soñar ¿no? Pues será mejor que se preparen para el sueño infinito de mi Tsukuyomi...