Harlette I

15 0 0
                                    


El bar estaba cerrando. Una vez que Harlette Ralfoud terminara de limpiar las manchas de cerveza de unicornio de su camisa finalmente podría irse a dormir. No había sido una noche fácil, pero ella era la más capaz para manejar el bar. Sabía como controlar a la gente y entendía mucho del control. La única manera de sobrevivir en el reino tierra era si podías controlarte dependiendo la ocasión. Terminó cerrando todas las puertas y ventanas. Ahora que su turno había terminado, quería dormir.

Apagó la última vela y subió a su cuarto. En la cama había una mujer de pelo rubio. SU mujer de pelo rubio. En el día pertenecía a un hombre, pero a la noche cada segundo robado era para Harlette. Wanderlyn Norig, giró buscando su mano. Ella podía ser una dama en sociedad, pero Harlette sabía por experiencia que también podía ser una niña, una artista, una conquistadora y la reina de las máscaras. Eso era lo que le atraía, y a veces lo que envidiaba.

Wanderlyn nunca entendió los sacrificios que se hacían en la realidad. Nunca conoció la pobreza, o el pasar hambre de la manera en que lo hizo Harlette. Ella era su acceso a la realidad, sus pies en la tierra, la pasión que no podía encontrar en sus teorías sobre el amor y el matrimonio.

- Es de día. ¿No le dijiste a Oruga que volvías hoy temprano?

- No quiero levantarme. No quiero volver con él.

- Ya sabes que no me gustaría nada más que secuestrarte bajo las sabanas, pero Oruga puede pasar en cualquier momento para pedir la renta y no estaría bueno que te vea.

Con muy pocas ganas, Wanderlyn se levantó de la cama y buscó su corsé. Harlette tampoco tenía muchas ganas de que se vaya pero era lo mejor. Ella nunca podría darle la estabilidad que le daba Oruga. Pero tampoco aprobaba el trato matrimonial que Wanderlyn recibía. Él era duro, estricto, cerrado. No tenía tiempo para encargarse de su matrimonio, solo para los negocios. Quería el típico modelo de esposa: alguien que le tenga la comida hecha, la casa limpia y el cuerpo quieto cuando estaban en la cama. Wanderlyn era todo lo contrario, pero había hecho un buen trabajo manteniendo esa fachada.

Cuando Wanderlyn se fue, Harlette aprovechó para dormir al menos un par de horas. Hacía días que las preocupaciones giraban por su cabeza.  No había escuchado de su tío desde lo que le había dicho que iba a ser su última misión en el ejercito. Su hermano había desaparecido hace unos días, después de una pelea con Harlette. Su padre tampoco estaba pero eso no le preocupaba mucho. Era mejor para su cabeza si el borracho de su padre no interfería en el bar. Harlette, que ya estaba preocupada por Wallace, había hablado con su amigo Benny Freut, del ejército de tierra, para ver que se decía en la calle. Eso había sido hace 3 días.

A eso de las 10 tocaron la puerta. Habían dos opciones: Oruga o Benny. Ninguna de las dos le entusiasmaba demasiado, pero sabían cómo controlarlas. Harlette respiró hondo y miró por la perilla.

- Por el amor del sol, ¿qué hicieron ahora?

Abriendo la puerta de golpe, apabulló a los tres hombres que estaban en frente de ella.

- Wallace agredió a un oficial. No pasó a mayores pero es muy probable que si el oficial presenta cargos, tu hermano va a estar en muchos problemas. Después Junhu tuvo un altercado con una dama de escolta- anunció Benny timidamente

Junhu se escondía detrás del cuerpo de Benny. No era la primera vez que eso pasaba.

- ¿¡De nuevo te metiste con una prostituta?! No aprendes más. Seguro que fue Illintia, te encantan las que tienen carácter.

Junhu le lanzó una mirada de perrito mojado pero no se atrevió a decir nada en su defensa.

- Es la cuarta vez esta semana. Tengo que llevarlo en custodia Harlie. Al menos por una noche.

- Por mi encantada. Te lo regalo con moño.

- Harlie...-protestó Junhu.

- Vos ni una palabra. Te va a venir bien una noche detrás de las rejas.

Benny se llevó a Junhu a la comisaría y Harlette arrastró a su hermano adentro del bar. Wallace quiso ir rápidamente a su cuarto pero Harlette le bloqueó la entrada.

- ¿Te volviste loco?

- No empieces. No fue tan grave

- ¡¿No fue tan grave?! Tenes suerte de que Benny es nuestro amigo, sino te puedo asegurar que hubieras terminado peor que Junhu.

- Tranquila. No va a pasar nada. Lo hice para defender a una amiga. Él sabe que si habla se le pudre todo

- ¿Qué amiga? ¿Nua?

Wallace se calló. Su mirada se ensombreció por un instante. Sabía que lo que había hecho era un error y que ya no había vuelta atrás.

- Yo no lo puedo creer. Ya hablamos de esto, ¡te dije que no quería que te metieras con ellos!

- Y ya está. ¡La corté! Pero también los veo de vez en cuando, en especial a Víctor que también trabaja en la fábrica. Y Nua es mi amiga, no iba a tolerar que el esposo la mal...

- ¡¿Le pegaste a Bru?! ¿El jefe del oficialismo fuego? Ah no, ahora sí que te volviste loco.

- ¡SI! ¡En estos tiempos, sí! ¡Cuando te pueden matar, sí! Y después me preguntas porque soy parte de la resistencia. SOY PARTE PORQUE QUIERO SOÑAR CON CAMBIAR LAS COSAS. Por vos, por Nua, por Lumiere, por papá, por Benny, por el tío Nuno, por Illintia. Y por Wanderlyn.

Wallace había tocado un nervio. Sabía sobre ella y Wanderlyn. Harlette se dio cuenta que había perdido la pelea. Mientras Wallace cerraba la puerta de su cuarto, Harlette miró por la ventana. Tenía la sensación de que algo importante iba a pasar pero estaba demasiado cansada como para que le importe. 

Hijos del Sol y la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora