Pasaron los días, hasta que llegó el fin de semana y con él, la gran fiesta del cumpleaños de Perla. Sin embargo, Diego no estaba preparado para ir. Debía cambiarse y arreglarse, y no lo había hecho aun. Tras salir del baño, se puso sus pantalones y se dejó caer en la cama. Cerró los ojos y comenzó a imaginar un sueño, donde por fin Perla y él quedaban unidos para siempre. Por fin, el amor triunfaría para ellos dos. Sin embargo, su sueño se interrumpió con la llegada de Valeria.
- ¡Diego, despierta! ¿Qué haces que no te cambias?
Diego se incorporó y Valeria se sentó a su lado.
- ¿Ocurre algo primo?
- Nada preciosa, nada. Solo me quedé pensando en ella. Y en el dolor que me genera saber que se ve con otro tipo.
- Anda ven. No te pongas así. Ella te estará esperando y si te ve, se pondrá muy feliz.
Diego aun no se decidía. Tenía miedo además de que su presencia en esa fiesta, sea un motivo de amargura para Perla, debido a que Babi no lo quería.
- Prima, creo que será mejor que vayas tú primero. Déjame que me relaje. Te llamaré. Anda ve.
Valeria se levantó un poco preocupada por su primo. Y en el instante en que salía de su habitación, Diego le dijo por detrás:
- Por cierto, el vestido que llevas es muy bonito. Sin lugar a dudas serás la primera princesa del baile.
- ¿Primera princesa? Yo esperaba un poco más.
- Lo siento prima, pero nadie va a quitarle el reinado a mi pequeña Perla.
Valeria se echó a reir y se despidió de su primo, ya que debía ir a ver a su madre para que la lleve.
Finalmente, Valeria llegó a la fiesta y fue recibida por Perla quien la estrechó en un abrazo y estiró la cabeza para ver con quien venía.
- No vino conmigo - dijo Valeria refiriéndose a Diego - según me dijo, vendría más tarde.
Esas palabras aliviaron medianamente a Perla, pero aún así quería ver a Diego. En ese momento, Katina se acercó a saludar a Perla y Babi se acercó a recibir a Valeria. El encuentro fue inevitable.
- Mamá, ella es Katina la mamá de Valeria. Fue quien me ayudó para volver a recomponer nuestra relación - dijo Perla como buena anfitriona.
- Sí hija, ya lo sé - dijo Babi con un tono fingido.
- ¿Vosotras se conocen? - preguntó Valeria a su madre.
- Sí hija... Es una larga historia. - respondió Katina mirando a Babi.
- ¿Quieres pasar? Hay tantas cosas que necesito charlar contigo - dijo Babi invitando a Katina.
- Con mucho gusto - respondió Katina y fueron a caminar por los jardines de la mansión para charlar diversos temas pendientes.
Por su parte, Perla llevó a Valeria con Valentina y las demás chicas, quienes las recibieron con alegría. La reunión venía bien, hasta que Horacio se apareció por detrás de Valeria y le susurró al oído:
- ¡Qué bonita estas! ¿Estás lista para ser la reina del baile?
Valeria sonrió al sentir la voz de Horacio y respondió:
- Pues primero debemos de ganarle a tu hermana. No vaya a ser que terminemos en segundo lugar.
En ese momento también apareció Andrés, quien tomando a Valentina por detrás, desafió a Horacio en el baile:
- Lo siento primo, pero la corona no se queda en esta casa.
- Eso lo veremos. ¡Que empiece el baile! - y tras este grito, los jóvenes que habían asistido a la fiesta comenzaron a buscar parejas para bailar... Todos excepto Perla, quien seguía esperando la llegada de Diego. Al ver que no venía, decidió salir al balcón y se quedó apoyada mirando la piscina. Valeria, que no paraba de bailar con Horacio, observó a Perla que se encontraba sola, por lo que paró de bailar y fue con Horacio a ver que le pasaba. Cuando vieron que estaba triste, Valeria le dijo a Horacio: