❤Trabajando en la compañía de modelaje

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Escuché como reía divertida y me reí en mi fuero interno.
- ¿Qué es tan gracioso? -le pregunté.
-Tú lo eres -me dijo entre una risa -Juro que nunca en mi vida había conocido a alguien tan, pero tan...
- ¿Lindo?
-Tan...
- ¿Hermoso?
-Egocéntrico -afirmó.
- ¿Lo soy?
-No sabes cuánto.
-Yo no diría egocéntrico -dije y me acosté en el sillón poniendo mi brazo libre detrás de mi cabeza -Más bien tengo un muy buen autoestima.
-Y una gran facilidad de palabra.
-Eso es una virtud.
-Ya lo creo, ya lo creo -dijo divertida - ¿A qué se debe tu llamada?
-Quería cerciorarme de mi teoría -le dije. La escuché comer algo - ¿Estás comiendo?
-Si -dijo con la boca llena -Helado.
- ¿A esta hora?
-Es rutina -aclaró -Siempre antes de dormir miró alguna película con un pote de helado en la mano. Y si la película es de amor, un paquete de pañuelos descartable.
- ¿Lloras?
-Y si -dijo y soltó un suspiro -Hay películas que son... muy lindas.
Guardó silencio por varios segundos, y yo también lo hice. Solo escuchaba su leve respiración.
- ¿Mañana haces algo?
-No lo sé, quizás vaya a trabajar. Tengo que sacar las fotos del mes. Y debo ver a Loke...
- ¿Qué? -pregunté al escuchar su nombre.
-Si, mañana iré a verlo a la tarde. Está con gripe, y le prometí que iría a verlo.
-Aja, ahora también eres enfermera.
-No lo soy, pero debo admitir que soy muy buena cuidando gente.
- ¿Y qué pasó con el tema del otro día?
-Ya lo olvidé, además de que me pidió perdón.
-Perdonas fácil -le dije.
-No, soy bastante rencorosa. Pero cuando su perdón viene de corazón, si lo hago.
Escuché como bostezaba.
- ¿Tienes sueño? -pregunté.
-Ahora si -dijo en medio de un bostezo -Bueno Dragneel, me voy a dormir. Te veo el lunes. Adiós.

Colgó el teléfono dejándome con la palabra en la boca. Te veo el lunes.
¡Mierda! Tendré que darles a esos dos perros sus 400 dólares.
¡Dios! ¿Por qué tienes que ponerme a una difícil en el camino? ¿Acaso no soy un buen cristiano? Me puse de pie y caminé hasta mi habitación. Me saqué aquel molesto traje y me puse cómodo para dormir. Me acosté en la cama mirando fijamente al techo.

"- ¿Playa o montaña? -pregunté.
-Depende -contestó.
- ¿De qué?
- ¿Esa es otra pregunta? -preguntó.
- ¿La vas a contar como pregunta? -le dije. Sonrió.
-Si -dijo asintiendo.
-Eres tramposa.
-Depende de la persona con la que vaya. Si estoy con amigas, prefiero ir a la playa. Y si estoy con alguien especial, preferiría ir a la montaña.
- ¿Por qué?
-Van cuatro, señor Dragneel.
-Lo sé, lo sé. Pero prefiero saber.
-Lo mejor de tener frío, es poder entrar en calor."

Sonreí levemente al recordar su interesante respuesta. Cerré los ojos e intenté dormir.
Me desperté por un terrible sonido que vibraba y sonaba al lado de mi oreja. Gruñí frustrado y giré sobre el colchón para tomarlo. Lo acerqué a mi oído.

- ¿Hola? -dije con voz rasposa ya que recién me despertaba.
- ¿Estabas durmiendo? -me preguntó él.
- ¿Y tú qué crees Gray?
-Lo siento, lo siento -se disculpó -No pensé que estarías dormido a estas horas.
- ¿Qué hora es? -le pregunté, mientras me sentaba en la cama.
-Son las 12 -dijo.
- ¿Las 12?
-Sí, sí y no digas que eso es temprano, porque no lo es. Mueve tu maldito trasero y ven a abrirnos la puerta, que el maldito café me está quemando las manos -me dijo Gajeel.
- ¡Ya voy! -me quejé y colgué el teléfono.

Me puse de pie y salí de la habitación, caminé por el pasillo y llegué a la puerta. La abrí y ellos dos estaban allí parados. Giré y volví a caminar hasta la habitación, me volví a tirar en la cama.

- ¡Oye! ¿Dónde están las tazas? -me preguntó desde la cocina Gajeel.
- ¡Por ahí! -le respondí cerrando de nuevo mis ojos.

Escuché como la puerta se volvió a abrir, de seguro esa era Hilda. Mi nana.
Hilda me cuida desde que tengo memoria, y es la que se encarga de mantener limpio mi departamento los fines de semana.

Dangerous Obsession Donde viven las historias. Descúbrelo ahora