❤Casualidad

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Me desperté a causa del maldito despertador que Gajeel me había obligado a tener. Giré sobre el colchón y estiré mi mano para apagarlo. Volví a girar para mirar al techo. Mi cabeza se estaba partiendo, si no me equivoco logré dormir lo mismo que nada. Toda la noche mi conciencia se encargó de que mi persona se sintiera verdaderamente mal.
Me levanté y me dirigí al baño. Me di una ducha rápida y salí para cambiarme. Tomé un poco de café y salí en mi moto para otro maldito día en ese infierno. Recordé que hoy es la maldita fiesta de mi padre. ¡Demonios, nada podía ser peor!
Llegué y me encontré con Gray y Gajeel esperándome para entrar. Sin quitarme los anteojos me acerque a ellos. Fullbuster me miró bien.

-Uuuh, esa es cara de haber tenido mal sexo -aseguró Gray.
-Te equivocas Gray, esa es cara de no haber llegado al éxtasis -dijo Gajeel.

Me quité los anteojos y los miré asesinamente, para luego gruñirles por lo bajo. No estaba de humor para soportar sus teorías y burlas.

-Creo que si las miradas mataran, ya estaríamos muertos Gajeel -dijo Gray.

Los volví a fulminar con la mirada. Maldito si seguía provocándome no iba a terminar bien. Gajeel se acercó a él y colocó una de sus manos sobre su hombro. Comenzamos a caminar hacia las malditas clases, me adelante un poco, pero podía escucharlos perfectamente.

-Amigo, ¿recuerdas que Natsu perteneció al equipo de lucha en la secundaria? -le preguntó Gajeel por lo bajo.
-Si -se limitó a decir Gray.
-También, ¿recuerdas cuando peleaba en los bares?
-Aja -respondió Gray.
- ¿Y recuerdas que peleó con Elfman y lo venció limpiamente?

Giré un poco la cabeza para mirarlos y Gray miró nervioso a Gajeel.

-Si, lo recuerdo.
-Entonces no insistamos más, ciertamente no somos Elfman. No creo que tengamos tanta suerte si continuamos -dijo él.

Llegamos al salón y era una de las pocas veces en las que llegábamos temprano.
Miré a mí alrededor y Aceto no estaba. Gracias a Dios no estaba. Me senté en la última fila y logré hacer que mi cabeza se fuera de aquel lugar. La clase de Historia Universal comenzó, era tan tediosa aquella clase.
La puerta del salón se abrió y ella entró. Me senté derecho para mirarla, y a mi cabeza vino lo de ayer. Habérmela imaginado mientras estaba con otra era algo poco común en mí.

-Lo siento, se me ha hecho tarde -se disculpó.

La profesora la disculpó y ella miró a su alrededor para buscar un asiento. Él único lugar que quedaba era el que estaba a mi lado. Intentó buscar otro lugar, pero nada la salvaría de sentarse conmigo. Se acercó y con cuidado se sentó.

-Buen día -me saludó por lo bajo.
-Ojala pudiera decir lo mismo -le dije. Se giró a verme.
-Uuuh, ¿no dormiste bien anoche? -me preguntó.
-Exacto -dije.

Ella sacó un cuaderno y comenzó a escribir lo que la profesora estaba diciendo. Miré con detenimiento cada movimiento que hacía su nariz al escribir. Llevó la punta de la lapicera a su boca para morder levemente la punta.
¡Oh dios, yo tengo que hacer algo para poder estar con esta chica!
Se giró a verme, y me encontró mirándola fijamente.

- ¿Qué sucede? -me preguntó.
-Nada, solo te miraba -contesté.
-Después puedo prestarte un poco de tapa ojeras, si quieres -me dijo algo divertida.
-Oh, que considerada que eres cariño.
-Lo sé -dijo orgullosa de ella misma y volvió a concentrarse en escribir.

La clase se me hizo lenta e interminable. Lucy contribuía a ello, totalmente concentrada en lo que decían o escribían.

-Podemos salir mañana cariño -le hablé. Se giró a verme.
- ¿Mañana? -preguntó.
-Si, ¿Por qué no?
- ¿Es necesario?
- ¿Cuál es el problema?
-El problema Natsu, es que... no quiero problemas -dijo divertida.
- ¿Problemas?
-Ya sabes de quien te estoy hablando. Lisanna.
-Oh, Lisanna -dije frustrado.
-De verdad tendrías que hablar con ella, está obsesionada contigo. Por un lado le tengo lastima, debe ser horrible enamorarse de alguien que solo piensa en sí mismo.
-Juro que yo jamás le di motivos para que se enamorara -me defendí.
-Natsu... chicas como ella se enamoran fácilmente de hombres como tú.
- ¿Hombres como yo?
-De pura palabra, pero cero compromisos -me dijo.
- ¿Y chicas como tú? ¿Qué clase de hombres buscan? -le pregunté.
Me miró fijo a los ojos y luego sonrió levemente.
-Chicas como yo buscan constantemente alguien que no sea posesivo y esté dispuesto a entregarse a una relación divertida y sana. Un hombre con el que puedas hablar de cualquier cosa y sentirte cómoda -me dijo.
- ¿Loke no podía hacer eso?
-Al principio sí, pero luego se volvió insoportable.
-Yo soy un hombre con el que perfectamente puedes hablar -dije. Volvió a sonreír.
-Si, lo imagino -dijo sarcástica -Eres el sapo imposible de transformar en príncipe.

Dangerous Obsession Donde viven las historias. Descúbrelo ahora