❤Capitulo 31❤

5.9K 294 57
                                    

Me desperté y me senté en la cama algo agitado. Miré hacia mi izquierda y Lucy dormía tranquilamente allí. Solté un suspiro y me volví a acostar. Había tenido una pesadilla, sólo eso. Ella está bien, ella está a mi lado.
- ¿Qué sucede? -su dulce voz rozó mi oído. Giré mi cabeza para mirarla y ella tenía sus ojos bien abiertos.
-Nada, sólo tuve una pesadilla -le dije y me acomodé bien de costado para acariciar su rostro.
Ella se acercó más a mí y escondió su cara en mi cuello. Sus brazos se metieron debajo de los míos y sus manos acariciaron mi espalda.
- Sólo fue una pesadilla -susurró.
-Lo sé -dije mientras cerraba los ojos y disfrutaba de su cercanía -¿Me das un beso?
-Primero necesito ir al baño -dijo mientras se alejaba.
-No, no... primero un besito -hice un puchero.
-Bien -dijo en un suspiro y se acercó a mi boca. Coloqué mi mano en su nuca y la acerqué más a mí.
- ¿Me amas? -le pregunté cuando la solté.
-Mmm... no lo sé -dijo ella mientras se ponía de pie. Sonrió y me volvió a besar -Claro que te amo, ¿Por qué lo preguntas?
-Sólo quería volver a saberlo -le dije.
-Tontín -dijo divertida y entró al baño.
Aquel sueño había sido tan real. Lucy era alejada de mí y nunca más volvía a verla. Mi vida se volvía miserable y sin sentido. Había sido tan fea la sensación del vacío y el dolor. Me volví a acostar sobre la almohada y me tapé bien con las sábanas. Hacía un poco de frío.
Lucy salió del baño y volvió a acostarse a mi lado.
- ¿Qué hora es? -le pregunté.
-Temprano, muy temprano -musitó mientras se acurrucaba entre mis brazos y volvía a cerrar los ojos.
- ¿Qué tan temprano?
-Son las 5 de la mañana, amor.
- ¿Enserio? -pregunté.
-Sí-dijo ella y besó mi pecho -Aun tenemos 4 horas más para dormir. Así que deja de hablar y cierra tus lindos ojos.
La abracé contra mi pecho y cerré mis ojos. Aun la maldita sensación me seguía molestando. Pero decidí ignorarla. Eso sólo una sensación, nada significa.
Las cuatro horas que faltaban para levantarnos pasaron volando y Lucy fue la primera en levantarse y bañarse. Se puso el uniforme de la Universidad y luego se tiró encima de mí para despertarme mientras sus manos intentaban hacerme cosquilla.
-No vas a lograrlo, no las tengo -le dije sin abrir los ojos.
-Bueno, no tendrás cosquillas pero si te dan calor los besos -dijo ella y se metió debajo de las sábanas para comenzar a besar mi pecho y bajar hasta mi estómago.
-Lucy... no -le dije.
- ¿Viste? Yo sabía -susurró y su aliento quemó mis abdominales.
-No hagas eso. Espera... porque... ¡Lucy! -dije elevando mi voz y sacando las sábanas de encima de ella.
Ella estaba sentada a horcajadas sobre mí con aquella linda pollera que estaba obligada a usar para asistir al campus. Sonreí al recordar que así mismo la quería yo cuando estaba encima de Betty. Ella mordió su labio inferior y me miró con ganas.
- ¿Por qué no me haces caso y te levantas? -me preguntó.
- ¿Por qué estás sentada encima mío con esa ropa? ¿Acaso piensas que así voy a levantarme y querer salir de esta cama? -le pregunté.
Podría decirse que ella casi gateó sobre mí hasta llegar a mi rostro. Sus labios rozaron los míos. Su aroma a ropa lavaba y perfume simplemente me excitó.
-Vamos a llegar tarde mi amor... tienes que levantarte, ahora -dijo.
- ¿Tú estás jugando conmigo? -dije y sin darle tiempo a nada giré sobre la cama y la atrapé debajo de mí. Ella rió divertida.
-Esto no es justo -Se quejó ella mientras calmaba su risa.
-Y ¿Por qué no?
-Porque yo era la que te estaba controlando... así no vale, Natsu.
- ¿Tú controlar? Estás equivocada, amor.
- ¿Estás seguro? -dijo sin dejar de mirarme fijo a los ojos.
Entonces entendí aquello, si ella dice que no... a veces realmente es no.
Me bajé de ella y me acosté a su lado.
-Está bien, tú ganas -le dije.
Rió por lo bajo y volvió a subirse sobre mí. Bajó su rostro y me besó tiernamente. Intenté acariciar su rostro mientras la besaba. Pero ella tomó mis manos y las dejó sobre la cama. Se alejó despacio dejándome totalmente idiotizado.
-Ahora sí, nos vamos -dijo y se bajó de la cama.
Soltando un gruñido me puse de pie y entré a bañarme. Lo hice rápido pues al ver la hora, sólo teníamos media hora antes de que comenzara la Universidad. Salí y me cambié. Bajé las escaleras del cuarto de Lucy y me acerqué a la cocina para comer un poco de cereales.
- ¿Vamos? -le pregunté.
-Vamos, amorcito -dijo ella con una leve sonrisa.
Salimos de su casa y otra vez en su auto nos dirigimos hacia otro maldita día de clases. Más rápido de lo que esperé llegamos y allí estaban nuestros amigos.
-Hola -dijo contenta Lucy.
-Hasta que al fin aparecen -dijo Levy.
-Lo siento, se nos hizo tarde -le dije a mi prima mientras besaba su cabeza. Saludé a Juvia y luego les di la mano a Gajeel y Gray.
- ¿Entramos? -dijo Gray.
-Sí, antes de que lleguemos tarde enserio -dijo Gajeel.
Caminamos hacia la entrada. Y Lucy se detuvo. Nos giramos a verla.
- ¿Qué pasó? -le pregunté.
-Me olvidé de unos cuadernos en el auto, voy a buscarlos -dijo.
-Te acompaño -dije y caminé hacia ella.
-No, amor. No es necesario. Vayan yendo que ya los alcanzo -se acercó a mí y me dio un leve beso antes de correr hacia la salida.
Volví hacia donde estaban los chicos.
- ¿Larga noche, Dragneel? -me preguntó Gajeel.
-No le preguntes esas cosas, Gajeel Redfox -lo retó Levy.
- ¿Qué tiene? -Dijo él confundido -Es mi amigo, toda la vida le pregunté sobre sus aventuras de cama.
- ¡Eres un asqueroso! -dijo realmente ofendida y comenzó a caminar más rápido.
Gajeel comenzó a seguirla mientras le decía que no podía enojarse por ello. Reí por lo bajo al igual que Juvia y Gray.
-Se pelean siempre, pero a los dos segundos están como si nada hubiese pasado -dijo Fullbuster divertido.
Mi celular comenzó a sonar. Detuve mi paso y lo busqué en mi mochila. Miré la pantalla y el número que aparecía era desconocido.
-Vamos Dragneel, estamos por llegar tarde -dijo Gray.
- Vayan yendo -Les dije y me alejé un poco para contestar - ¿Hola?
-Lo intenté, juro que lo intenté -su voz paralizó mi cuerpo -Pero no lo comprendiste y no me hiciste caso.
- ¿Qué es lo que realmente quieres, maldita sea? -pregunté nervioso.
-Yo quise hacer las cosas por las buenas y tú me obligaste a hacerlas por las malas. Tú no la puedes dejar bueno, yo voy a ayudarte a hacerlo.
- ¿De qué estás hablando? -Dije sin entender.
- ¿Dónde está Lucy ahora, Natsu? -me preguntó.
Mi corazón se detuvo en ese mismo momento. Solté el teléfono y comencé a correr lo más rápido que pude hacia la salida. La luz de afuera se veía lejana y yo sentía que mis piernas jamás iban a llegar hasta allí. Salí casi volando hacia el exterior y miré hacia donde estaba el estacionamiento. Lucy salía del auto.
- ¡Lucy! -le grité. Ella levantó la vista y me sonrió. Y entonces un auto negro salió de la nada y se detuvo a su lado. Unos hombres salieron de allí y colocaron sobre su nariz un pañuelo - ¡NO!
Corrí hacia ellos pero fue demasiado tarde. Se la llevaron.

Dangerous Obsession Donde viven las historias. Descúbrelo ahora