Me levanto y son las cinco de la mañana, tomo una ducha rápida, me pongo una sudadera, unos tenis y salgo a correr, no corro mucho, sólo como cuatro kilómetros ya que tenia que volver al departamento a cambiarme e ir al trabajo.
Al llegar a la comisaria, me recibe el inspector Sanabria, con una carpeta en la manos. César, es su nombre aunque pocas veces lo llamo así, es con los pocos de la comisaria que tengo una interacción más allá de temas de trabajo, es mi mejor amigo. Fornido, tes blanca, 1,90 de alto, ojos verdes, su barba apenas aparece, como si llevara un poco más de dos días si afeitarse, cabello castaño medio largo, peinado por la mitad con algo de volumen. Es muy atractivo, y aunque estuvo coqueteandome un tiempo como el casanova que es, a pesar de que soy su superior, supo que no era mi tipo y se resignó a lo único que podia ofrecerme era una amistad, lo cual yo no me podía negar ya que me caía muy bien.
- Capitana, que bueno que ha llegado, quiero revisar el operativo de búsqueda con usted, ¿Me acompaña a mi oficina? - Sólo asiento y me dirijo para allá.
- Hola casanova, ¿cómo te fue con Silvia? - Dijo mientras se sentaba atrás de su escritorio.
- ¿Quien? - Me siento al otro lado del escritorio.
- Silvia, la chica con la que te fuiste del bar ayer en la madrugada.
- Ah, ella. - Con que así se llama. - No estuvo mal.
- No puedo creer que no te acordaras de su nombre, si tan sólo ayer te la llevaste a la cama. - Dice mientras se ríe un poco más fuerte de lo normal.
- Si me acordaba, sino que no sabia de que Silvia me hablabas.
- Aja si claro, sabes que no es así. - Se cruza de brazos.
- Bueno si, tienes razón. - Me resigne a responder.
- Tu nunca cambias.
- Tu eres igual ¿O tengo que recordarte con cuantas de la comisaría has dormido?
- Bueno si, igual sé que estas celosa, porque a ellas les gusta el pan y no son tortilleras como tú. - Dijo mirándome arrogantemente.
- Ja Ja Ja que chistoso, yo sin tener eso que te cuelga puedo hacerlas gritar más que tú, que no quiero es diferente.
- No lo haces porque te tiene miedo.
- Querido César, no es mi culpa tener un cargo superior al tuyo, además sabes que no me meto con gente de mi trabajo.
- Vale si, ya demostraste tu punto. - Respondió derrotado.
Siempre nuestras conversaciones comenzaban así, después si nos ponemos a realizar nuestro trabajo con eficiencia, a pesar de ser su superior, para mi era mi igual, me acompañaba a todos los casos y los operativos, hacíamos buen equipo, en el trabajo y en el bar. Solemos ir al bar de siempre, luego de unas cervezas y risas, cada uno va por su plan de conquista, el hecho que me guste las mujeres, no me deja en desventaja a comparación de él, solemos conquistar por igual, lo cual el seguía sin comprender el porqué.
Después del almuerzo, llega mi asistente, es apenas una oficial de primer año y mientras se acostumbra a la ciudad es algo así como mi secretaria.
- Capitana Jiménez, hay alguien quien quiere verla.
- ¿Quién es? - Le pregunto sin apartar la vista de mi ordenador.
- Una periodista, dice que quiere hacerle unas preguntas. - Responde algo nerviosa. Al momento llega Sanabria.
- Dile que la que suele hacer las preguntas soy yo, que por algo soy investigadora, y que no tengo tiempo para alimentar su curiosidad, que no pierda el suyo.
- Si señora. - Tartamudea un poco y se va.
- Oye que grosera. - Me dice César mientras se sienta frente a mi.
- Soy directa, es diferente.
- Si tu lo dices, ¿Pero no crees que seria buena idea hablar con ella? ¿Ampliar tus horizontes de conquista? - Dice levantando una ceja descaradamente.
- No, las periodistas como ella, que van directo al punto más alto de la investigación, son entrometidas, además no suelen ser las más lindas, si hablamos del mundo de las noticias, prefiero salir con las presentadoras de los programas nocturnos, fáciles, sencillas y muy atractivas.
- Eso suena tan cruel, pero sí, siempre que salimos con esas presentadoras todo es más sencillo, a veces es bueno ir a hacer inspecciones a esos estudios.
Me río al recordar algunas andanzas nuestras, artimañas para salir con esas chicas.
Al salir me dirijo al estacionamiento, le muestro mi placa al guardia y este entra a una cabina y me entrega mi casco el cual estaba guardado en un locker, voy y enciendo mi moto y antes de que me ponga mi casco, aparece una mujer, aproximadamente 1,65 de alto, delgada, cabello negro, ojos verdes, y su piel era trigeña algo clara, tenía un saco negro, camisa verde manzana y su cabello recogido en una cola.
La miro extrañada, esperando que se presente.
- Capitana Jiménez, un gusto conocerla, soy Carla Montés, periodista del diari... - No la dejo terminar.
- Si, sé quien es usted, he visto alguno de sus reportajes, además sé que estuvo aquí antes esperando a que le respondiera unas preguntas.
- Que bueno, entonces ¿las responderá?
- No, también recuerdo que le mandé a decir que no perdiera su tiempo, sigo en mi posición. - Me pongo mi casco, pero levanto la visera para poder seguir manteniendo el contacto visual.
- Sí, pero así como usted no se rinde cuando persigue criminales, yo no pienso rendirme con usted, hasta que acceda a responder mis preguntas. - Dice levantando un poco más su mirada ya que antes estaba algo nerviosa y su expresión es firme.
Me quite de inmediato el casco. -Esta usted ¿comparándome con un criminal? Esa parece ser una acusación muy grave. - Le dije con un tono más firme que el de ella, y una mirada intimidante.
- No me malinterprete simplemente comparo su trabajo con el mio, así como usted no se rinde, yo tampoco pienso hacerlo. - Se intimidó un poco, bajo su tono pero seguía mirándome algo desafiante.
- Su trabajo no tiene nada de parecido al mio, si no quiere rendirse bien, de una vez le aviso que pierde su tiempo, yo cumplo con avisarle. Hasta luego señorita Montés.
- Gracias por avisarme, nos volveremos a ver Capitana Jiménez, maneje con cuidado.
Sólo me limito a asentir, tomo mi casco y me lo pongo de nuevo, bajo la visera y arranco a gran velocidad, dejando atrás a aquella morena insistente.
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Te Tendré A Mi Lado
General FictionAmelía es capitana e inspectora de una comisaria de Nueva York, alguien centrada en su trabajo, sin pensar en nadie más, es una mujer complicada, pocas veces alguien logra conocerla al menos un poco más de lo que aparenta ser, pero todo cambiará cua...