Pov. Carla
Mi vida ha cambiado desde que vivo aquí en New York, desde con quién vivo hasta con quién me imaginaba a mi lado en un futuro. No debo negar que en parte me siento triste cuando pienso en ella, en todas esas promesas hechas, esas que las dos rompimos pero que sólo yo resulte realmente rota por dentro.
Flashback
Era de madrugada, acaba de terminar un proyecto, la dirección de un documental sobre La Lista Clinton, me habia tardado más de lo normal porque estaba trabajando a distancia con un compañero que estaba en D.C., yo en cambio, estaba en Alabama, la ciudad que me vio nacer, crecer y lo más importante, conocerla.
Vivía con mi novia, y ella se negaba a irse del estado, del pueblo que la vio nacer, ya que para ella era algo desagradecido, algo hippie lo sé, pero asi era ella, una hermosa pelirroja, con pecas casi tan pequeñas en sus hombros, que si no es porque son demasiadas jamás podrías notarlas, pero cuando estaba recostada en mi pecho mientras dormía, yo era capaz hasta de contarlas sin importar que perdiera la cuenta y tuviera que inicar de nuevo, era ella y mi tiempo contando sus diminutas pecas no podría ser mejor gastado.
Muero por verla ya, desnudarla y hacerla mía. No voy a decir que en la intimidad nuestra relación era digna de una porno, porque no lo era, era algo simple pero que los sentimientos llevaban a que eso simple se convirtiera en lo más especial del mundo.
Debería esperar a que amanezca y que el auto de la empresa donde trabajo me lleve a casa ya que no es recomendable manejar tan cansada pero no me importa, muero por verla y así sea dormida abrazarla y tenerla a mi lado, saber que es mía.
Comienzo a manejar y llego rápido ya que no hay nada de tráfico, hay algo que me sorprende, veo una motocicleta azul tipo harley en el garaje, no sé quién pueda ser, una visita a esta hora de la madrugada no es común. Pero no me preocupo, quizás sea alguno de sus hermanos que ha venido a quedarse, sin embargo en las reuniones familiares no recuerdo haber visto aquel vehículo.
Entro a la casa, y uso la linterna de mi celular porque no queria molestar ni arriesgarme a despertar a mi cuñado el cual probablemente estaría durmiendo en la sala. Cuando entro, ligeramente apunto la luz hacia la sala, veo una chaqueta de hombre color negra pero a nadie durmiendo allí. Extrañada sigo al cuarto y veo dos siluetas entre las sombras, apunto la linterna atravesando levemente mi mano para que la luz directa no despertara a mi hermosa chica. Pero no sé si por la poca luz pero veo dos siluetas, así que quito mi mano para confirmar, hay dos siluetas, que son en más claras, esta ella acostada boca abajo, su espalda descubierta y su cabello alborotado, y al lado había un hombre, creo haberlo visto pero no recuerdo dónde, mide aproximadamente metro ochenta, cabello negro y los musculos de su torso bien marcados, él tiene el pecho descubierto y apenas una sábana cubre su cintura, se nota a simple vista que está desnudo, que están desnudos, los dos. Mi corazón queda en shock, pero no digo nada, salgo de la habitación y me siento en el sofá mirando hacia la ventana y mis pensamientos hacen que el tiempo vuele sin que yo sienta alguna pizca de él.
Cerca de las 6 A.M. escucho unos ruidos en la habitación y veo como salen de ella, llevándose una gran sorpresa al verme ahí.
- CARLA, ¡¿QUÉ HACES TÚ AQUÍ?! - Dice ella, sin ningún color en su rostro, podría decir que hasta sus pecas habían perdido su color.
- Hola, decidí venir apenas acabé pero no me pude acostar porque al parecer la cama ya estaba ocupada. - Digo mientras miro al sujeto que se encargó de acompañar a mi mujer mientras yo no estaba.
- Yo mejor me voy. - Dice aquél mientras se dirige a la puerta.
- No, aquí la única que se va soy yo, con permiso entro a la habitación y saco mi ropa. - En verdad me asombrada con la tranquilidad con la que estaba hablando. Entro a la habitación y apenas escucho como ella echa de la casa al que la estuvo llenando de placer durante mi ausencia.
- Carla, no es lo que parece, yo te amo a ti. - Ahí, preciso en ese momento mi furia, la rabia que había guardado desde hace horas, desde que la vi en la cama con otro para ser exactos, toda esa rabia explotó.
- ¡¿QUÉ NO ES ES LO QUE PARECE?! QUÉ TE VI CON OTRO EN LA CAMA MIENTRAS YO ESTABA HARTA DE TRABAJO PORQUÉ NO ESTOY DÓNDE QUIERO POR ESTAR AQUÍ CONTIGO?! - Mientras grito siento como las lágrimas se desplazan por mis mejillas y ella se siente asustada de mis gritos, porque yo no suelo gritar.
- Por favor no me recrimines que no te has ido a New York por mi. - Responde en casi un susurro.
- No lo estoy haciendo a propósito, sólo te estoy diciendo que ahora no haces nada por mí. Bueno si haces algo, y es fallarme. - Mi voz salió sin emoción alguna, sólo un pequeño toque de una y esa era decepción , con la última frase dicha, las lágrimas habían aumentado su cantidad.
Empaque mis cosas, y me fui, ella quizás al ver que tenía razón y que nada podía hacer por remediarlo, sólo se sentó al borde de la cama, la que era nuestra cama y se puso a llorar, mientras miraba como yo alistaba mi equipaje. Llegué al aeropuerto, pedí el primer vuelo a New York el cual salía dentro de unas cuatro horas, así que me se senté a esperar, aunque llevaba más de veinticuatro horas sin dormir, el sueño y el cansancio parecían que no quisieran hacer reclamo alguno, consideración por la situación por la que estaba pasando mi mente.
Las horas volaron y subí al avión dejando todo lo que alguna vez quise atrás.
Fin del flashback
Quizás no fue la mejor manera de comenzar mis sueños, llegar a la ciudad con la que anhelaba desde pequeña pero necesitaba un empujón y este no siempre tendría que venir del bando de los buenos.
No he salido con nadie desde que mi ex me hizo lo que me hizo, con ella yo me ilusioné hasta el punto de que quería pedirle matrimonio, el miedo a otra decepción parecida me agobia y pues aunque Amelia sea algo nuevo, tiene esa aura de misterio que hace que mi corazón palpite a mil y mi sentido de precaución me alarme hasta dejarme los nervios de punta. Pero a su vez me siento protegida, sé que trata de darme esa sensación y lo logra; a veces siento que hasta trata de protegerme de ella misma.
Esta mujer es un caos y me va a convertir a mi también en uno.
Nota: espero que les esté gustando, y por favor comenten que esperan de esto.
ESTÁS LEYENDO
Te Tendré A Mi Lado
General FictionAmelía es capitana e inspectora de una comisaria de Nueva York, alguien centrada en su trabajo, sin pensar en nadie más, es una mujer complicada, pocas veces alguien logra conocerla al menos un poco más de lo que aparenta ser, pero todo cambiará cua...