Capitulo Tres

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Al llegar a la playa mis amigas se tiraron en la arena para broncearse, por lo que decidí tomar mi tabla y surfear un poco en la espera de Rebeca. La marea estaba algo calmada y no había muchas olas que montar, pero con el simple hecho de estar dentro del agua con mi tabla, ya sentía una libertad inexplicable. La marea estaba subiendo y vi que a unos metros se acercaba una ola por lo que reme acostada sobre mi tabla y cuando la ola me alcanzó me puse de pie y guie mi tabla sobre ésta, sentí como el aire traspasaba sobre mí, como el sol acariciaba mi piel y mi rostro era besado por la brisa del mar, todo generando un éxtasis sublime.

Decidí salir del agua y corrí hasta mis amigas con la tabla bajo mi brazo, ¿qué me tope al llegar? Rebeca estaba ahí, sentada observándome venir. Le lancé una sonrisa y me senté junto a ella, mis amigas estaban con los audífonos puestos por lo que al parecer ni cuenta se habían dado de la llegada de Rebeca.

-¿llevas mucho tiempo aquí?- le pregunté sentándome junto a ella

-solo unos minutos, lo suficiente para verte montar esa ola, eres buena

-gracias ¿ellas notaron que estás aquí?- le pregunté señalado a las chicas

-no, es preocupante, tú estabas allá, algo podría pasarte y no parecen estar atentas a ti

-sí, parece que el bronceado es más importante que yo- dije observando a las tres recostadas poca abajo, con pequeñas toallas sobre sus cabezas

-suerte que ya estoy aquí, yo sí que estaré al pendiente de lo que te ocurra

Me reí de eso, tomé una cerveza de la hielera y se la pase, después destape una para mí y bebí hasta la mitad. El mar me encanta y hacer surf, pero debo decir que siempre termino cansada y con demasiada sed. Mi gusto estaba salado por el agua del mar que logró colarse en mi boca, pero la cerveza lo sustituyó dejando un amargo sabor.

Mire las olas y me traslade hasta una época en que lo eran todo para mí, recuerdo que siempre quería estar dentro del agua, mis amigas me decían Ariel en esa época porque según ellas me creía sirena, pero la verdad es que la calma y libertad que el estar ahí me brindaba, me hacia la persona más feliz. Mi sueño era ser profesional, cada que veía las competencias en televisión soñaba con ser yo quien montaba esas olas y ser a quien todas esas personas aplaudían, pero claro, eso solo era un sueño de una adolescente loca del cual tuve que despertar de la peor manera. Una tarde mientras paseaba en la moto con mi amigo Luis, éste comenzó a jugar por la carretera, en ese momento me pareció gracioso pero cuando ese auto apareció de la nada frente a nosotros y salimos de la carretera, fue el momento más horrible que he vivido, juro que vi mi vida pasar. Cuando desperté estaba en el hospital, el doctor dijo que estaba bien, que me iba a recuperar y era cierto, unos cuantos huesos rotos, pero nada que no sanara con el tiempo. El problema fue que mi pierna derecha quedo destrozada, ahora está sana y puedo andar de manera normal pero nunca tendrá la fuerza necesaria para aguantar la práctica de cualquier deporte, en pocas palabras, nunca podría entrar a una competencia de Surf ya que mi pierna no lo resistiría.

-¿en qué piensas?- su voz me trajo de vuelta a la realidad

-lo siento, me fui, tenía la cabeza en otro lado

-lo noté, ¿estás bien?

-lo estoy, solo estaba pensando, nada importante- bebí el resto de mi cerveza y saqué otra, le iba a ofrecer una pero Rebeca apenas la había probado -¿Cómo estás?

-estoy bien, disfruto de tu compañía

-yo igual- justo en ese momento Claudia se quitó la toalla de la cabeza y noto que teníamos compañía

-oh, hola, tú debes de ser Rebeca, Amanda nos ha hablado mucho de ti

-¿enserio?- pregunto Rebeca saludando a mi amiga, yo solo la fulmine con la mirada

Fingiendo ser una Lesbiana #Lesbianas (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora