Fingiendo ser una Lesbiana #Lesbianas (TERMINADA)

Capítulo 16

Narra Rebeca.

Ésta mañana amanecí con ganas de escribirle, la verdad es que los últimos días lo único que me daba motivos para despertar cada mañana era recibir las cartas de Amanda. El resto de las prisioneras recibían sus cartas un día a la semana pero a mí me llegaban casi todos los días gracias a un primo de la amiga de Amanda, eso es lo que ella me había dicho.

Aquí estaba yo, con una hoja en blanco y una pluma intentando iniciar una carta para ella, pero no tenía idea de cómo empezar ni de que contarle. Miré la hoja unos minutos más y por ultimo me decidí a escribir cualquier cosa.

Amanda, veo que sigues escribiendo a pesar de mi falta de respuesta, es por eso que hoy decidí contestarte. Me preguntas cómo estoy, pues como es de esperar, asqueada de la vida aquí, es más horrible de lo que se ve en las películas, el lugar apesta, es pequeño y comienzo a sentir claustrofobia por estar aquí encerrada tanto tiempo, la comida es asquerosa y las reclusas son un montón de delincuentes así que imagínate como me encuentro.

Seré sincera, no tengo idea de que más decirte, cualquier cosa que diga será desagradable por lo que esto me parece suficiente para la primera carta.

Pd. Deja de pedir disculpas.

Al terminar de escribir leí la nota unas diez veces antes de entregarla al guardia y dejar que la llevara a su destino. Unos segundos después de entregarla Emily apareció con una enorme sonrisa en la cara, claro porque ella no sabía que decidí contestarle a Amanda.

Entro a la celda caminando hasta mi cama y salto acomodándose junto a mí, envolvió sus brazos a mí alrededor y comenzó a besar todo mi rostro. Sus besos me estaban dejando rastros de baba y cosquilleo por lo que la aparte un poco riendo.

-¿qué te ocurre? ¿Por qué estás tan feliz?

-recibí una carta, ¿adivina de quién?

-no lo sé, ¿tu hermana?- desde que llegue la única persona que ha visitado a Emily es su hermana, y solo fueron tres veces

-no, me escribió mi madre

-¿enserio? Felicidades- como pude la abrace maniobrando entre su agarre –¿qué dijo?

-no lo sé aun

-¿no lo sabes? ¿No has leído su carta?

-no- la mire a los ojos y note que tenía miedo, miedo de leer la carta y que no sea lo que ella espera

-oye, estoy aquí contigo, puedes hacerlo- ella sonrió y besó mi mejilla sacando una carta de su bolcillo y viéndola con dudas

-soy una estúpida, me da miedo leer y que ella no me haya perdonado aun

-ella te escribió, apuesto a que te ha perdonado, sea lo que sea que hayas hecho ella quiere tener contacto contigo

-¿y si se trata de reclamos? ¿Qué tal que solo me escribió para insultarme?

-mira Em, no sé qué fue lo que hiciste pero ella es tu madre, sé que te ama y perdonará cualquier cosa

-no la conoces, y no sabes lo que hice

-sabes que me lo puedes contar ¿verdad?

-no puedo, no quiero que tú también te alejes

-no podría, estamos aquí encerradas ¿recuerdas?

-sabes a lo que me refiero, no estoy lista para hablarte de eso, tal vez luego

-de acuerdo, ¿vas a leerla o no?