Vamos, respira, respira.
Lamoon no podía hacerlo, no podía respirar, le era imposible con esta presión.
Daniel tenía a Lamoon en el suelo de la biblioteca de su casa, el aroma a libros, su propia fragancia, el cigarrillo, y el olor propio de Lamoon, estaban paseando, dando vueltas alrededor de la habitación.
La lluvia iba cayendo a su manera sobre los vidrios, la noche iba pintando más oscuro y claro aquellas altas horas de la noche. Lamoon llevaba cerca de dos horas despierta, esperando a que su amo llegara, para aquello.
-Hoy, vas a quitarme tú la ropa.
-Ah... -tragó saliva, tenía las manos pegadas al suelo, tirada en lo frío del piso.
-Pero... lo harás con las muñecas atadas –tomó las muñecas de Lamoon para atarlas con la corbata de su traje –debes ingeniártelas para hacer lo que te ordené –la alzó del suelo de un tirón, acercándola más a él. Eran pequeña, su cabeza apenas así sentada, llegaba a la altura de su pecho tonificado, no dejaba de ver sus largas pestañas desde arriba, ahí sentado sobre ella, tomándola de la muñeca.
-¿Qué tal la salida con ellas?
Lamoon tragó saliva, asintió y luego dijo.
-Bien, gracias por preguntar, amo.
-¿De qué hablaron?
-Pl-pla-plática de mujeres.
-¿Sexo, hijos y matrimonio? No pueden dejar esos temas ¿verdad?
Ella negó, viendo lo que tenía en frente que era la camisa negra, formal, de Daniel.
-Espero que hagas más de lo que hablas, seguro ellas se aburrieron de ti...vamos, hazlo ya, cada vez que hagas algo mal, algo que no me gusta –llevó sus manos al cabello de la chica, tomándola con fuerza, tirando de él –quedas advertida, si yo me pongo de pie, harás lo mismo, ¿de acuerdo?.... Dije: ¿de acuerdo?
-Sí, a-amo.
-Entonces, comienza.
-A-amo es que yo... -Daniel tiró de su cabello, Lamoon cerró sus ojos y se mordió la lengua, no sabía cómo iba a poder hacer aquello con las manos atadas.
Cuando Daniel aflojó su agarre, Lamoon abrió los ojos se dirigió sus manos temblorosas al saco del amo, que también era negro, con ambas manos, comenzó a desabotonar el saco, lentamente, no sabía cómo hacerlo bien, no lo tenía claro, cuando llegó a los últimos botones, ella bajo la cabeza, pero fue Daniel quien con su otra mano la hizo levantarla.
-Sin ver.
Lamoon trató de localizar los otros botones de su saco, perdiendo uno de vista y de control, el objetivo de Daniel era que Lamoon tocara, lo tocara, tratando de hacer lo que le fue dicho. Una vez lo botones fueron desabotonados, Lamoon se puso a pensar en una manera de quitarle el saco, mientras que Daniel tenía una miles de ideas de hacerlo.
Lamoon tomó ambos lados del saco, pero en su intento de hacerlos a un lado, esto no se podía, mucho menos con las manos atadas, Daniel volvió a tirar de su cabello y la acercó más a él, haciendo que ella sintiera su aroma más penetrante. Con eso, era suficiente para Lamoon, entender lo que Daniel quería que hiciera, Lamoon se lamió los labios, respiró y acercó su boca a un lado del saco, mientras en el otro usó sus manos, el primer intento, sólo logró con las manos hacer algo, dejar a la mitad del brazo la manga izquierda, mientras que del otro lado, con la boca, no había logrado nada, Lamoon volvió a acercar su boca, intentando levantarse un poco del suelo para poder hacerlo bien, cuando hiso esto, Daniel la tomó de la cintura con un brazo, asustándola en su contacto.
Daniel le tiró del cabello, haciendo que la chica viera al techo.
-Vamos zorrita, puedes hacerlo mejor.
Lamoon se acercó nuevamente y jaló con su boca el saco afuera, cuando lo hizo, se movió un poco atrás, primero tiró de una manga y luego de la otra con sus manos, alargándose para quitarle la primera prenda a Daniel.
Un suspiró se vio venir de Lamoon quien se le quedó viendo a la camisa negra, viendo los botones de la prenda, cuando estiró sus manos, Daniel le dijo.
-No, no, zorrita, vas a desabotonar estos con la boca, usa los dientes, los labios, hazlo bien, porque si es posible, nos tomaremos toda la noche y la mañana de mañana.
Zorrita, zorrita, zorrita... la palabra revoloteaba en su cabeza.
Se alargó un poco, otro poco para llegar al primer botón de la camisa de Daniel, el cual no alcanzaba, dio un estirón más fuerte, llegando a clavar su boca en este, por la presión, iba para abajo, pero logró desabotonar el primero, el segundo no fue tanto para estirarse, fue por el tercero, pero no sabía cómo diablos hacer que las botones salieran del ojal. Daniel seguía teniendo una de sus manos en el cabello de Lamoon, mientras con la otra se impulsó un poco atrás para alejar a Lamoon de la camisa, tres botones listos, faltaban cinco.
Lamoon se fue un poco nada más por la otra mano, pero su cara estaba lejos de la camisa de Daniel. Tomó aire y se alargó, eso le pasó factura sus piernas, quienes sintieron el dolor del estirón.
-¡Ah!
-Shhh, no, no, no, nada de quejas, tú ya sabrías de esto, como toda mojigata que eres, ¿por qué no lo haces ahora?
-An-antes de hoy, n-n-nunca había hecho esto.
Daniel rió.
-Soy tu primera vez. Vamos, hazlo.
Lamoon se alargó para sacar la camisa de Daniel del pantalón, al hacerlo, quiso alcanzar el último botón, pero Daniel se lo impidió.
-Sigue el orden con el que empezaste.
Lamoon se quedó viendo a la nada, respirando entrecortadamente.
-¿Sabes quién gustaría de que hicieras esto? ¿Tu amado James? –Rió por lo bajo –No sabes cuánto disfruto tener lo que una vez creyó que era suyo.
Daniel la acercó de un tirón a la camisa, haciendo que ella se levantara un poco del suelo, hasta hacer que los dos quedaron uno frente al otro, Lamoon alcanzó a duras penas el tercer y cuarto botón, tirando de ellos uno con la boca y otro con las manos, los últimos botones los hizo por tres intentos en cada uno, con la boca ya que Daniel le había tomado las manos entre su mano libre. Hizo el mismo procedimiento que hizo con el saco, dejando a la vista el torso desnudo y tatuado de Daniel, aún se preguntaba qué significado tenía esa marca en su piel, los dos que tenía.
En un abrir y cerrar de ojos, Lamoon se encontraba de rodillas frente a Daniel con el cinturón del amo frente a sus ojos.
Daniel le tomaba del cabello aún, acercándola desde la cabeza a la hebilla de su cinturón.
-Vamos, son apenas las once de la noche.
Lamoon levantó sus manos y comenzó a intentar sacarle el cinturón al amo, esto fue algo más fácil, cuando lo dejó en el suelo. Daniel le dijo.
-Comencemos por la boca, baja el cierre, abre el botón y haz lo que has hecho pocas veces, ahora que lo pienso.
-...A-a-amo, yo...
-Quiero esa boca justo donde yo pienso, y tú sabes que quiero.
Canción: Mombi ~ Turning Witch
Voten y comenten, las veo por letras.
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La Quiero a Ella
Roman pour AdolescentsDesde ahí...sí, a distancia de ella, él la observaba andar muy callada, su cabello largo agitándose por el viento, su cuerpo bajo todo ese innecesario arropado que llevaba. No solía sonreír, no era una chica que sonriera y conversara con los demás...