Aviso: esta parte contiene tanta cantidad de azúcar que es capaz de matar a un elefante. Pido disculpas, pero después más de un mes dándoles vueltas a cómo desarrollar la idea que tenía, esto es lo que ha salido. Que disfrutéis.
La chirriante puerta del añejo Chevrolet Impala del 67 se cerró tras el nuevo ocupante.
- Hola colega – saludó alegremente Dean sentado al volante. -¿Qué tal ha ido el día?
- Bien. El entrenador Roberts nos ha dado el día de mañana libre, quiere que estemos descansados para el partido del domingo.
- Perfecto. Me gusta este nuevo entrenador – admitió mientras arrancaba el coche.
- Y a mí. El entrenador Mills era un imbécil – dijo Bobby a lo que su padre le dedicó una mirada de reprobación. - ¿Qué? Mamá no está aquí y eres tú el que lo llamaba así.
Tras unos segundos sopesando la posibilidad de acabar peleando con su hijo, negó con la cabeza y soltó el aire por los dientes en una leve carcajada.
Al final de la avenida Grove el coche se incorporó a la ruta 281, nada fuera de lo habitual, excepto que esta vez iban en la dirección opuesta.
- Papá, ¿a dónde vamos?
- Tu madre está en esa estúp ... estupenda reunión del comité interescolar en el que la ha metido la madre de tu amigo Dave y tu tío está con Lauren. Así que había pensado en ir a comer a ese restaurante mexicano de Phillipsburg que querías probar. – Su corazón se encogió un poco más de lo que lo había estado haciendo los últimos días y el nudo en la garganta se hizo más áspero.
- Genial – dijo con entusiasmo.
- Genial – sonrió Dean pisando el acelerador.
- Oye ¿crees que el tío Sam y Lauren van en serio? – preguntó Bobby al cabo de unos minutos.
- No lo sé – admitió. – Quizás esta sea la definitiva, ¿tú que piensas?
- Que está muy buena – soltó Bobby inconscientemente.
- Ese es mi chico – rió.
Bobby miraba distraídamente por la ventana pensando en sus cosas cuando "She brings me love" de Bad Company empezó a sonar.
- ¡Oh, por favor! Si vuelvo a escuchar esta canción una vez más me voy a pegar un tiro. – Se quejó el joven.
- Pero qué dices, si es magnífica.
- Solo lo dices porque a mamá le gusta y te recuerda a ella.
- Corrección, tu madre ha hecho que sepa apreciar más esta canción.
- Pff, lo que sea. Pero es que la hemos escuchado 15 veces esta semana. Voy a cambiar de cinta.
- Ah ah – lo frenó – jovencito ya sabes la regla, el conductor elige la música y ....
- Sí sí, y el copiloto cierra la bocaza – terminó la frase con hastío. – Por favor, solo esta vez – rogó.
- Está bien – aceptó con un suspiro.
No con cierto asombro por aquel pequeño logro, Bobby abrió la guantera dispuesto a encontrar una cinta que no se supiera de memoria. Ante la imposibilidad de llegar a las cintas del fondo sacó la vieja caja sin ningún cuidado.
- Eliges ya o qué – Dean ligeramente molesto por aquella violación de la norma desvió momentáneamente la vista de la carretera y en ese instante vio algo. El Impala giró bruscamente y frenó en seco al lado del asfalto. – No puede ser – murmuró.
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