Capítulo 25:

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____(tn):

Decidí dejar a Nico descansando y no hostigarlo demasiado. Salí a caminar a las calles de Verona con algo de tranquilidad. Si tenía suerte, quizás no encontraría a Nemesis y quizás me toparía con Rick o Jannia, prefería a la segunda. Aunque Rick y yo hubiéramos sido casi hermanos seguía siendo un chico, no comprendería mi punto de vista... Aparte de que quizás no entendería lo de los dioses y el hecho de que soy una mania porque una diosa loca esta tras de mí. Jannia era una chica, me comprendería de algún modo. Camine por una plaza entre tanta gente. Tenía mi forma materializada, por lo cual la gente podía verme y tocarme, pasar desapercibida entre la multitud... Tratar de volver a comportarme como una persona, tratar de formar parte de algo.

Alguien me jalo del brazo y me volteo. Un chico moreno con el cabello color chocolate rizado me miro con sus ojos cafés. Su mirada era seria.

-¿Eras la mania?- me pregunto.

Lo mire confundida.

-¿Eres la mania de Nico?

Me sonroje ante sus palabras y de su boca salió una sonrisa traviesa. Sin que yo pudiera protestar me llevo a un lugar apartado y me miro otra vez, esta vez poseía un brillo en los ojos... Un brillo que me decía que no debía darle nada peligroso.

-¿Q-quién eres?- logre articular, nerviosa.

-Leo Valdez, hijo de Hefesto, amigo de tu amado- dijo él.

Me volví a sonrojar. Unos recuerdos llegaron a mi mente y retrocedí un poco.

-Tú... ¿No me vas a insultar?

El me miro confundido. Luego abrió los ojos de par en par y negó con la cabeza rápidamente.

-No soy como Jason... Yo apoyo tu relación Nico.

Y me sonroje más.

-¿Qué haces aquí? Pensé que se habían ido- le dije yo, mirándolo con los brazos cruzados.

-Quizás... Jason convenció a los otros de que volviéramos... Todos están durmiendo ahora, pero no tardaran en despertar- me dijo el- Nico tiene que esconderse.

Asentí. Comprendía la situación. Si lo encontraban, lo volverían a apartar de mi lado.

-Entiendo, gracias... Leo- susurre yo.

Ya estaba dispuesta a desaparecer pero él me detuvo.

-Espera... Quiero agradecerte por lo que hacer por Nico- me dijo el, sincero- .Nunca vi a Nico con esa mirada, por lo que se dé el... Ha sufrido mucho y creo que tú eres un rayo de luz en su vida.

Me quede inmóvil ante sus palabras.

-Nico es una gran persona, siempre trata de dar lo mejor de sí, apoyar a los demás, ayudarlos.... Pero cuando yo quise ayudarle le falle... Quizás sirvió de algo conocerte a ti, aunque no lo creas le estas ayudando... Muchas gracias, si su hermana Hazel te conociera estaría abrazándote.

Yo asentí y note ciertas lágrimas provenientes de él resbalando por sus mejillas. Se sentía culpable.

E hice lo que Nico haría. Lo abrace con fuerza. Leo se quedó quieto un momento. Luego correspondió con fuerza.

-¿Quieres ayudarme a sacar a Nico de la casa y llevarlo a alguna otra parte?- le susurre, tratando de calmarlo.

El asintió.

Lo separe y lo mire a los ojos, sonriéndole.

-Vamos, Nico estará feliz de verte- le dije.

Nico me había cambiado. Con el dorso de su mano se limpió las lágrimas y me dirigió una sonrisa. Empecé a caminar con él al lado, siguiéndome. A los pocos minutos... Me empezó a contar chistes malos.

Ausente (Nico Di Angelo y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora