La noche caía, y los rayos del sol se filtraban por el horizonte... aguarden... ¿sol?...¿EN BERK?... efectivamente, era uno de esos extremadamente raros días en los que Berk podría disfrutar de una cálida mañana, poniendo de buen humor a todos sus habitantes... si para un vikingo buen humor significa golpearse entre ellos mientras ríen como unos completos sadomasoquistas... bueno, si son felices así, por qué no. En la casa del jefe de la aldea un joven castaño de ojos verdes se negaba a levantarse, quería seguir durmiendo, pero su fiel compañero Chimuelo tenía hambre, y haría lo imposible con tal de despertarlo.
-Aún no, tengo un lindo sueño- se negaba el muchacho entre sueños ante los leves coletazos que le propiciaba su dragón, grave error.
El reptil no lo dudo más de dos segundos y con un pequeño, casi imperceptible, disparo de plasma chamuscó el cabello del joven.
-¡CHIMUELO!- reprendió el muchacho a su dragón, sin embargo al ver la expresión exigente de su compañero se percató de qué se trataba... Se había quedado dormido, y por ende el dragón tenía el estomago vacío.
Aun con el cabello alborotado y cubierto de ceniza bajó las escaleras y acercó un cesto lleno hasta el tope de pescados a su dragón.
-Buenos días hijo-saludó su padre quien acababa de entrar-¿Qué pasó con tu cabello?
-Ya sabes, me quedé dormido y aaaaaalguien no se lo ocurrió algo mejor para despertarme- contestó mirando despectivamente a su dragón.
-Bueno... ¿qué esperabas?, recuerdo que una ves me acosté sin darle de cenar a Tornado, apenas podía escuchar por dos días.
-Sí, lo recuerdo. Esa vez los jinetes tuvimos que ser tu reemplazo- dijo con fastidio.
-Y... qué piensas hacer hoy- preguntó Estoico haciendo caso omiso al tono de voz con el que le habló su hijo- recuerda que ayer les dije a ti y tus amigos que hoy se podían tomar el día libre.
-No lo sé, creo que iré a explorar con Chimuelo- respondió y se sirvió un baso de agua-hace mucho que no lo hacemos.
-Pensé que saldrías con Astrid o Mirra- esas palabras sorprendieron tanto al joven que se ahogo con el agua que estaba bebiendo- te encuentras bien hijo.
-Sí, no te preocupes- contesto respirando forzosamente- y que es eso de "salir con Astrid Ó Mirra"- agregó enfatizando la "o".
Su padre tan solo rió como respuesta dándole unas suaves palmadas en la espalda, luego tomó su hacha y se fue, no sin antes decirle "te falta mucho que aprender" con un tono suave y muy burlón. Hipo, como le dijo a su padre, iría a explorar el archipiélago, pero antes debía ir por unas cosas a la academia.
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Mientras tanto, un vikingo rubio corría a casa de su amigo, también rubio, a pasar su día libre junto con él, puesto que ultimamente se le había dado mucho por leer, y si quieres encontrar un lugar con muchos libros en la isla de Berk, solo hay un lugar donde ir... la casa de Patapez.
-Si, que desea- dijo un vikingo rubio y un poco ancho de huesos al abrir la puerta- ¡Brutacio eres tú!, pasa pasa, pensé que no vendrías.
-Ayer te dije que iba a hacerlo- apenas entró, Patapez cerró la puerta.
-Es que nadie nunca a escuchado decir a Brutacio Thorstton que irá a tu casa un día libre para leer.
-Que estas diciendo, leer es entretenido, no me gustaría pasar mi día libre de otra manera.
Para Patapez, y no solo para él, fue tan drástica y repentina la metamorfosis que sufrió Brutacio que aún no estaba acostumbrado del todo a su nueva forma de ser, aún así, este nuevo Brutacio y Patapez tenían muchas cosas en común , una de ellas es el amor por la lectura.
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CEATD Nuevas experiencias
FanfictionEsta historia se desarrolla entre la segunda temporada (Dragones: Defensores de Berk) y la tercera(Dragones: Carrera al Borde), más específicamente una semana después de que Dagur fue encerrado, un viejo conocido de Estoico acude a Berk por ayuda, p...