Capitulo 13.

223 11 4
                                    

Pov Gisele.

Ariana pensaba que le daría otra oportunidad pero estaba mal.

Había jugado con mis sentimientos, en realidad yo si la quería. Pero ya no más, desde el día en que la encontré con el hermano de Richie sentí como mi corazón se partía en mil pedazos y el amor que me juraba tener sólo había sido una mentira.

No podía venir y hacer como si nada hubiese pasado. Quizá estaba arrepentida pero eso no iba a cambiar el hecho de que me había engañado.

Lucía tan arrepentida y tan lastimada, pero sinceramente no quería volver a estar a su lado...

-Gisele... Yo te quiero. Haré todo lo posible para que estés bien-Dijo con un tono de voz tan tierno.

Suspiro tras suspiro era lo que se oía en el lugar. La luna brillaba y era lo único que se reflejaba.

-Ariana rompiste mi corazón-Sonreí.

Su rostro mostraba una mueca y sus ojos observaban mis labios.
Era tan hermosa y tan... Frágil.

-Gracias por romper mi corazón. Aprendí que no debo de entregar todo de mi a alguien que no lo merece.

Ella comenzó a llorar y mi corazón me pedía a gritos que la abrazará. Pero mi cuerpo no accedía a las decisiones tontas de mi corazón.

Lágrimas corrían por sus delicadas y rojas mejillas, con una mano limpie sus lágrimas.

-¿Recuerdas cuando te conocí?-Sonrió Ariana de oreja a oreja.

Los recuerdos llegaban a mi memoria rompiéndome un poquito más.

-Claro que lo recuerdo-Dije sonriendo.

-Estabas fuera de clases y jugabas básquetbol con Ian. Él intentó encestar en un tiro perfecto pero el impacto causó un rebote y la pelota término golpeando mi cabeza haciéndome caer al piso.

Reí un poco recordando aquel suceso.

-Luego fuiste a ayudarme y me levante del piso tomando tu mano. Me miraste y me sonreíste.

Era un gran recuerdo, jamás lo olvidaría.

-Si, lo recuerdo tan bien. Desde ese momento empezamos a ser amigas y bueno... Todo se dio.

-Agradezco a Ian por fallar ese tiro, sino jamás te hubiera conocido. Ni mucho menos te darías cuenta de que iba en la misma clase que tu.

Sentí un poco de pena por no haber notado que estaba en mi clase, siempre era Ian para mi.

-Sólo quiero que olvidemos todo Gisele-Hizo una pausa y suspiro-Yo te quiero, te quiero conmigo. Solo tú y yo.

Mi cabeza era un lío en estos momentos. Quería decirle que se alejará de mi y que me dejará sola para olvidarla, pero estaba tan confundida en estos instantes que no sabía lo que quería.

-Se que sientes lo mismo por mi Gisele. A pesar de lo que te hice se que aún me puedes perdonar.

-Ariana ¡te acostaste con Axel!

Esa horrible imagen seguía en mi cabeza, como se besaban, como se tocaban.

-¡No fue gran cosa!-Reclamó molesta.

-No tienes por que ponerte así, la que debería estar así soy yo.

Dije tratando de ponerme de pie pero ella me tomo del brazo y volví a donde anteriormente estaba sentada.

-Gisele, por favor ¿qué más tengo que hacer?

Ella si que era insistente.

-Nada Ariana, no voy a perdonar el que me hayas traicionado-Dije sintiendo mi pecho doler.

Los recuerdos de como la conocí y de todo lo que vivimos no me ayudaban en nada. Recordé el momento en que nos besamos por primera vez.

Fue en su casa y estaba ansiosa por el sábado, iríamos a una fiesta que mis amigos habían organizado, sería como nuestra primera cita y estaba muy hiperactiva. Se acerco demasiado a mi se veía tan linda, sus labios entreabiertos, no pude resistir y la bese.

La primera vez que hicimos el amor...

Todos esos bellos momentos que compartí a su lado, sinceramente le agradecía por los recuerdos pero ella ya no tenía nada que hacer en mi vida.

-Gisele, sólo piensa bien las cosas. Te daré tiempo si eso quieres.

-No necesito tiempo Ariana. No hay nada que pensar, me fallaste y yo siempre pensé en ti antes que en alguien más, veo que tu no pudiste hacer eso por mi.

Mantenía su mirada en el suelo y sus manos temblaban. Quizá si estaba herida, pero eso no lo sabía.

-Esta bien Gisele. No es nada fácil esto-Dijo mientras jugaba con sus dedos.

-Claro que no lo es, ver como la persona que más has querido te falla de una manera tan... Olvídalo, debo entrar.

-¡Espera!-Dio un grito pequeño, siendo audible sólo por las dos.

-¿Qué pasa?-Pregunté ya cansada por la situación.

-Dejame besarte una última vez. Sentirte una última vez, porque es lo que necesito antes de dejarte ir-Dijo.

Besarla una última vez, quizá eso ayudaría a mi corazón a dejarla ir. Se veía tan bella, tan inocente, tan ella...

No dije nada y sólo la mire por unos segundos. Me acerque a ella y la tome por las mejillas, suspire antes de juntar nuestros labios, sus labios tan suaves, su aliento sabía a dulce. La bese y en ese momento comencé a llorar, quizá por el daño que me había hecho o por que ese sería el último beso que recibiría de ella.

Antes de separarme, oí unos pasos acercarse.

-¡¿Qué está pasando aquí?!-Gritó mi padre, los nervios empezaron a subir a mi cabeza.

Me separe de Ariana lo más rápido posible y me puse de pie ante el grito de mi padre.

Ariana también se puso de pie y su expresión era de terror.

-¡Vete!-Grito. Refiriéndose a Ariana.

Ariana me miro por última vez y se fue casi corriendo del jardín asustada. Esa sería la última vez que la vería, pensé.

Mi padre furioso camino hacia mi y me tomo del cabello, abrió la puerta con su otra mano y me empujó dentro. Choque con uno de los sillones y caí al piso al instante.

-¡Vamos, párate!-Gritó.

Asentí con la cabeza y me puse de pie rápidamente, tenía miedo de que algo me pudiera pasar, la última vez había sido tan difícil.

-¡Dije que no quería verte con ella!

Sus ojos estaban tan saltados tanto que creía que saldrían de sus órbitas. Sus labios temblaban y sus puños estaban blanquecinos.

Me tomo del cabello nuevamente y me dio un golpe en la mejilla, era uno de los peores dolores. La persona que era tu familia te golpeará sin importarle nada.

Empezó a golpear todo mi cuerpo, mi nariz sangrando, mis mejillas rojas de tanto ser golpeadas, mi estómago arder de tantos golpes. Termine en el piso sintiendo asco y dolor de cabeza terrible.

-¡Así es como seguirá esto hasta que no consigas un novio!

Tosí escupiendo un poco de saliva mezclada de la sangre de mi nariz.

Me dedico una última mirada de asco y salió azotando la puerta. Trate de ponerme de pie, era un dolor horrible, como pude subí el segundo piso y busque mi teléfono para hablarle a Ian. Él era mi única ayuda en estos momentos, él era mi ayuda siempre.

Swingers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora