Pov Richie.
Últimamente todo resultaba ser un asco, Ian y yo habíamos descuidado el amor que manteníamos durante meses, yo culpaba a esa chica. Tan indiferente y distante, a pesar de que ella no hacía mas que cuidar a Ian.
Ian y yo ya no volvimos a hablar, no lo llamaba, no le enviaba mensajes y el tampoco me contactaba. Su indiferencia hacía que me tragará las ganas de decirle lo mucho que lo extrañaba, o quizá yo era un orgulloso de mierda y por esa razón estaba perdiendo todo lo que quería por confusión.
Pero me decía a mi mismo que no podía simplemente rendirme si en realidad quería a alguien...
Así pasaron varios días, levantarme, bañarme, vestirme, escuela, no hablar con nadie, volver a casa, comer, encerrarme todo el día en mi habitación pensando y buscando respuestas hasta quedarme dormido.
Sentía mi vida una total rutina llena de soledad y sufrimiento. Era viernes por la tarde, el sol apenas se estaba escondiendo y salí a caminar un poco, el estar encerrado me deprimía y necesitaba hablar con alguien, si no, me volvería loco.
Busque en mi bolsillo mi teléfono y llame a la ultima persona que imagine llamar.
**
-¿Hola?-Preguntó alguien del otro lado de la línea.
-Hola, emm, soy Richie.
-Eso ya lo sé. Tengo tu número registrado.
-Ya veo.
-¿Qué quieres?
-Ven a la cafetería que esta cerca de la biblioteca, la que está en el centro de la ciudad.
-Ajá, ¿y cómo porqué o qué?-Preguntó con un tono desinteresado.
-Sólo hazlo, quiero hablarte.
-Estamos hablando en estos momentos.
-Deja de actuar así conmigo y ven pronto.
-¿Por qué tendría que obedecerte?
-¿Sabes qué?, has lo que quieras.
**
Bastante irritante esa chica, no se en que estaba pensando cuando decidí llamarla.
Después de caminar unos minutos, entre a la cafetería y el aroma que llenaba el lugar era relajante. El lugar estaba dividido por dos secciones, la primera estaba bastante ocupada y habían muchas personas charlando, así que decidí buscar una mesa en la sección dos, que por suerte estaba vacía. La decoración era muy al estilo retro y me sentía un poco menos incómodo que como solía ser en otros lugares.
Una rubia alta se acercó a mi con una pequeña libreta en las manos. Vestía una camisa negra con una frase cliché, unos jeans azules y unos zapatos negros.
-Buenas tardes, ¿qué vas a ordenar?
-Un frappe de moka y una rebanada de pastel de manzana.
-Buena elección, enseguida traigo tu orden-Dijo anotando algo en la libreta.
La chica me resultaba conocida, más sin embargo no logré recordar de donde.
Después de 20 minutos la rubia volvió con una bandeja y la colocó en la mesa. Se retiró regalándome una sonrisa y murmurando "buen provecho".
Me removí incomodo, tome el tenedor para tomar un trozo de pastel cuando observe que una chica castaña y con el ceño fruncido se aproximaba a la mesa.
Me lleve el trozo a la boca y la chica se sentó molesta, su ropa negra y su excesivo maquillaje negro en los ojos le hacían ver ruda e indiferente. Pero yo sabía perfectamente que no era así, sólo estaba enojada.
-Ya estoy aquí, ahora suéltalo.
-Sólo quería hablar con alguien.
Frunció más el ceño y se cruzó de brazos.
-Debe ser una jodida broma.
Reí de lado y ella sólo volteo los ojos.
-Lo siento por querer charlar con alguien. Ve el lado bueno, te saque de casa y voy a comprarte un café.
-Ajá, ¿y por qué últimamente estas menos indiferente conmigo?
La mire fijamente, seguía con el ceño fruncido y me parecía una chica tonta.
-Sólo acepta que ya no me caes del asco.
Ella río.
-Oh, wow. Gracias por eso, ¿ya puedo irme a casa?
-No, pide lo que quieras, porque vas a estar ahí sentada por mínimo una hora escuchando mi miserable vida.
-¿Tú no quieres escuchar la mía?
-Muy graciosa, pero ojalá fuera una broma.
La rubia se acercó nuevamente y la chica ordenó un té y pay de queso. Al menos no resultaría dinero tirado a la basura ya que esperaba que me escuchará quejarme. Unos minutos más tarde regreso la rubia y dejo la bandeja sobre la mesa para retirarse.
-Dale, cuéntame tu miserable vida mientras yo me hago tonta comiendo.
-No necesitas comer para hacerte tonta.
Ella se molestaba por todo, tomó una servilleta y la arrugó para lanzarmela.
-Da gracias que estoy aquí desperdiciando mi tarde de un viernes con un chico que no sabe lo que quiere, cuando bien podría estar haciendo otra cosa.
-Número uno, no sales los viernes, no tienes con quien hacerlo. Número dos, lo único que haces en tu casa es dormir o fumar a escondidas en tu cuarto. Y número tres agradece porque pensé en ti y no en alguien más.
-Gracias ahora me doy cuenta que soy una antisocial de mierda. Por cierto, no tienes a nadie más.
-Estoy cayendo en cuenta que sólo nos decimos cosas que parecen ser poco agradables para el otro. Excelente amistad o lo que sea que sea esto.
-Vale, al menos no dijiste que era una desconocida para ti.
-Te conozco unos meses atrás y eres mejor amiga del chico con el que solía salir, así que eres alguien conocida.
-Bien, hasta que reconoces algo.
Ahora cuéntame que fue lo que me trajo hasta aquí.-Extraño a Ian...
Bebí un poco del frappe y mire a la chica.
-¿Y por qué no se lo dices? Quizá el también lo haga.
-No sé, si yo no hago algo por esto, el no lo hará. Y eso es frustrante.
-No es como que no le tome importancia, podría ser que el término más lastimado que tú.
-Podría ser, pero bueno. Me estoy quebrando la cabeza por un adolescente, necesito pensar en mi y mantenerme al margen de las cosas. No es como que voy a morir, pero se siente jodidamente mal el no tenerlo.
-Lo entiendo, con el tiempo eso se supera y llega un día en el cual ya no te duele y eres feliz nuevamente.
-Jamás creí decir esto, pero gracias por venir y ayudarme con lo que esta pasando.
La chica solo bebió de su té y no dijo más.
-Por cierto, ¿traje negro o azul?
La chica abrió los ojos sorprendida y río.
-Ya habíamos dejado eso de lado Richie, no importa.
-La fiesta familiar es mañana, tú me ayudaste hoy y yo lo haré mañana, así me vea como un ridículo y tú como una tonta.
-¡Eres un idiota!
-¡Pero al menos no soy un tonto!
Reí mucho y ella solo volteo los ojos.
-Ya, termina tu pay.
-Ajá, llorón.
ESTÁS LEYENDO
Swingers.
Teen FictionGisele y Rishie no son aceptados por su familia por sus parejas de su mismo sexo. Por ello llegan a desarrollar bastantes problemas. Ambos se conocen por Ian el mejor amigo de Gisele y la actual pareja de Richie, Gisele llegará al borde de la depres...