Capítulo 2.- Suerte

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Las miradas de la extraña mujer y el sheriff se conectaron entre sí, el hombre la miraba con curiosidad y esta con suplica de que la dejara entrar. Carl se dirigió con llaves en mano a la puerta del cercado en el que estaba el muchacho vestido de mariachi esperándolo.

La mujer tocó su herida que sangraba cada vez más con cada movimiento, haciendo una mueca de dolor. El caminante que estaba junto a ella captó el olor de la sangre fresca y volteó hacia la morena.

Rick continuó mirando los movimientos de la mujer, que al verse descubierta por los muertos comenzó a retroceder tomando su espada de su espalda.

Mató al caminante que se le aproximó con un ágil movimiento de su espada al mismo tiempo que continuaba retrocediendo mientras los demás muertos se le intentaban echar enzima.

- ¿Deberíamos ayudarla? – le interrogó Carl a su padre bastante preocupado.

- Definitivamente – le respondió el mexicano a su lado dispuesto a salir y ayudar a la mujer.

Rick miró a los dos muchachos para luego dirigirse hacia ellos rápidamente. La mujer continuaba retrocediendo, dejó caer su mochila junto con la canasta de leche para continuar defendiéndose de aquellos podridos que le atacaban.

Continuó defendiéndose hasta que el cansancio y el dolor la terminaron por dominar y calló semi-inconsiente al piso. Conforme sus ojos se cerraban veía como los caminantes se acercaban a comerla. Era su fin.

Carl disparó a los caminantes, la mujer había acabado inconsciente e indefensa. Finalmente salieron a auxiliar a la morena.

Antonio inmediatamente se dirigió a ella mientras el par de Grimes mataban a cada muerto que se aproximaba, a la vez que el menor tomaba lo que la mujer traía consigo. Rick igual se acercó mientras el mexicano se encargaba de revisarla.

- ¿La mordieron? – Preguntó Herschel desde la puerta.

- No, solo le dispararon – respondió rápidamente el muchacho.

Entre él y Rick lograron levantarla para que finalmente el mayor se encargara de cargarla en sus hombros. El pelinegro solo atinó a tomar la mochila de esta y seguir al líder del grupo dentro de la prisión.

- Carl, trae una manta – le pidió rápidamente el líder a su hijo – Beth, trae agua y toallas

- Claro – respondió la rubia que iba detrás de ellos a por lo pedido.

El castaño se apresuró a tomar una manta y extenderla en el piso del pabellón en el que Rick dejó a la adolorida y desorientada mujer. Beth regresó con lo pedido y se lo entregó al castaño mayor quien rápidamente lo usó para limpiarle la sangre a la morena.

- Hey, oye, mírame, está todo bien – le llamó a la aturdida - ¿Quién eres tú? – se apresuró a preguntar en cuanto esta comenzó a reaccionar.

Ella aun aturdida y asustada intentó tomar la espada que el sheriff había dejado a su lado, siendo detenida rápidamente por este mismo.

- Oye, oye – la sujetó e hizo que volviera a la posición inicial – No vamos a lastimarte, a menos que hagas algo estúpido ¿De acuerdo?

- Rick – le llamó una voz desde la puerta - ¿Y esa quién diablos es? – cuestionó el cazador.

- ¿Puedes decirnos tu nombre? – preguntó el castaño a la mujer, esta no le respondió.

- Ven, tienes que ver esto – habló de nuevo Daryl casi exigiéndole que le prestase atención.

- De acuerdo, vamos – se puso de pie – Carl, trae la bolsa, y ustedes tres – volteó su mirada al trio de hermanos captando su presencia por primera vez – Se quedan aquí con ella, si pueden curarla, háganlo, y si le pueden sacar información igual, luego veré que hacer con ustedes.

Aunque se acabara el mundo | Carl Grimes |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora