Cap.12 Mientras haya metas...

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3 de julio 2000

Base secreta de Japón

Dos soldados charlaban tranquilamente de sus vidas mientras se dirigían a reemplazar a sus compañeros que hacían guardia en las gigantes y metálicas puertas de la jaula, pero al llegar se encontraron a dichos compañeros muertos, aplastados por estas y una figura envuelta en un aura negra y morada mirando su mano sorprendido. Ambos asustados sacaron las pistolas apuntándole en la frente y pecho.

-¡Las manos en la cabeza!-ordenó el soldado.

El ser levantó lentamente la mirada enseñando una sonrisa de oreja a oreja, sobresaliéndole dos colmillos. Su mirada fue lo que les llamó la atención: aquellos hombres pudieron verle el alma...y fue lo último que vieron antes de que le atravesaran con sus mortales garras la criatura.

-Me siento...tan vivo-de repente escuchó la alarma oírse por toda la base-Mmm...será mejor que me de prisa-

Los soldados no paraban de llegar, cada rincón, cada pasillo, cada sala se llenaba de los sesos, intestinos y sangre de aquellos hombres. Karuya reía como un verdadero loco, Golden le dejó hacer de las suyas e hizo bien ya que no solo mataba sino que destruía los artefactos y máquinas que torturaron al pobre chico, hasta que llegó a una sala en la que solo había una máquina que contenía una especie de bola blanca que se le hizo conocible.

-"Espera"-dijo Golden antes de que Karuya la hiciera añicos-"Esa cosa...soy yo"-

-¿Tú? Yo no le veo el parecido-le llamó la atención unos papeles que estaban tirados en el suelo-Vaya, vaya, vaya que tenemos aquí-leyó detenidamente lo que ponía, al terminar, su sonrisa se había ensanchado más-Con que este sujeto está diseñado para matarte ¿Eh?-

-"Déjale"-la sonrisa del demonio desapareció enseguida-"mira...puede que lo estén creando esos inhumanos, pero soy yo, por favor, no lo mates"-hoyó el suspiro pesado dándole a entender-"Gracias"-

-Si este bicho nos ataca, no tendré piedad-entonces escuchan a lo lejos pisadas aproximarse.

Karuya sale de la habitación justo cuando esta se cerraba, se dirigió a una sala bastante ancha donde habían tubos negros, inyecciones, vendas, conductos de ventilación, etc. él cogió varias venda cuando el sonido de las pisadas se pararon...estaban detrás. Al voltearse vio que solo quedaban científicos y dos o tres soldados que lo miraban asustado.

-Ahora entiendo porque mi padre no te quería poner esa estúpida inyección-el hombre dio un paso al frente con una metralleta. Era aquel tipo que había entrado en la jaula-y por lo que veo eres inmortal-dio otro paso al frente-Has sufrido mucho, lo entiendo-Karuya sintió la ira de Golden aumentar-pero sino quieres sufrir más tendrás que volver a tu casa de lo contrario, te fusilaremos-un aura empezó a envolverlo-¿Vas hacer un buen chico?-

De repente su ojo se volvió morado, alzó el brazo levantando un tubo negro al azar apunto de tirarlo cuando...

-¡N!-gritó una voz que le resultó familiar.

Vio que dentro de este había un niño de 4 o 5 años con el pelo marrón y unos hermosos ojos esmeraldas que cautivaron a la bestia, pero no al zorro. Lanzó bruscamente el objeto hacía el hombre para darle tiempo a destrozar la sala y una vez que lo había conseguido su aura aumentó.

-Volveré ¡Pero solo para vengarme de todos vosotros malnacidos!-y dicho esto se transformó en una masa de nube haciéndole un agujero al techo y escapándose por este. El único que se le quedó mirando hasta desaparecer fue el chico de los ojos verdes de nombre...Nico.

La maldición de Espina Muerta Fase 1 (Actualizándose)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora