Cuando un hombre se aproxima silenciosamente y abraza por la espalda a una mujer cierra un círculo. Cierra su círculo. Este es un círculo de ternura, calidez y protección. Y él pone a la mujer justo en el medio de este apasionado círculo. Él, inocentemente demuestra que ella es el centro de su universo. Un hombre está abrazando a una mujer en silencio. Una mujer se queda en silencio también. Ella siente la calidez que emana desde sus pacíficas y tibias manos.
Cuando un hombre abraza a una mujer ella siente que tiene alas, que puede volar. Este círculo de amor es calmo y acogedor. Este tierno silencio hace que se derrita como el azúcar en una taza de té. ¿Quién es ella ahora estando en el centro de su círculo?
¿Cómo se siente? ¿Quién es ella en este momento? ¿Es una mujer o un chica? ¿Se siente amada o es ella la que ama? ¿Una sábana de silencio cubre sus hombros y la oculta de sus pensamientos o quizá no hay nada oculto en este círculo? Después de todo, él sólo la abraza, la protege del exterior que es frío y solitario. Pero, en sus brazos, es cálido y cómodo. Esos brazos son su protección y tranquilidad. Es todo lo que una mujer inconscientemente busca y espera
Ámbar.