Hoy quiero arrancarme las alas, quitarme el pico de cuervo con el que me he sacado mis propios ojos. Gritarle al viento: ¡Basta, ya no quiero que te lleves ninguna palabra más!
Quiero desmoronarme, ser espectador de mi derrumbe. Quiero caer, y a lo que me refiero es que quiero sentir un golpe que me sacuda por completo. Que me despierte, porque siento que me la he pasado dormido la mayor parte de mi vida.
Quiero que te quedes o que huyas. No a medias tintas. Que lo hagas para siempre, porque me cansé de siempre estar esperando.
Quiero meter hasta el fondo el acelerador
sin importar las consecuencias
ni adónde vaya a parar al final del camino.
Porque he comprendido que la meta no es llegar,
es saber disfrutar mientras vas conduciendo.
Quiero sentir lo que es vivir,
que morir por alguien.
Quiero nuevas sensaciones,
vistas,
carreteras,
caras desconocidas,
ciudades perdidas.
Voy a masturbar más seguido las ganas,
a desempolvar de una vez los trenes que guardo tras las ojeras,
a descifrar cada una de las estrellas que me han regalado.
Quiero ser fugaz,
alborotarme el pelo,
cogerme los inviernos,
meterle la mano por debajo del pantalón al verano.
Quiero ser inmoral.
Quiero que me critiquen,
que me señalen,
que murmuren a mis espaldas.
Quiero suspirar de cansancio
y no de depresión.
¿Sabes lo que quiero?
Quiero que la muerte me pille
siendo extremadamente felizÁmbar.