8.- AUMENTAN LAS DUDAS

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Aun estábamos en la cafetería cuando sonó mi teléfono, era Carol preguntándome que si tenía que trabajar como es que le dije de ir esa noche a su casa, yo le dije que había pedido el día libre y que se quedaría con Matilde uno de sus hijos.

- ¿Entonces sobre qué hora vendrás? Había pensado pedir unas pizzas y así cuando llegues estarán aquí, yo ya estoy en tu casa e entrado con las llaves de emergencias que me dejaste hace tiempo, espero que no te importe.

- No tu tranquila, lo de hoy es una emergencia jejeje, pues si quieres pídelas ya yo llegaré dentro de un rato ¿te importa que coma Juan con nosotras? tenemos algo que contarte.

- Si claro como tú quieras, es tu casa no la mía tonta - en eso tenía razón pero yo le había preguntado por su situación, no sabía cómo estaba de ánimos.

Al colgar el teléfono Juan me miraba con cara de estar extrañado.

- ¿Qué es lo que tenemos que contarle? - me preguntó en cuanto guardé el móvil.

- ¿Tú qué crees? - le dije irónicamente - pues lo del sueño ¿qué va a ser si no? - para mí era lo más obvio, luego me di cuenta por su cara que para él no lo era.

De camino a mi casa le conté que Carol podía predecir ciertas cosas, no es que supiera leer las cartas para saber el futuro, presente y pasado, pero a veces le ayudaban a saber cosas que tenían que ver con lo sobrenatural, los dones de ciertas personas y las influencias malignas que rondaban a ciertas personas así como los espíritus protectores de estos.

- A ella no le gusta hablar demasiado sobre estos temas, por lo que lo mantiene en secreto, a mi me lo contó un día después de que me pasara algo muy raro – Juan tenía en ese momento una cara como diciendo "qué coño me estás contando" aunque se mantenía en silencio mientras escuchaba.

«« Un día me levanté y parecía la mujer más torpe del mundo entero, yo no le di importancia hasta que sentí como una especie de manotazo en la mano haciéndome caer una taza al suelo, se lo conté a Carol y ella con la ayuda de las cartas vio que había un espíritu maligno intentando que me hiciese daño de forma accidental, era un niño y parecía que lo hacía como una travesura y no para hacerme daño de verdad, me hizo un bloqueo para que no me volviese a ocurrir algo similar. »»

Después de contárselo Juan entendió el motivo por el que yo quería contarle el sueño a Carol y justo entonces llegamos a mi casa.

- Hola ¿qué tal os a ido? - nos preguntó Carol nada más entrar al salón.

- Muy bien, pero tenemos algo que contarte que creo que es importante, lo mismo nos puedes ayudar.

En ese momento sonó el timbre y Carol fue abrir la puerta, era el repartidor, le pagó y se dirigió al salón con las pizzas.

- ¿Porqué no comemos y luego me lo contáis? -se la veía muy tranquila, más de lo que pensaba después de la pelea con Rober.

- Por mi vale, creo que lo que te vamos a contar puede esperar unos minutos, porque eso huele delicioso - dijo Juan antes de que yo pudiese hablar.

Nos sentamos a comer prácticamente en silencio, lo que se me hacía un poco raro y más cuando Carol y yo estábamos juntas, por otro lado lo veía normal por lo que le ha pasado y la comprendía, así que quise dejarla comer tranquila ya que luego podría alterarse un poco por la emoción, ella suele ser muy tranquila pero con tantos sucesos juntos nunca se sabe que puede pasar.

Al terminar de cenar nos sentamos cómodamente en el sofá, le contamos todo lo referente al sueño sin detenernos en decirle sobre que era ni en los detalles, puesto que yo ya se lo había contado hace unos días.

Amor ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora