- Tienes que volver a Los Angeles-. Me dijo Marco.
- No puedo, he empezado de cero y...-. Puso su dedo ínidice sobre mis labios provocando mi silencio.
- Te necesito.
- Marco-, cogí sus manos-, no puedo volver, lo siento.
Él miró para otro lado dolido, sabía que dolía pero no podía correr el mismo riesgo. Casi no sobrevivo a tal paliza.
- Eres muy egoísta-. Dijo soltándose de mi agarre.
Esas tres palabras se clavaron en mi como unos cuchillos. No era ser egoísta, sino precavida.
- Sabes que no es egoísmo-. Elevé un poco la voz.
- Ah, ¿no? ¿Y esto que es? Eso es egoísmo-. Elevó más la voz.
- Necesito curarme en salud, espero que algún día lo entiendas-. Bajé de golpe el tono de voz mientras le abrí la puerta para que se marchara. No tenía ganas de discutir.
- Si es lo que quieres, me iré-. Y se fue.
Cerré la puerta y me dejé caer en el suelo, le perdí.
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Sin Mirar Atrás [YA EN LIBRERIAS/EBOOK]
JugendliteraturSelena era una chica normal y corriente. Su vida ya estaba formada: se fue a vivir con su novio, estaba rodeada de sus amigas, la suerte estaba de su lado. De repente, toda su vida cambió en un abrir y cerrar de ojos y tuvo que enfrentar a todos los...