Válvula de Metal

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"Track, trick, track"..."pum". Era una máquina, un cronometrado golpe en cortos latidos; siempre, en el mismo invariable y sistemático ritmo... "track, trick, track" silencio, "pum". No daba tiempo para un suspiro, una disnea que ahogase en su golpe la garganta, comprimiera el pulmón y astillara los brazos que lo protegían. Los dientes de cada engranaje raspaban los vasos y a su peso lo llevaba encima.
Lo áspero de la válvula de metal la motivaba a trabajar por los estímulos que funcionaban como combustible. Uno que oxidaba, a este punto, las palancas, volantes y piñones de los relojes opuestos a cada lado del aparato. En verdad le afligía más a ella funcionar ya que no resultaba posible seguir las órdenes del destino de sus silabas; es más, funcionaba totalmente apático, incompatible, contradictorio. Resulta que quizás ella misma fue siempre -completamente- predecible, controlable, como un títere para su titiritero.
No era un aparato normal, rojo, sangriento. En principio no encontró empatía con la irónica idea de funcionar, es más, no fue lógico y mucho menos posible el creer que desde el comienzo decidiera aceptar su condena; condena sin cometido. Eso hizo, con el peso de su propia mano se azotó y condenó con sus propias leontinas. Apropió la culpa y cargo sobre su acero la vida, el andar del resto del cuerpo.
Era sencillo pensar que dos sílabas comprenderían el fin de su escarmiento, aquella doble cruz que cargaba, pero no podía dejar, pues su propia existencia se lo impedía ¿Qué corazón sano lastra a voluntad con la sangre ajena y estropicia de quien no lo atiende? Ninguno. Pues no hay culpa que no adeude, ni deuda que no culpe.
Esas son las sombras gemelas que abrazan el frío tejido de engranajes que en el oscuro hueco golpea, palpita sobre el alma y la asfixia, la extingue de a poco en poco, como el gato que juega con su comida. Aquella sombra que es oscura, que cesa de gracia invoca lo repugnante y lo avaro. Quien no deja ver más allá de si mismo no conoce más de sí, pues ¿qué importa si es claro u oscuro? ¿Si los dos ciegan, si no dejan apreciar nada más allá de su absoluta magnificencia?

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