VI.- ¿Que tal si vamos a la verdadera fiesta?

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Ninguno de los dos dijo nada en todo el camino hacia el yate de Marcos, después de su respuesta sarcástica a mi simplemente no me quedo ganas de preguntarle ninguna otra cosa y antes de que él pudiese hacerme una a mi sugerí que era mejor que me llevara con mi hermana antes de que ella llamara a la guardia costera para que me buscase. Íbamos en el mini-bote que tenia el yate de Frank, era de dos puestos pero en la verdad es que una persona entraba cómodamente, dos era ir sumamente apretados.

Frank paró el bote cuando ya habíamos llegado al yate de Marcos y echo la pequeña ancla. La verdad es que el yate de Marcos no se comparaba con el de Frank, este era el doble de grande tenia 2 pisos y 3 camarotes mas el del servicio y eso sin contar la pequeña salita lujosa, en cambio el de Frank era de un solo piso y por lo que pude ver en la hojeada que eche hacia el interior solo tenia un camarote.

La escalera para abordar por fin al yate estaba a distancia de nosotros y me le quede viendo fijamente cuando me percate de ello, no iba a nadar si eso era lo que el estaba pensando.

- No se si puedes verlo pero hay un coral allí justo al frente de nosotros por eso pare aqui, no le podemos llegar por el otro lado porque bloquearíamos la salida de su bote así que solo nos queda subirnos al coral y caminar hasta la escalera- Asentí y con su ayuda baje del bote luego de que el se bajase primero a comprobar que el coral que mas bien parecía una piedra estuviese estable. Fui caminando poco a poco hacia adelante, esperaba no pisar nada malo en la oscuridad pero por lo menos con las luces del bote nos ayudábamos y en mi mano sostenía una linterna para medio alumbrar mi camino.

De seguro en cuanto me subiese a ese yate me esperaba un regaño, solo espero que Alex no llore o que todos me odien por aguarles la fiesta, seguro todos estaban muy preocupados preguntandose donde estaría yo e inclusive hasta los chicos de seguro les importaba. La verdad es que no fue mi intención, antes de hacerlo no lo pensé, no pensé en nada. ¿Que hubiese pasado si Frank no me hubiera sacado del agua? Que forma mas tonta e inmadura de actuar la mía, quizás si al final se descubría podía echarle la culpa al alcohol. Pero si no se descubría nunca aún mejor.

Estaba tan sumida en mis pensamientos, en todas mis preocupaciones y mis remordimientos que no me percate de que Frank me había hablado hasta que sentí como se desprendía la punta del coral-piedra debajo mis pies y Frank me sujetaba fuertemente del brazo para que no cayera. Con todo, mi pie derecho resbaló undiendome toda la pierna derecha hasta la altura de mi muslo, sentí que me ardió por un momento, Frank me alzó rápidamente y pude volver a afincar el pie en el coral-piedra.

- ¿No me escuchaste cuando te dije que si necesitabas mi ayuda, que no caminaras hasta la punta del coral porque se veía inestable? ¿Estas bien?

- Si, solo fue un susto...- Respire profundamente, me había asustado mas esto que de saltar desde un yate y dejarme hundir lentamente, quien lo diría. Con la ayuda de Frank que lo intento primero, por si pasaba algo llegamos a la escalera, subimos los escalones y al llegar a cubierta no había nadie, ni rastro de ninguno de los que me habían acompañado, eso explicaba el silencio que reinaba en el yate y las pocas luces encendidas en el. Suspiré, si no se encontraban aquí debían de estar en la fiesta.

- Te has hecho un corte en la pierna- Dijo Frank que estaba detrás de mi esperando que le dijese que iba a hacer, eso explicaba porque me había ardido por un momento la pierna, voltee mi pierna derecha y pude ver un corte que empezaba desde la mitad de mi pantorrilla y terminaba en el inicio de mi tobillo

- No es nada, el corte es mas largo que profundo, nada de que preocuparse- Desde hacia tanto tiempo ya no dolía lo exterior comparado con lo interior, que era una cortada, un golpe o cualquier cosa comparada con el vacío que sentía dia a día, con lo mucho que se herían mis sentimientos cuando alguien me ignoraba, cuando parecía que no le importaba a ninguno de los que me rodeaba de verdad, ya era inmune a esa clase de dolor.

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