Narra "El encapuchado":
Hace 16 años atrás;
Soy de arabasta y tengo unos padres llamados Melissa y Jandiel. Hace ya dos semanas fue mi cumpleaños de 8 años, y como siempre mi papa y mama discutieron. Siempre peleaban y nunca estaban de acuerdo en nada, mi papa un día llegó a pegarle a mama por furia. Por mala suerte, mi papa consumía drogas y alcohol, y mi madre no le gustaba esa idea. Me pusieron en una escuela con el fin de que pudiera aprender, pero no podía, en la situación en la que estaba enfrentando era dura. Estuve en una sala de psicología para ver que pasaba, pero nada, no quería hablar ni incluso mirar, solo quería estar en un mundo sin dolor y rencor donde pudieras ser feliz.
Ellos fingían tener tristeza sobre mi, pero ya yo lo sabía.
Fui encontrada debajo de un puente gracias a mis padres,mis verdadero parientes me dejaron abandonada porque no querían a una hija como yo. Me llevaron a casa y cuidaron de mi, sentí amor, ya que según yo ellos me lo demostraban.
Pero no era así, mi padre empezó a pelear con mi madre porque el ya no quería que me quedara en casa, por eso la golpeo fuertemente dejándola en el piso. Me quede sin palabras ante eso, pero no podía quedarme hay haciendo nada así que me interpuse en el medio para que no le diera.
Dejala!- dije poniéndome enfrente de ella.
Los dos se quedaron sorprendidos con mi acción, pero no tardó mucho para que mi padre respondiera.
Salte del medio!, no querrás que te lastime- dijo echandome a un lado.
No!, ella es mi mami y tu esposa y nos tienes que respetar!- dije poniéndome en el medio de nuevo.
Que te salgas!- dijo y me golpeo.
Me quede boquiabierta ante eso, pero luego empecé a llorar tocandome la mejilla, y no por el dolor, sino por lo que debió soportar mi madre desde mucho tiempo sin poder hacer nada.
Te lo advertí!- dijo con una sonrisa maliciosa.
No le des, no tiene que ver con nosotros- dijo ella alejándome de el.
No te preocupes, estoy bien- dije parandome con dificultad.
Te voy a seguir dando hasta que te quedes sin energías- dijo y me volvió a dar.
Al dejarme al suelo me vio y empezó a patearme, ví como se sentía ser derrotado enfrente de tu enemigo. Ya no era mi padre sino mi enemigo, siempre lo había sido, nunca me quiso, le pedía un abrazo de consuelo y me decía que no directamente. Antes, me quedaba una pequeña chispa de fe en que cambiaría algún día, pero desde esa vez esa chispa se fue desvaneciendo poco a poco hasta quedar un completo vacío en mi corazón.
Ya basta!- dijo empujándolo con el hombro y dejándolo caer al suelo.
Mami...?- pregunte mirandola embobada.
Estas bien?, no te hizo mucho daño verdad?!- me pregunto tocando todo mi cuerpo con desesperación.
Si, me voy a ir de aqui- le dije parandome del suelo sin mirarla.
Que bueno, tu padre y yo arreglaremos las cosas ¿esta bien?, y seremos felices como siempre- dijo con una sonrisa falsa.
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Pero Ahora Sé Que Tú También, Y Me Alegra!
RastgeleEsta es la segunda parte de la historia Ojala supieras que Te amo... Es la continuación, espero que les guste y no va a hacer tan larga ya que ustedes saben hice todo haya.