La Musa de mi Colección

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Cap. 4

Hyukjae P.D.V.

-¿Puedo pasar, Hyuk?- preguntó aún sonriendo y con los ojos llenos de luz y brillo. Me quedé petrificado...

-Eh... S-si, claro. P-pasa- tartamudie. ¿Qué estoy haciendo?- ¡HOLA!- dije demasiado alto y emocionado. ¡Asi no idiota, se dará cuenta y se asustará!

-¡Hola, Hyuk!- entró a la casa. Su uniforme no era igual que el de ayer. Llevaba unos jeans rasgados (parecidos a los míos) y una camisa blanca. Se ve muy bien... y esos jeans son muy ajustados y sus piernas y su trasero se ven ta...-¿ Estás bien?- me miró con ojos preocupados.

-Sí, ¿por qué?- estoy muy nervioso...

-No sé, estás hablando raro, y tu cara está roja...- dijo muy bajito con ojos inocentes, como si estuviera apenado por haber preguntado. Te dije que lo estabas asustando, Lee.

-Estoy bien, Hae.- le dije sonriendo.- Y tú, ¿cómo estás?- le pregunté amablemente. Sonrió hermosamente:

-Yo estoy muy bien, un poco cansado de la mudansa, pero bien.- dijo mientras caminaba a la mesa de la cocina para dejar el paquete. Ahora que puede caminar libremente, me fijé que de vez en cuando va dando uno que otro saltito. Encuentro eso muy adorable. Dejó el paquete y se giró hacia mi, quería decirle algo, pero no se me ocurría nada. Y de pronto le solté:

-Te ves muy bien hoy, me gusta lo que traes puesto- vi como un sonrojo se propagó por su rostro, bajó la cabeza. Seguro no es por que se lo dijo Lee Hyukjae como un halago, si no por que se lo dice Eunhyuk como diseñador. O al menos eso pensará él...- Pero, ¿por qué no traes tu uniforme puesto?- y a mi que me importa? Madre mía, soy malísimo en esto. Se río en lo bajito:

-Hyuk, nosotros no tenemos uniforme. Todos los días tenemos la libertad de ponernos lo que queramos, siempre y cuando se vea fino y apropiado. Excepto los viernes, días como hoy podemos ir más casual. En realidad casi nadie hace pedidos los viernes, me dicen los otros chicos.- se encoge de hombros. Es adorable ver eso, es como un niño, ah y por no mencionar los pequeños pucheros que hace cuando no entiende o no sabe algo.- ¿Por qué preguntas, no te gustó lo que traía ayer?- bien hecho, Hyukjae. Ahora piensa que ayer se veía mal, cuando en realidad su imagen del día anterior no pudo ni tan siquiera escapar de tus sueños.

-¡No, para nada! No es eso, es que pensé que ese era el uniforme.- dije rápidamente.- Además,- bajé la cabeza- ayer te veías muy guapo- sentí sonrojarme hasta los tobillos.

-Gracias, Hyuk. Tú tambien eres muy guapo.- guiño el ojo inocentemente. Oh Dios, mi corazón en cualquier momento salta de mi pecho. Él piensa que soy guapo...- Además, ¿nunca te fijaste en la ropa del chico anterior que traía tus pedidos?- preguntó inclinando la cabeza hacia al lado, como un perrito. ¿Y ahora qué carajos le digo?

-Eh... Bueno...- me pasé la mano por el cuello. ¡AH, MIERDA! Dile la verdad- Para ser sincero, no. Nunca me fijé en su ropa.- dije mirando a todos lados menos a él. Escuché una leve risita.

- Me da mucho gusto que mi estilo llame tu atención.- claro, que es por eso, Lee.- Bueno, te dejo para que comas y sigas en lo tuyo.- comenzó a dirigerse a la puerta.

-No te tienes que ir todavía, c-claro si no tienes nada más que hacer.- ya no sé qué estoy haciendo la verdad.

-¿Quieres que me quede?- preguntó con un tono juguetón en la voz.

- S-si, bueno si te tienes que ir entien- me interrumpió:

-Esta bien, de hecho hoy me cambiaron de turno. Empezaré en las mañanas y esta sería mi última hora. Asi que ya estoy libre toda la tarde.- sonrió. Debería dejar de hacer eso, de momentos me hace perder la concentración.

-Ok...- me quedé parado ahí como un idiota y ahora qué hago?

-¿Qué quieres hacer?- preguntó juntando las manos. Todo un niño. Y ahora que lo pienso ¿que edad tiene este muñeco?

-Podemos conocernos mejor, ¿qué te parece?- dije nervioso. Vi como asintió la cabeza y sonrío.- Ven busquemos algo para comer. ¿Te puedo ofrecer algo, agua, refresco, jugo, leche?- ¿leche, en serio, Lee? Pero para mi sorpresa:

-Leche, me encanta la leche- dijo abriendo mucho los ojos. Me reí un poco y lo invité a pasar a la barra de la cocina, donde usualmente desayuno. Lo invité a sentarse en uno de los taburetes que al parecer eran muy altos para él, porque sus piernas quedaban colgando muy por encima del piso. Eso me hizo sonreír como un idiota. Busqué dos vasos y los llené hasta el tope de leche, y no sé por qué pero vi los tres diferentes paquetes de galletas y los saqué. Algo me dice que le gusta acompañar su leche con estas delisias, por lo menos ya tendríamos algo en común, además del buen gusto.

-Ok, aquí tienes. Leche para ti y para mi y galletas para los dos.- le dije sonriendo.

-Pero, ¿y tu comida?- miró el paquete que estaba en la mesa.

-Ah, me la comeré después- dije mientras me encogía de hombros. Ya me lo pegó.

-Ok... ¿y qué quieres saber de mi? Tú pregunta y yo respondo- rió mientras me miraba. Aún tenía sonrojada la cara. Ok, ahora sí...

-Ummm déjame ver... ¿qué edad tienes?

-19- dijo algo bajito, Demonios es algo joven...- ¿Y tú?

-Yo tengo 29.- ahora sí se va a asustar. Quizás pensó que era más joven y por eso aceptó quedarse a hablar conmigo, pensando que podría tener un amigo de su edad aquí en la ciudad. ¡MIERDA!

-Ok- dijo alegremente. UFFF... no le importó.

-Ok, ¿qué haces por acá? ¿Por qué te viniste para la ciudad? Y, ¿tienes familia aquí?- por Dios para ya!

-Jajajaja ok. Bueno me vine para acá en parte para ayudar a mi mamá y en otra para ayudarme a mi mismo. No tengo familia acá, todos están en Mokpo, - ah, de ahí su adorable acento- Verás, mi padre murió hace casi dos años y mi hermano mayor y yo tratamos de ayudar a mi madre a mantener la casa y todas esas cosas, pero ahora mi hermano logró entrar a la universidad, y era un poco más difícil hacer que rindiera el dinero. Asi que decidí venir a esta gran ciudad y conseguir un trabajo que dejara más dinero. Y lo encontré, la compañía paga muy bien. Tambien quiero ahorrar para retomar mis clases de fotografía y poder comprarme una cámara. Ser fotógrafo es mi sueño.

Y no cabía la menor duda, sus ojos brillaron cuando dijo eso. Ni un momento le quité la vista de encima. Wow. Es un joven muy valiente y luchador, no cualquiera se toma esa responsabilidad.

-Wow, no sé qué decir. Siento mucho la muerte de tu padre. Y creo que eres un joven muy valiente.- le dije con la sonrisa más sincera del mundo.

-¡Gracias, Hyuk!- se sonrojó, pero también me sonrió ampliamente.- ¿Y tú qué haces por acá?- ¡oh mierda! Olvidé comentarle que no le puede decir a nadie que estoy aquí.

-Verás, Hae, nadie puede saber que estoy aquí. Te pido por favor que no le digas a nadie. Frunció el ceño y entrecerró los ojos:

-Ummm ok, te lo prometo.- me aseguró.

-Gracias, Hae. Y ahora si te puedo contestar la pregunta. Cuando estaba en Francia, donde vivo y está mi taller, no tenía inspiración para diseñar. Cuando eso me pasa me vengo para acá una temporada, es donde único encuentro paz e inspiración. Esto es como mi lugar secreto.- dije señalando a todos lados. Hizo el gesto inocente otra vez, el de la cabeza inclinada y el puchero:

-¿Eres diseñador?- pero... ¿qué? ¿Acaso no sabe quié soy? Ahora sí me perdí....

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Por: Ana_jarpad

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