Parte 1 - Kim JongIn

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Long: 1,070 palabras

  También hay muchas cosas que 

probablemente no recordamos 

Ni la silueta de él ni de nadie más

Nos volvemos adultos cuidando

  las cosas importantes para nosotros.  

~Naruto Shippuden - Silhouette~  

***

Como disfruto los domingos, pues puedo levantarme a la hora que me plazca.

Abrí de a poco los ojos y mire el reloj digital que estaba en la mesa de noche: 10.16 am. Me estire un poco y luego me levante con todo el ánimo del mundo a tomar una taza de café humeante. Se preguntaran ¿por qué tan contento joven Kim?, pues déjenme decirles que hoy iría a visitar a mi pequeño vecino <<pues hace dos noches lo vi súper pequeño, lo más que le calculo son unos 14 años>> y a sus padres.

Pero antes que nada debía tomar una ducha para luego ver que llevarle como presente de bienvenida a mis nuevos vecinos.

Luego de dos horas y media al fin me encontraba ya cruzando la calle que divide nuestras casas. Me preguntaba si ya estarían despiertos, pues no veía que las cortinas las hubiesen corrido.

Toque el timbre dos veces antes de escuchar un 'ya voy' un tanto tembloroso, a decir verdad esa voz sonó un poco gruesa y adulta, pensaba que mi vecino estaría solo; no se lo supuse, quizás sus padres trabajen. <<Ay por dios Kim JongIn, la gente normal también descansa los días domingos>>

— ¿Quién es? — se escuchó desde el otro lado de la puerta aun sin abrir.

— Soy Kim JongIn, su vecino del frente — dije con una sonrisa <<tonto, no puede verte duh>> la cual borre después.

— Si ¿Qué desea? — ¿Qué le cuesta abrir? Solté un suspiro un tanto frustrado y respondí:

— Amm, bueno pues, venía a visitar. Es mi deber como vecino creo yo. — Dije un poco dubitativo, pues no pensé que este tipo de pláticas se daban a los vecinos nuevos cuando los conoces <<cuando no te abren la puerta>> — disculpe vecino ¿podría abrir la puerta? pues siento que estoy hablando con la puerta y es un tanto incomodo — intente sonar calmado y creo que lo logre.

Después de unos segundos que sentí fueron minutos largos y tortuosos sin respuesta al fin contesto — cre-creo que si — ¿eso fue un tartamudeo? Parece que sí. Se escuchó como quitaban varios seguro, si no conté mal fueron ¿¡6!? << ¿Este tipo de personas le tendrán pavor a la gente o qué?, ese pensamiento pasó por mi cabeza>>. Una pequeña cabellera negra se asomó por una pequeña abertura y unos enormes, tímidos y hechizantes ojos me saludaron, trague saliva sonoramente.

— M-mi nombre es KyungSoo — dijo extendiéndome un poco la mano aun por esa puerta medio abierta, bien podrían ser unos 10 cm. La estreche un poco efusivo al parecer porque se apartó un tanto rápido.

— Mucho gusto KyungSoo, es un placer conocerte — sonreí enseñando mi sonrisa Colgate y seductora, al parecer lo puse aún más incómodo pues pude ver como sus largas pestañas aleteaban rápidamente.

— Esto... Señor Kim, debo decir que no soy muy sociable, así que lamento mi falta de modales y hospitalidad, sé que lo normal sería dejarlo pasar adentro y ofrecerle algo de beber — pero que lindura de niño era este, le faltaba poco para salir corriendo y llorando, su vista temblorosa estaba clavada en el piso y mantenía sujeta la puerta con gran fuerza que pude ver sus nudillos blancos — pero me temo que no podrá ser así y espero usted pueda entenderme por mi forma de ser.

— No tienes por qué disculparte KyungSoo — trate de sonar muy amable, claro sin dejar de sonar seductor a la vez <<JongIn puede ser un niño y tú ya le estas coqueteando abiertamente>> — debo entender, pues quizás tus padres no te dejan hablar con desconocidos ¿cierto? — levanto su cabeza y su mirada confundida me hizo callar.

— ¿Cuántos años está pensando que tengo? — ¿por qué siento que he metido la pata?, su voz sonó entre molesta y ofendida <<mierda>> — debo decirle que soy graduado de la universidad y ni por cerca parezco un niño — dijo con el entrecejo muy fruncido que casi podía unir ambas cejas en una sola.

— No, no, no. Yo... lo lamento si he dicho algo indebido o si te he ofendido, pido disculpas — suspiró y volvió a ver al suelo.

— Tengo 25 años, señor Kim. Lamento haber sido maleducado hace un momento — ¿es acaso bipolar este chico o qué?, pensé <<Ay dios Kim JongIn, tantas preguntas que te haces y ninguna respuesta coherente>>

— Entonces creo que debes dejar de llamarme señor y yo debo disculparme por la ofensa — le sonreí sin malicia y le revolví el cabello lo que me permitió la pequeña abertura de la puerta. Sonrió un poco <<demasiado>> tímido y avergonzado.

— No creo poder ser irrespetuoso con mis mayores, señor Kim, supongo que usted es mayor que mí y es mi deber tratarlo formalmente.

— Pues ahí te equivocas, porque yo soy menor que tú. Y sinceramente me haces sentir viejo al decirme Señor <<lo lamento vecino pero yo no soy igual que tú. No podre llamarte formal siendo tan adorable como eres>> Tengo 24 años. — me encorve un poco para estar a su altura y un poco cerca de su rostro.

— ¿Qué? — levanto tan rápido el rostro que sumándolo a que me encontraba muy cerca de él, hizo que nuestros labios chocaran haciendo un 'pup' al ser levantados en el acto — ¡Oh dios! lo lamento tanto — se cubrió con su mano su boca y sus ojos se abrieron más si eso era posible.

— Jajaja no hay problema, fue mi culpa por estar muy cerca — me rasque la parte superior de mi cuello — eres mi mayor entonces, vecino — sonreí tímidamente.

— Ya veo — dijo quitando su mano un poco de su boca — entonces creo que será posible el que pueda hablarte sin honoríficos. — sonrió mostrando la más bella de las sonrisas que pude haber visto en toda mi vida. Dios es que enserió, era una sonrisa de corazón, realmente un corazón se formó con sus labios.

— Sonrisa de corazón — dije inconscientemente haciendo que el dejara de sonreír y bajar la vista avergonzado. — No, no. Por favor no escondas esa hermosa sonrisa — levante su mentón para que me mirara.

— JongIn, ¿cierto? — asentí aún con mis dedos bajo su mentón — un gusto de haberte conocido, espero verlo otra vez y para entonces poder hablar con más tiempo y comodidad. — Dicho eso cerró la puerta después de alejar mi mano para no ser aplastada por esta.

— ¡Espera! — Pero ya había cerrado — rayos, sonrisa de corazón — sentía que mi pecho apretaba mucho — siendo mayor que yo, no debo sentir remordimientos por querer besarte ¿cierto? — susurre bajo solo para mí.

Regrese a mi casa con una estúpida sonrisa en mi rostro que creo pude haber cegado a cualquiera que pasara frente a mí.



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Bueno aquí les dejo la primer parte de PingüCino, espero y sea de su agrado.

El lunes subiré la segunda parte, espero sus votos y comentarios.

Besitos babosos para todos/as :*

Un Saludito a @melibigbang por ser mi primer voto y comentario ;)

Mi PingüCino (PingüSoo) - KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora