Once Beth

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A la mañana siguiente. Hicimos nuestra vida normal. O bueno. "Lo normal" seguíamos separados pero ningún infectado. Así paso un par de días. Lo que no sabíamos es que lo peor venía.
-Beth, Holde y Kiara están infectados-. Me dijo Carol. Un escalofrío pasó por todo mi cuerpo. Estaba registrando todos los pasillos, cuando me encontré con Tyresse y Karen.
-Hola-. Dijo el. Karen tosió fuertemente. Se limpió con su suéter. Era sangre.
-Alejate de ella-. Le dije.
-No, ella está bien-. Me dijo asustado.
-No, no lo estoy, necesito ir con Beth, estaré bien, quédate tranquilo-. Le dijo y la lleve a la cuarentena.
Doc estaba ahí.
-Van 7 el día de hoy, esto avanza rápido-. Dijo el.
-¿Cómo te sientes?-. Le pregunte.
-estoy bien, tranquila cariño-. Me dijo el y cerró la puerta.
Camine por los pasillos, por sí alguien más necesitaba ayuda. Y vi a 10k. Sentado en la ventana de cristal. El tenía los ojos llorosos y una vena resaltaba en su cabeza.
-¿Estas bien?-. Le dije tocando su hombro. El, después de unos segundos, respondió.
-El no debería estar ahí adentro-. Dijo mientras su labio inferior temblaba. Estaba preocupada. El estaba mal.
-Estará bien-. Trate de animarlo.
-¿Y si no?-. Dijo mirándome y soltando unas lágrimas. Las limpio. -Ya perdí a mi padre una vez, no quiero perderlo a el-. Gritó y se fue. Valla. Esto de verdad lo afectaba. No pensé en eso jamás. Estos meses lo había visto tan fuerte. Era raro verlo llorar.
Seguí caminando. No podía dejar de pensar en el. De verdad me preocupaba. En mi camino encontré a Frankie. Llorando. Fuertemente.
-¿Estas...-. Trate de decirle pero no me dejo.
-Prometí cuidarlo-. Dijo sollozando. -Y ahora está muerto-. Ella rompió en llanto. Trate de abrazarla pero ella no lo permitió. Salió llorando. Sí Maggie muriera. No se que haría. Es mi hermana, no podría superarlo jamás.
Fui de nuevo a la cuarentena. Doc estaba en la puerta hablando con Caleb.
-Beth, ¿Qué pasa?-. Preguntó Doc.
-¿Cuantos van?-. Le pregunté. Ambos se miraron.
-12-. Respondió Doc.
Me llamo la atención un sonido que venía a mi espalda y voltee. Era Lizzie. Una de las niñas.
-No me siento muy bien-. Dijo ella. Toque su frente. Tenía temperatura. Una lágrima se escapó de mis ojos.
-Entra-. Le dije.
-Tengo miedo-. La niña me dijo con preocupación.
-Escucha pequeña, todo estará bien, estaré contigo todo el tiempo y ya veraz como todo pasara, ahora, entra y en mi celda que es la 8 hay unos cómics, ve y toma el que tiene un lagarto, lo leerás y esa será tu tarea ahí, ¿entendido?-. Le dijo Doc a la pequeña. La niña entró temerosa.
-¿Puedes decirle a 10k que me vea hoy en unas 4 horas?-. Me pregunto Doc.
-Si-. Le conteste.
Estuve a buscando a 10k en todas partes, llegue cerca del pabellón de los niños. Busque a 10k por los pasillos. Oí un ruido en una de las puertas. ¿Algún niño se abría convertido? Saqué mi cuchillo. Espera. Estaría infectado ¿no? No puedo usar un cuchillo. Me contagiaría rápidamente. Tome mi arma. Apunte a la puerta y la abrí. Mierda. No debí hacerlo. Eran Carl y Julia, teniendo... Sexo.
-¡Beth!-. Dijo Julia exaltada.
-¡Vete!-. Dijo Carl.
Yo estaba un poco en shock. Pero reaccione.
-Lo...Lo siento-. Dije mientras volvía a cerrar la puerta. Me quede pausada unos minutos.
-Oh Dios-. Dije casi en susurro. Salí rápidamente del lugar. Quería olvidar lo visto recientemente. Caminaba pero no podía dejar de pensar: ¿Se habrán cuidado? Lo se. Era muy estúpido de mi parte. Pero recuerdo a Lori y no puedo evitarlo.
-¡Hey!-. Choque con Addy.
-Lo...Lo lamento-. Yo seguía en shock.
-¿Estas bien Beth?-. Me preguntó.
-Si... Claro-. Dije un poco aturdida. -¿Has visto a tu hermano?-. Le pregunte.
-si, acabo de hablar con el, algo le pasa, ah estado muy preocupado por Doc, decidí dejarlo sólo un rato, pero creo que es mejor que alguien lo vigile, está en la torre de guardia-. Me dijo y yo agradecí. Ya me dirigía hacia la torre cuando se me ocurrió algo.
Me dirigí a la celda de Murphy y tomé lo que necesitaba. Lo puse en una mochila. Me dirigí a con Doc y le pedí otra cosa. Hoy quería intentar cosas nuevas. Por ultimo, le pedí unas cosas a mi hermana, fue algo un poco... Incómodo. Pero ya lo tenía todo, fui con 10k.
-Hey-. Le dije al entrar. El miraba el techo, tendido sobre el piso.
-Escucha, quiero intentar algo y necesito tu ayuda-. Le dije seriamente. Saqué dos botella de whisky inglés y como 12 cigarros de mariguana con un encendedor. El me miro.
-¿Por favor?-. Lo mire.
El tomo una botella y bebió. Hizo una mueca muy graciosa.
-No bebo mucho-. Dijo el.
-Yo nunca eh bebido-. Dije y bebí un trago de ese whisky. Se sentía como algo que quemaba en la garganta, pero me sentía bien con ello. Por alguna razón.
-Juguemos-. Le dije.
-¿Qué?-. Preguntó el.
-Verdad o beber-. Le propuse. El acepto.
-Empiezas tu-. Me dijo.
-¿Hasta qué edad te dejaste de orinar en la cama?-. Le pregunte, empezando con una pregunta divertida.
-Hasta los 10-. Me dijo. Yo reí.
-Oh vamos-. Me dijo. -Voy yo-. Asentí bebiendo un trago. -¿Qué es lo más traumante que has visto?-. Recordé lo de hoy.
-Vi a Carl y a Julia tener sexo-. Le dije.
-¿Enserio?-. El río. Afirme.
-¡No, espera, una vez oí a Maggie tener sexo con Glenn, eso fue lo más traumante-. Me reí.
-¿Quien no los ha escuchado?-. El río. Me estaba divirtiendo. Estar con el me encantaba. -Vas-. Dijo el.
-¿Qué es lo más traumante que has visto?-. Lo imite.
-Zombies con Viagra-. El dijo. Demonios.
-¿Enserio?-. Le dije.
-Terrible-. Afirmo. Pensé en la siguiente pregunta.
-¿A los cuantos diste tu primer beso?-. Preguntó. Ya iba a responder pero el interrumpió.
-Con lengua-. Me dijo.
-a los 19-. Me sonroje.
-¿Enserio?-. Estaba asombrado. -¿Conmigo?-. Preguntó. Asentí.
-¿Y el tuyo?-. Le pregunte.
-A los 16-. Me respondió. -En mi primer año de Apocalipsis. Había una chica en un supermercado que dijo que ella nunca había besado a alguien de lengua y que quería intentarlo antes de morir-. Explicó. Reí fuertemente. Creo que los tragos se me estaban subiendo.
-¿Quien era Lori?-. Preguntó. Baje la mirada.
-La mamá de Judith y Carl, murió cuando Judith nació, y Carl la mató para que no se convirtiera-. Dije con un nudo en la garganta.
-Lo siento dijo el-. Me tocaba a mi.
-¿Por qué estas triste?-. Le pregunte. El tomo la botella y bebió un trago muy largó. -Vamos, no te acobardes ahora-.
-Bebo valor-. Dijo el. -Esta enfermedad me recuerda tanto a todas las personas muertas-. Bebió otro trago. -Garnett, Mack, mi padre...-. No recuerdo que me hablara de ninguno. -Sobre todo Cassandra, de verdad estaba enamorado de ella. No quiero perder a Doc-. Siguió bebiendo.
Me acerque a el.
-El es fuerte, estará bien-. Le dije.
Seguimos la noche. Acabamos con las botellas de whisky y nos estábamos fumando lo que Doc me dio.
-Valla-. Dijo el. -Así que esto es estar drogado-. Yo reí. No se por que reí exactamente. Pero veía todo tan diferente. Tan normal.
Volteamos a vernos y nos comenzamos a besar. Pegamos nuestros cuerpos. El comenzó a pasar sus manos por todo mi cuerpo mientras yo hacia lo mismo. Yo empece a quitar su camisa. El mi blusa. Estábamos en ropa interior. Quito mi sostén y comenzó a dar besos hasta llegar a mi abdomen.
-Espera-. Me dijo el. -No tengo aquí los...-. Lo interrummpi.
-Le pedí a Maggie-. Hablábamos de los condones. No quiero tener bebés. Con Judith tengo. No quiero arriesgarme.
En ese momento nada más nos importo y tan sólo lo hicimos. Era nuestra segunda vez. No recuerdo muchos detalles. Estar ebria y drogada lo hace más excitante pero no recuerdo mucho.

The walking ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora