El sueño de Grace era pasar el resto de su vida con Jane, en las circunstancias que fueran y sin importar nada. Eran muy buenas amigas y el cariño era mutuo, pero Grace se podía dar cuenta de lo que Jane pensaba y lo que no. Habían ocasiones en las que Grace quería asesinar a Jane solo por pequeñeces, pero a Jane no le interesaba y continuaba provocando a Grace con aquellos actos desconsiderados. Grace se daba cuenta de muchas cosas acerca de Jane, cosas que a Jane no le gustaría para nada que supieran de ella, pero Grace era muy astuta y siempre encontraba la manera de saber las cosas, no porque quisiera tener un amplio repertorio para molestar a su hermana, si no porque le interesaba saber acerca de ella, le preocupaba más saber acerca de Jane que de ella misma. Grace pensaba que ella solo era un eslabón en la interesante y misteriosa vida de Jane, que no valía ni la mitad que Jane.
Pero no era envidia, se trataba de su sentido común. Grace no era tonta, y ella misma aceptaba que todos se preocupaban más por Jane que por ella. Pero a Grace le parecía bien no ser tan importante, al fin y al cabo, era importante para Jane.
Jane bajo las escaleras y comenzó a meter unos cuantos cuadernos a su mochila, desayunó y luego volvió a subir para asearse los dientes.
-¿Grace?- toco la puerta de Grace despacio, temiendo a que se hubiera quedado dormida y que por consecuencia se les hiciera tarde en el primer día de escuela.
Grace abrió la puerta enérgicamente, y para sorpresa de Jane, su amiga ya estaba vestida, arreglada y cepillada.
-¿Desde cuando estás lista?-preguntó Jane alzando las cejas. Y por un momento Grace se sintió superior a Jane.
-Hace unos minutos, ¿Tú ya estás?
-Eso creo, ¿Me veo presentable?- Jane se señalo a sí misma para que Grace la examinara. Ambas llevaban distintos atuendos, pero las dos tenían su propio estilo, un estilo que Grace nunca entendería de Jane y Jane jamás entendería de Grace.
-¿Cuando vas a comenzar a vestirte como la gente?- Bromeó Grace.
-Cuando se me terminen de zafar todos los tornillos.- le siguió el juego Jane. Después de unos cinco minutos más de verificaciones, ambas hermanas ya estaban listas para irse y causar mejores impresiones que la última vez en preparatoria.
Connor observaba por milésima vez aquella gran escultura de cerámica puesta en la entrada de la casa de Gabe. Mientras Connor esperaba a que Gabe bajara y así juntos poder ir a la universidad, Zoey Andrews, una rubia de ojos verdes y atractiva para algunos, molestaba a Connor.
-¿Entonces vendrás por Gabe más seguido?- su voz era irritante solo para Connor, mientras que para Gabe, era el sonido de la gloria.-Probablemente.- contestó Connor harto.
Zoey Andrews era la vecina de Gabe, y cada que Connor iba a recoger a Gabe a su casa, Zoey salía de la puerta de a lado y se le pegaba a Connor durante un buen rato, a todos les gustaba Zoey, pero a Connor le daba nauseas el solo hablarle, y para su mala suerte Zoey se fijaba solo en él.
Pocos pero eternos minutos después, Gabe salió de casa y ayudó a Connor a deshacerse de Zoey.
-Buenos días, Zoey. Lo siento pero tenemos que ir a la escuela, fue un gusto verte.- se despidió Gabe al salir.
-De acuerdo, Gabe, cuídate Connor.- Zoey le guiño un ojo a Connor, este solo sonrió falsamente y tomó a Gabe de la camisa para alejarlo de la rubia.
-No entiendo porqué te molesta.- Gabe le reprochaba a Connor.
-Porque no es inteligente, usa lo poco que le queda de neuronas para hacerle cumplidos a los hombres.- Aceptó Connor, quien era el más apto para hablar de inteligencia.
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Something Broken
RandomSe llamaba Jane Westfall, no tenía problemas mentales en ese entonces. Era reservada pero tenía una amiga, Grace. Entro a la Universidad y pronto se convirtió en la líder de una hermandad, conoció a Connor y a Gabe, todo marchaba bien al parecer, vi...