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Un mes pasó desde esa increíble sesión donde Magela sorprendió con sus reflexiones y algunas experiencias personales. Se hizo hábito que cada lunes, luego de que Alejandra abriera la charla, ella dijera algunas palabras que dejaba a todos pensando sobre las decisiones que querían tomar para sus vidas.

En ese tiempo cuatro integrantes del grupo fueron dados de alta y otros tres ingresaron, por lo que con la implementación de Magela todo era más dinámico y llevadero. Su interior no cambió nada en ese tiempo, seguía creyendo que dejarse consumir era su mejor opción, aunque despertaba en los demás interés por seguir adelante aparentando ser ella misma un ejemplo de lucha y pelea contra los altibajos que la depresión conlleva.

Su madre y Bruno estaban más tranquilos y la dejaban ser un poco más libre, aunque siempre estaban pendiente de ella. Hasta llegaron a insistirle en volver a la facultad para retomar su carrera aprovechando la experiencia que estaba viviendo junto a Alejandra, pero se negó alegando no sentirse lista para ello, pero la realidad era únicamente que no le hallaba sentido alguno comenzar con algo que sabía no acabaría. Aunque debía admitir que hablar y dar consejos la hacían sentir feliz y completa aunque fuera por un rato. En algún momento vio un halo de luz entre tanta oscuridad y por algunos minutos creyó poder salir adelante, intentar ser feliz, pero los recuerdos volvían a atacarla golpeando con fiereza cada fibra de su destruido ser, dejándola nuevamente marchita, muerta en vida, hundida. Y era en ese momento donde retomaba su decisión inicial.

Una tarde cualquiera se encontraba comiendo una manzana, sentada bajo un árbol de grandes raíces en la parte delantera de la clínica; y es que como el lugar estaba bastante apartado de la ciudad nadie pasaba por allí, dando privacidad aún ahí. De un momento a otro Tamara y Oriana se acercaron a ella, Magela las recibió con su cálida sonrisa dándoles a entender que eran bienvenidas; se sentaron junto a ella.

—Oye Magela —le habló Oriana— ¿cómo se siente poder ayudar a otros? Digo, te lo pregunto a ti porque hacerlo con la doctora Alejandra no tendría sentido. Ella es una profesional y estudió para eso; también está el hecho que por más buena persona que sea y por más que se preocupe, es su trabajo. Le pagan por sacar a una bola de enfermos y depresivos del «pozo» donde nos encontramos. Pero tú...tú eres una persona común, uno más de nosotros aquí dentro y lo haces sin ningún interés de por medio. Además, todos te respetan y te admiran.

—Ay, pues mira. Se siente muy bien, es gratificante saber que entre tanto miedo y tantas inseguridades se puede encontrar la manera de apoyar a otros y aportar un granito de arena para incentivarlos a salir adelante —y así lo sentía verdaderamente—. Y no creo que me respeten y muchos menos que me admiren, solamente les caigo bien —dio otra mordida a su jugosa manzana.

—Lo que Oriana quiere decir es que...que... ¡ay! ¿Cómo podemos decírselo?

—A ver muchachas, me están asustando. ¿Qué es lo que ocurre?

Ambas se miraron dándose ánimos para hablar, hasta que al fin una de ellas lo hizo.

—Tamara y yo queremos hacer nuestras sesiones contigo.

—¿Qué? Chicas les agradezco la confianza y créanme que me siento muy halagada, pero yo no soy doctora, ni psicóloga. Y tampoco es como que lleve adelante las charlas, simplemente doy algunos puntos de vista y opiniones. No creo poder ser de mucha ayuda con problemas reales, con situaciones concretas y tan complejas como de seguro son las suyas. ¿En que podría ayudarlas hablar con una depresiva? Más que evolucionar, retrocederían y eso no es algo que avale yo y mucho menos, Alejandra.

—Es que mira, nosotras no hemos hablado de nuestras cosas en ninguna de las sesiones, hace más de un mes que estamos aquí y si no hacemos algo pronto nos tendrán encerradas hasta que don Ramón pague la renta —Magela rió ante su cometario—. Tú nos inspiras confianza, nos llevamos bien y sabemos que si hablamos contigo nos sentiremos mucho mejor.

 Las Tres Marías. [Completa]© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora