Capitulo 5

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Christian

Llegue al gimnasio necesitaba hacer ejercicio ya tenía días que no hacía nada. Hace como 2 horas creo llame a Rachell "mi princesa" sonreí al recordarla. Pero me colgó rápidamente, no quería hablar conmigo ni nada. Acomode mi bolso de deporte en mi casillero camine al área de maquinas de correr.

Cuando entre lo que me encontré a mitad del cuarto fue una pareja besándose, pero ese hermoso cabello se parecía al de alguien. ¡¿RACHELL?! Era ella y se estaba besando con ¡¿Jack?! Camine rápidamente y lo quiete de ella de un empujo. ¡Maldito!

-¡Que te pasa idiota!

Jale a Rachell hacia mí y la puse detrás de mí.

-¿Qué te pasa Christian? –dijo ella alejándose de mi.-Yo lo siento Jack

Salió casi corriendo yo mire rápidamente al imbécil de Jack.

-¡No vuelvas a acercarte a ella! ¿Me oyes? Ella es mía.

Salí corriendo en busca de Rachell, pase por recepción y la chica que estaba se me quedo viendo toda confundida.

-Salió corriendo hacia la izquierda –dijo ella.

Salí y la vi caminado a donde me había indicado la chica. Corrí hacia ella y me puse frente a ella. Ella me miro con cara de enojo, trato de esquivarme pero no se lo permití.

-Quítate de mi camino.

-No, ¿Por qué mierda dejaste que te besara? –dije con voz de enojo.

Estaba malditamente enojado, otro maldito hombre la beso, toco lo que es mío.

-Christian déjame en paz –dijo dándose la vuelta.

Me volví a poner en su camino.

-¡TU! no vas a ninguna parte, ya no –dije estaba dispuesto a llevarla conmigo a donde sea ella no va a estar sin mí.

-Déjame tu no me vas a decir lo que tengo que hacer. Ahora quítate de mi camino, si no...

-¿Si no que? Me vas a golpear –murmure-Tu vienes conmigo a casa y punto.

Me agache y la cargué sobre mi hombro. Ella empezó a patalear pero no la iba a soltar, la gente se nos quedaba viendo pero me vale mierda, ella es mía y nadie me la va a quitar.

-Christian bájame, todo mundo nos está viendo y yo no voy a ir contigo a ninguna parte...

Abrí la puerta del coche y la metí dentro. Ella me empujo y me manoteo cuando trate de ponerle el cinturón.

-¡Estate quieta mierda! –grite pero no me hizo caso, logre abrochar el cinturón y me separe de ella- Ni se te ocurra bajarte ¿entiendes? –la jale hasta mi y la bese fuertemente.

La solté y cerré, corrí a la otra puerta y entre rápidamente y encendí igual el coche. Íbamos a mitad de camino y ella no me miraba estaba enojada lo sé todo el camino viendo hacia la calle. 

Aparque dentro de un estacionamiento. Íbamos a hablar de una vez.

-Rachell nena, tenemos que hablar yo no puedo estar...

-Cállate no digas nada, no quiero escucharte

-No tu escucha, no sé qué mierda está pasando ¿Por qué de la noche a la mañana decidiste ya no tener una relación conmigo?

-No quiero hablar de eso entiendes, déjame bajar ya, Sam debe de estar preocupado.

-No te vas a ir sin decirme la verdad, no te bajaras ni nada –dije enojado.

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