Capítulo 4: ¿Y si jugamos?

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Llego a la oficina de Logan, me muero de ganas por salir corriendo, pero mi trabajo es mi trabajo. Tengo todo ordenado para la junta directiva que se llevará a cabo en unas cuantas horas. Es a las siete y apenas son las seis, no podía dormir y mejor decidí venir para dejar las cosas hechas. Marcia también había llegado temprano, al parecer la mayoría de los empleados madruga, yo no, yo siempre llego a las siete u ocho. Creo que son los privilegios de ser la mano derecha del gran Henderson. Salgo de la oficina y Marcia me ve.

—Se ve muy mal —se anima a decir, desde que llegó no dejaba de verme.

—Estoy mal, muy cansada, Marcy —le doy una sonrisa cansada.

—Debería descansar, puedo darle un pase para que vaya y descanse, le diré al señor Henderson que se encontraba enferma —sonríe torcida.

—Eso suena bien —deseo aceptar más que nada para no escuchar la platica pendiente, y verlo nuevamente después de lo de ayer.

—Esta bien, le diré al señor Henderson, el debería entender que no siempre se está bien —asiento con la cabeza lentamente.

—Dígale que todo está listo, los gráficos, los documentos y archivos sobre las ganancias están actualizados y en orden.

—Dejará que se lleve el crédito —suspiro largamente.

—Nunca me ha importado eso Marcia, no estoy de buen humor para estar presente —murmuro. Niega lentamente.

—De acuerdo, espero y mejore—sonríe.

Entro a la oficina y acomodo las cosas, me envío los correos electrónicos con los datos de mi padre para que por lo menos me ponga al corriente con eso. Tomo una profunda respiración para salir, ha pasado ya una hora estando enviando y organizando las cosas para irme, no quería verlo, no me siento con ganas de trabajar y menos de que me de su charla de..., la verdad no tengo idea de lo que me quiere hablar y mucho menos porque. Él siempre ha sido de sexo, sexo y más sexo. Nunca hablar. Al menos que sea de trabajo. Salgo de la oficina y el elevador se abre, sé que es Logan, entro de nuevo en la oficina. Mierda, que suerte.

—¿La señorita McBride ya llegó? —cuestiona con esa maldita voz tan varonil.

—Sí, pero se retiro, no se veía bien y le di un pase —aprieto los ojos deseando irme ya.

—¿Se encuentra bien? ¿Sabe que tenía? —trago duramente.

—Una mala noche, de seguro estuvo trabajando mucho —intento regular mi respiración, carajo, odio que me haga sentir tan..., así.

—¿Mañana vendrá?

—Sí, señor Henderson.

—Gracias, Marcia—se escucha la puerta cerrarse.

Juro que mi corazón esta saliendo de mi pecho. No quiero que se entere sobre la mentira que montamos. Porque estaría en serios problemas. Marcia se retira, de seguro va a el sanitario. Con mucho cuidado salgo de la oficina, incluso tengo contenida la respiración, exagerado, lo sé, pero únicamente estoy siendo cuidadosa. La cierro y camino en pasos silenciosos y rápidos a el elevador. Su puerta se abre, inmediatamente me pongo rígida. Carajo. Cierro los ojos con fuerza.

—Señorita McBride. Es una mentirosa —no se escuchaba enojado, se escuchaba divertido. Más mierda.

—Lo.. Logan —me giro de talones y lo veo, una tonta sonrisa me recibe.

—Estabas enferma, te has recuperado con rapidez —la sonrisa seguía.

—Estaba en el sanitario porque no me siento bien, ya iba de salida —intente sonar convincente.

Posesivo [Logan Henderson] (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora