Capítulo 13: Llévame a casa.

146 10 7
                                    

Dejo la cerveza sobre la mesa de billar, levanto la mirada para observar al lindo rubio que no para de coquetearme, realmente es ardiente.

—Eres buena —se acerca lentamente a mí.

—Lo sé, en la universidad tenía que sobresalir para poder llamar la atención del imbécil chico malo —doy un encogimiento de hombros.

—No soy un chico rudo —me toma por la cintura—. Puedo intentarlo por tí —me guiña el ojo, claramente bromeando.

Suelto una risa, realmente es alguien atractivo. Observo sus preciosos ojos verdosos, junto a sus brazos musculosos, realmente es alguien que llevaría a la cama.

—Tengo algo de hambre —me alejo lentamente, jugando con mis cejas.

—De acuerdo, invito yo —lame sus labios—. ¿Qué dices? —aprieto los labios. No hay nada mejor que olvidar con alguien nuevo.

—Es perfecto —sonrío suspirando.

Paso por su lado, sintiendo sus pasos detrás de los míos y sus ojos en mi trasero. Me sorprendería que fuera de otra manera.

(...)

Veo su hermosa boca moverse, hablando sobre su trabajo de bombero. Estoy tan ebria que incluso podría tirarmelo frente a todos en el pequeño, privado y lujoso pub.

—¿Y qué hay de ti? —pregunta, colocando su mano sobre mi muslo. Ya era hora, se había tardado.

—Mi trabajo es súper, mega, muy aburrido —comienzo a reír, acercándome a su rostro—. Hablemos de temas interesantes —en sus ojos destella la lujuria. Demonios, los míos deben de suplicar por él.

—Me he quedado completamente sin ideas, tú eres interesante —sonríe, subiendo y bajando su mano por mi muslo, y para su maldita suerte traje vestido.

Me recargo sobre su hombro, tratando de ignorar el alboroto de la mesa de al lado. Con la mano comienzo a jugar con su entrepierna, sintiendo cosquillas en el estómago, Arthur se limita a apretar la mandíbula. La luz es tan baja que ninguna cámara podría captar nada, y es por lo que decidimos venir aquí, porque el miserable de Logan trae a todas a este maldito lugar.

—Eres jodidamente sexy —murmura sobre mi oído.

—Lo sé, tú también lo eres —empiezo a reír, aunque ha salido más como un ronroneo.

—¡Qué empiece la semana de la despedida de soltero! —gritan, realmente no me dejan concentrar en lo mío.

—¡Por Henderson! —y en ese instante retrocedo y caigo del sillón, trayendo conmigo la botella de vino, la de champaña y ambas copas.

Inmediatamente me sonrojo por todo el maldito ruido que cause al tirar y quebrar todo, atrayendo la atención de varias personas.

—¿Estás bien? —cuestiona de inmediato, ayudándome a levantar, las nauseas vienen y van.

—Sí... —arrastro las palabras, evitando el vomitar.

—¿Señorita McBride, se encuentra bien? —llega el mesero que nos estaba atendiendo. Niego con la cabeza.

—La cuenta... Ya... Ya nos vamos —susurro queriendo salir huyendo, vine al lugar queriendo evitar pensar en él y resulta que estamos en el mismo sitio, y después de mi suerte no entiendo el porqué me sorprende.

—De acuerdo —murmura confundido.

—¿Segura qué estás bien? —cuestiona Arthur, viéndome de pies a cabeza—. Te ves pálida, Key.

Posesivo [Logan Henderson] (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora