Andrew [Terminada, Corrigiendo]

Capítulo 4

Jasmin ;

Tras pasar un día con Let llego a casa molida, llevo todo el día fuera y no he dormido mucho, sólo quiero cenar y tirarme en el sofá aver alguna serie y reírme, pero todos mis ilusiones se van cuando escucho a mi madre decir textualmente:

- Jes no te eches en el sofá que dentro de quince minutos llegarán los Blaick - ante esas palabras me quedo estática en mi sitio.

No pueden ser esos Blaick, alomejor es otra familia que se acaba de mudar, si, debe ser eso, me repito a mi misma hasta que mi madre entra en mi habitación y sigue.

- Creo que te acordaras de Andrew Blaick, erais muy amigos, una pena que perdierais el contacto cuando se fue a otro colegio - y ahí mi mundo se detiene.

¡Esto tiene que ser broma!, ¡no podían ser otros Blaicks!,¡no!, ¡tiene que ser esos Blaicks! ¡el mundo me odia! ¿que he hecho yo en otras vidas?

Reacciono y veo a mi madre con su sonrisa maternal y eso me relaja, aunque suelto una risita nerviosa para luego intentar explicarle a mi madre el pequeño problema de que Andrew Blaick ¡me odia!.

- Mamá...aver como te explico esto, Andrew no es el mismo Andrew - mi madre no entiende nada, vamos ni yo misma me entiendo, sólo hay que verle la cara - él ha cambiado, ahora ni si quiera se acuerda de Let ni de mí, no habla con nadie, mamá no es buena idea que venga - mi madre niega.

- Cariño, no te hablará por que no se acuerda de ti, los dos habéis cambiado, ya verás como después de la cena os volvéis a llevar como antes - me da un beso en la frente y sale de mi habitación.

Ojalá fuera tan fácil y mi madre tenga razón y como mínimo podamos volver a cruzar algunas palabras, así todo sería más fácil en clase, sobre todo teniendo lo detrás mío.

Me levanto de la cama y me miro, pantalón vaquero justo, y una camisa blanca junto mis adidas superstar blancas con rayas doradas, de maquillaje bien, todo bien.
Sólo falta el ánimo de mi gran amiga Let así que le escribo un mensaje.

Let Sister♥ : te necesito, sal a la ventana.

Hasta que sale empiezo a dar vueltas por la habitación maldiciendo el por qué tarda, cuando por fin escucho que me habla.

- ¿Que ha pasado? - pregunta preocupada y antes de hablar me llevo las manos a la cabeza.

- ¡Los Blaick vienen a cenar! - siento que no me entiende así que con plantas claras le digo - ¡Andrew y su familia vienen a cenar! - su boca se abre formando una O a la vez que abre los ojos sorprendida.

- ¿Y me voy a perder una cena tan divertida? - dice haciéndose la dolida en modo de broma, la cuál seguiría si no estuviera hablando de Andrew.

- Let, enserio, no se que hacer, ¿le saludo?, ¿le doy dos besos? O casi mejor me quedo callada, si eso es lo mejor - ella se ríe y niega.

- Si ni si quieras me escuchas ¿para que me necesitas? - dice subiendo una ceja.

- Es obvio, como buena amiga, me escuchas y das ánimos - siempre se hace eso - en cuanto termine todo te llamo o mejor te tiro una piedra en plan amantes secretos.

- Vale chica de libro, ánimos y tu solo se tu misma y todo saldrá bien, ya lo verás - sube los dos dedos gordos y sonríe, yo sonrío y me preparo mentalmente.

Bajo las escaleras y cuando voy por la mitad escucho el timbre y como el mundo está de mi parte mi madre me dice que vaya a abrir, bajo y cuento hasta diez para a continuación abrir la puerta encontrando me con los señores Blaick quienes me sonríen, les dejo pasar y no veo rastro de Andrew, ¡sí por fin algo bueno!, pero cuando voy a cerrar la puerta un pie se mete en medio haciendo que abra la puerta encontrando me con sus ojos mirarme con enfado, ya que técnicamente le he cerrado la puerta en las narices, intento sacar una sonrisa a modo de disculpa la cuál no sirve y decido hablar.

- Esto...perdón, no te había visto - y que hace el, nada, absolutamente nada - bueno pasa - y por fin hace algo, camina hasta adentrarse.

Cierro la puerta y un silencio incomodo se forma entre nosotros, mira que he vivido situaciones incómodas pero ésta es una de las mayores, ¡tierra traga me!, quiero decirle algo pero no se el qué y cómo si Dios hubiera escuchado mis súplicas aparece mi madre para decirnos que vayamos al comedor. Cuando llegamos veo la colocación de la mesa para cenar, los padres unos enfrente de otros y Andrew y yo en los extremos, ¡genial!

Cuando ya estamos todos sentados y cenando empiezan las preguntas, pero no hacía mis padres no, hacia mí, debido a que el señor de enfrente mío pasa de todo.

- Y dime Jasmin, ¿vais juntos a clase? - por lo que veo no hablan mucho y yo asiento - oh eso es genial, Andrew no me habías dicho nada - suelta su madre molesta y el solo responde con un bufido que su madre toma en señal de no querer hablar - y bueno ¿como es mi hijo en clase? ¿Se porta bien? - dice con ansias de saber.

- Si...claro que sí, nunca se mete con nadie - ni nadie con él - y nunca habla en clase, está muy concentrado - en los garabatos que hace, cosa que no digo.

- Menos mal, estaba muy preocupada pensado que no conocería a nadie - dice contenta - me alegra saber que te tiene a ti - me tiró un cubo de arena - ya que antes erais muy bueno amigos, que pena que perdierais el contacto - ¿que?

Yo solo asiento, ¿antes nos llevábamos bien? Y como si mi mente hiciera clack me acordé, antes éramos muy buenos amigos, nos hicimos amigos cuando defendí a Let una vez que le quiso tirar el bocadillo, el de sorprendió por mi "valentía" y poco a poco cogimos confianza y desde entonces el me contaba muchas de sus bromas, en las cuales aveces participaba, hasta el día del cubo, pensé que alomejor se habría confundido hasta que empezó a reírse junto con sus amigos, me enfadé muchísimo y a partir de ahí dejamos de ser amigos y al poco fue expulsado.

Rápidamente levanto la mirada, para encontrarme con la suya, la cual me mira despectivamente, quiero hacerle millones de preguntas pero antes de hacerlo el se levanta coge su chupa de cuero y pasa de las advertencias de sus padres para salir del comedor, rápidamente me pongo en pie y le sigo hasta llegar a la puerta donde el ya está llegando a su moto a la vez que corro con la esperanza de que responda a mi preguntas, cuando estoy a su lado el ya está subido en la moto y mirándome por encima del hombro y sin esperar más tiempo arranca, dejándome allí igual o incluso más aturdida que antes de acordarme de todo lo que pasó años atrás.