The Moon And The sun. (Cake). One shot.

Dos.

-Lukey hey, ¡pss! ... despierta.- Calum movía a Luke con su brazo derecho para que reaccionara. El rubio había quedado dormido después de haber salido por la autopista estatal, después de casi no dormir la noche anterior, el sueño había cobrado. Calum quería despertarlo para que juntos vieran al sol ponerse enfrente de ellos, pensó que seria algo que a Luke le hubiera gustado ver. Sin embargo, el rubio no reaccionaba y parecía ronronear cuando el moreno rozaba las yemas de sus dedos sobre su cabello.
Entonces fue cuando Calum vio todo diferente. Con el sol a medias, el cielo naranja con nubes algodonosas y a su rubio . Los últimos rayos de sol iluminaban el vidral del parabrisas, y rebotaban sobre el rostro y piel de ambos. La carretera gozaba de gran extensión, y carecía de espacio. El bentley rozaba sus llantas y estaba sólo, no habría problema si Calum giraba para observar a Luke, no había nada que pudiera arruinar el momento; su momento.

La piel de Luke brillaba como agua contra el sol, y sus labios ligeramente abiertos, un par de veces, se cerraban para tragar saliva. Sus pestañas adoptaban un color amarillo, y sus cejas se desvanecían de color amarillo a marrón a través de la sombras. Calum se había dado cuenta de lo que amaba y de quién lo amaba.

El sol otorgaba su aliento de vida antes de desaparecer, y ambos adolescentes respiraban ondo y profundo. Se sentían tranquilos y seguros.

A media noche, el aire era húmedo y calaba. Calum lo pensó un rato, y aparcó en un hotel, aquel hotel era pequeño y solo poseía dos pisos, con un color naranja descolorido y también descarapelandose, no hubo mayor problema con el tramite. Incluso Nita, la chica de recepción reconoció al musico y le pidió un par de autógrafos.
- ¿Vienes sólo? ¿Alguna fiesta arrepentida?. - Sonrió la chica. No era alguien que debía estar atendiendo a vacacionistas y turistas, era el tipo de chica que promocionaba lipsticks por televisión por cable. Tenía una amplia sonrisa, con dientes en hilera y blancos. Ojos grandes y marrones, pestañas largas y onduladas, con el cabello obscuro en coleta, la chica disfrutaba de su empleo. O al menos se empeñaba en hacérselo creer a los clientes.
- Vengo con Luke. Vacaciones, él está dormido así que...
- ¿Es enserio? ¿Luke viene contigo?.-La chica lo interrumpió.
- Si, verás... decidimos tomarnos unas... vacaciones.- Calum sonrió siendo amable.
- Espera. ¿Dejaron a Ash y a Mikey solos?. No, lo siento. No puedo perdonarlos por eso.- Bromeó la chica castaña. A Calum le parecía bastante agradable, pero moría por cerrar los ojos y descansar.
- Espera, tu... Luke, solos, y según esto... - Nita seguía una línea con sus ojos y sus dedos a través de la hoja.- Sólo se quedaran hoy. - giró para mirar al moreno, entrecerro los ojos y sonrió pícara. - Esto es algo extraño...

- Cal, ¿Qué hacemos aquí? Es tarde y necesito comer. - Luke había sorprendido a Calum y a Nita, antes de que ella pudiera escabullir entre el asunto. Calum pensaba en la cara de Luke en puchero por la luz de la habitación de la recepción. Calum caminó hacia el rubio y lo abrazo por el hombro. Mientras Nita tomaba una nota cuadrada pequeña de color amarillo y escribía brevemente con una sonrisa de oreja a oreja.

- Lukey, venimos a un hotel. Si, es tarde acabo de alquilar un cuarto. Solo nos quedaremos esta noche. ¿si?. - El ojiazul tenia los ojos cerrados, solo había dos opciones: había caminado dormido hasta escuchar la voz de Calum. O la luz le lastimaba tanto la vista que le era imposible abrir los ojos.
- Será mejor que nos vallamos ya a dormir. ¿Qué te parece?
Luke sólo bostezo y recargo su peso en el hombro del moreno, recargando su rostro sobre el hueco de su cuello. Calum sintió sus mejillas arder y vio a Nita con una mano sobre la boca, resistiendo una sonrisa o sólo adoptaba esa posición por la ternura que le causaba su debilidad en la banda.

- Aquí tienes.- Nita extendió su brazo hacia Calum, dándole la llave de su habitación. En la cara de la llave había un papel blanco pegado (o grabado) con un numero.
"505."
Junto a la llave, había una notita amarilla que Calum abriría y leería segundos después.