✨✨ 23 | The great game |Parte VII|

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Para la noche, los colegas ya se encontraban en sus respectivos hogares. El terrorista aún no se ponía en contacto con Holmes; así que, John, al recibir una invitación por parte de Mike para beber unas cervezas, decide abrigarse y dejar el 221B.

―¿Alice? ―consulta luego de golpear, ahora abriendo lentamente la puerta al escucharla a ella tocar en su piano.

―¡Hey, John! ―saluda sin voltearse, con la mirada aun fija sobre sus notas.

―Mike me invitó por unas cervezas y pensé que te agradaría unírtenos ―dice de manera casual―. Mike es un amigo de la universidad, él me presentó a Sherlock.

―Suena interesante, querido, pero ya me puse el pijama...

―¿Qué edad tienes? ―Alice ríe y se voltea hacia él, aun cómodamente sentada sobre el taburete. John continúa extrañado―. Es en serio ¿qué edad tienes?

―Veintiocho.

―Vaya... ¿Y aun así prefieres quedarte en casa? ¿sabes que hacía yo a esa edad?

―Hace cinco años de seguro ya te habías ofrecido en el cantón de reclutamiento para ir a Afganistán ―replica ella alzando una irónica ceja―. Por lo tanto, ¿deseando andar de juerga?

―Hubiese matado por una cerveza.

―¿Lo hiciste?

―¡Claro que no! ―exclama ofendido―. Ahora, ve a cambiarte.

La rubia ríe entretenida y rinde su pereza ante la orden del exsoldado, no tardando más de diez minutos en salir en compañía de Watson desde su apartamento.

―¿Invitaste a Holmes?

―Él no hace estas cosas.

―¿Salir con amigos?

―No conozco amigos de él, sólo conocidos. Entre ellos, Mike.

―Vaya...

―Observa ―anuncia el doctor cuando bajan hasta el recibidor del 221B, desde donde se podía ver a Holmes leyendo en su laptop, cómodamente sentado sobre su sofá individual―. Sherlock ―grita desde bajo el umbral de la puerta―, Mike me invitó a unas cervezas y...

―No.

―Pero...

―No.

―Está bien ―dice resignado, compartiendo una cómplice mirada de soslayo con su vecina―. Buenas noches...

―No.

Sanders observa la interacción algo atónita. Holmes parecía en una especie de trance, ello a pesar de que parecía funcional lector de la pantalla de su laptop, era como si intencionalmente bloqueara los estímulos externos que él no creyese "necesarios".

―A ese nuevo estado lo llamo "sonambulismo eficiente" ―explica el doctor mientras, entretenido, rueda los ojos. Una interesada Sanders le sigue por las descendentes escaleras―. Es un derivado, no tan extremo, de sus trances para recorrer su palacio mental.

―¿A su técnica de memoria le llama "palacio" mental?

―Así es ―ríe Watson.

Palacio ―musita ella para sí misma cuando se abrocha su largo abrigo gris―. Interesante.

Los compañeros dejan el edificio y suben a un taxi el cual les deja en un tranquilo pub en las cercanías del gran museo de Londres. El doctor presenta a sus amigos y los tres se disponen a conversar lúdicamente en un puesto cercano a la gran ventana que daba hacia la turística calle.

𝑽𝒂𝒕𝒊𝒄𝒂𝒏 𝑪𝒂𝒎𝒆𝒐𝒔 |𝐒𝐡𝐞𝐫𝐥𝐨𝐜𝐤|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora