14-Lie to me that you love me with all your heart

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parte 1

Paz. Calma. Saciedad. Satisfacción. Felicidad. Amor. Amanecer así deberia estar prohibido. Y probablemente lo este. En esta vida nada esta asegurado, lo he aprendido del modo más duro. Pero no quiero detenerme en eso ahora. No, ni ahora ni nunca. Quizás mañana. Quizás en la tarde.

Me levanto, y estiro mis brazos; cada musculo de mi cuerpo exige descanso. Demasiada actividad la noche pasada. Una sonrisa curva mis labios; es buen ejercicio. Él duerme enrollado en la sabana, abrazado a la almohada que yo ocupaba. El aroma al sexo, a la menta y a la miel se siente en el aire; la ropa desperdigada por doquier es evidencia de ello. No me importa, el desorden puede ordenarse; pero la paz no.

Recojo mi bata, y la anudo a mi cintura; aun es temprano, Orión no volvera hasta pasado el mediodia. Voy al placard a sacar una muda de ropa, un jean y una camisa beige, ropa interior y un par de zapatos de taco bajo; me apetece una ducha. Voy al baño, dejando la bata en el suelo, el agua tibia me abraza como una segunda piel. Dejo que el agua corra. Lavo mi cabello y lo aclaro cerrando los grifos. Me seco y me visto.

Mi estomago gruñe, y recuerdo que a fin de cuentas no cene anoche. Voy a la cocina a preparar algo de desayuno. Pongo la tetera en el fuego, y escucho un golpeteo en la ventana. Una pequeña lechuza con el ejemplar de El Profeta me avisa su llegada. Abro la ventana, haciendome a un lado para que el ave ingrese, le doy una golosina luego de que deposita el diario sobre la mesa, y sale por la ventana perdiendose en el horizonte.

Lo dejo alli, y rebusco en la alacena por el pan para tostar. Cuando estoy colocando el agua caliente en la cafetera es cuando noto el diario. Y es que lo habia olvidado totalmente su existencia, pasando por alto un detalle bastante importante. Yo no estoy subscrita al Profeta. No desde que volvi al menos, ya que no habia dado mi direccion y aun asi pocas personas sabian de mi regreso.

Me acerco dudosa a la mesa. Lo tomo en mis manos, y lo extiendo. Ahogo una exclamación y el aire abandona mis pulmones. Alli en primera plana, con letras negras y brillantes, el titual me dejo muda.

"Bellatrix Lestrange ha escapado de su cautiverio en la prisión secreta de Maffics. Se presume que su escape es un atentado orquestado por los pocos mortífagos aun libres"mas información páginas 21-28.

El miedo trepa por mi piel; erizando mi cabello, pues no es solo el titular lo que me aterra, si no lo que en letras rojas esta escrito bajo la imagen.

"Te cazaré a ti y a tu abominación; y desearas jamás haber abierto tus piernas con él. Pagaras por haber manchado su nombre; tu destino y el de tu cria estan escritos con sangre."

Me tiemblan las piernas, siento que el mundo da vueltas. La visión se me nubla y es que no me he dado cuenta que rompi en llanto al leer aquella amenaza. Orión. Mi hijo esta en peligro.

Despues de la guerra, cuando los juicios se llevaron a cabo; Bellatrix fue apresada en una nueva prisión mágica, supuestamente mucho mas segura que Azkaban. Supuestamente. Ella fue condenada a reclusión perpetua. No comprendo como logro escapar, ni como supo de Orión; ni como consiguio mi dirección. Siento mil preguntas dando vueltas en mi cabeza. Malfoy.

Malfoy es la respuesta. Malfoy es el culpable. Malfoy. Malfoy me engaño. Malfoy me sentencio a mi y a nuestro hijo a muerte. Malfoy. Pero ¿Por qué?. Él no sabia de la existencia de Orión, no hasta que yo lo enfrente ayer. No hasta ayer. La nota. Su ebriedad. Mil razonamientos cruzan mi mente, el olor al pan quemado me llena las fosas nasales. El olor a podredumbre, a mentira, a engaño, a traición. El dolor del desamor. De la mentira me queman el corazón. Debo salir de aqui. Debo buscar a mi hijo y huir. Busco mi varita en mi abrigo que deje colgado en el perchero tras la puerta. Un patronum a Ron, que no salgan. Que voy por Orión.

Voy al pasillo de los cuadros; saco uno en particular. Uno donde se ve de perfil mi abultado vientre de 8 meses; lo sostengo en una mano mientras con mi varita pronuncio un revelo. Una pequeña puerta, del tamaño del cuadro se abre en la pared. Agarro todos los papeles que se hayan alli; actas de nacimiento, documentos, dinero y demas cosas sumamente importantes que probablemente necesitemos Orión y yo de ahora en más.

Me limpio las las lagrimas con el dorso de la mano mientras pongo todos los papeles en mi cartera. El dolor y el miedo me cortan la respiración. Agarro mi abrigo y volteo. Sabiendo que lo que vivi 9 años atras no era realmente dolor. Esto es dolor; asi es como duele que te mientan cuando te dicen que te aman. Asi es como duele realmente cuando te rompen el corazón. Me desaparezco de ahi, sin dejar rastro, mas que mis recuerdos y un par de tostadas quemadas.

Ron no respondio mi Patronum; asi que me aparezco en la puerta de su casa. Ellos viven en el Londres muggle; cerca de donde vivio Harry mayor parte de su vida. Una casa pequeña de un piso, sencilla, simple. He venido en muy pocas ocaciones; a menos que sea para traer o llevarme a Orión, pues desde que volvi Lavender se comporta de modo extraño. Nunca fuimos amigas, y asumo que quizás le moleste como Ron se comporta con nosotros. Varias veces le he dicho a Ron que no se preocupe, que se encargue de su vida con ella, que nosotros siempre estuvimos solos. Pero no hay con qué darle; mi amigo es terco hasta la médula y temo que eso le genere problemas con ella.

Llamo a la puerta, pero nadie responde. Mi corazón se salta un latido, dos. Siento el aire atorado en la garganta. Golpeo una vez mas. Pero no hay respuesta, abro lentamente; tratando de no hacer ruido. Saco mi varita de mi abrigo y la aprieto fuertemente. Pase lo que pase debo actuar con cautela, alerta. Siempre. Alerta.

El recibidor esta desordenado, como si un huracan hubiera destrozado todo a su paso. Se me oprime el corazón, tengo un mal presentimiento. Avanzo lentamente, observando el caos a mi alrededor. Los sillones estan volcados, la mesa dada vuelta; la mochila de Orión esta abierta y todos sus juguetes tirados en el suelo. Siento las lágrimas quemar mis ojos, no quiero llorar, él esta bien. Él debe estar bien.

Avanzo por el pasillo donde estan las habitaciones; oigo voces en la recamara de Ron y Lavender. Una risita que me congela la sangre y un golpe seco. Me acerco despacio, cuidando de no delatarme. En este momento extraño la capa de invisibilidad de Harry. La puerta esta entreabierta, puedo ver a Ron tendido en el suelo, amarrado y amordazado al estilo muggle; Orión esta abrazado a él sollozando. Hay alguien de espaldas, esta hablando con alguien mas. Parece que estan discutiendo; pues una de las voces se eleva.

-Este no era el trato. Dijiste ellos; solo ellos. No que lastimarias a mi Won-Won - La voz de Lavender me crispa los nervios.

Y es que ahora logro comprender algo. Los silencios y miradas de Lavender; su trato totalmente bipolar cuando estabamos a solas o cuando Ron estaba en la habitación. Lavender ayudo a Bellatrix; no Draco. Lavender.

Disarm meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora