I D I O T A.-06.

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Lo he dicho, tendrá que venir conmigo a la playa porque bueno, es su castigo y además quiero saber mas de ella porque que me haya cortado cuando le pregunte porque la echaron de su antiguo trabajo me molesto un poco y sin embargo lo deje pasar puesto que ya estaba contratada y no es de profesional despedirla por una estúpida y pequeña cosa.

Ahora que la miro bien, tiene esa mirada desafiante que se a ciencia cierta que me volverá loca, se ve que no es alguien tímida por la forma en que me respondió, ni siquiera se a puesto nerviosa con la mirada que le he estado dando desde mi petición de ser mi acompañante para un divertido día de playa, ni si quiera soy mala compañía.
Es mas ahora mismo me a estado   dando una mirada igual o peor que con la que yo ahora mismo le he estado dando.

Y no negare que por primera maldita vez, me siento jodidamente nerviosa.

—No iré.-suelta tajantemente.

—Te despediré.

No lo haré. Por supuesto que no, aunque ella no lo sabe y Por su mirada se que la he asustado un poco.

—Bien.-se levanta del asiento.

Me quedo sorprendida por algunos minutos por su respuesta y luego antes que tome la perilla de la puerta de mi oficina la tomo de su cintura, dándole media vuelta y pegándola a la puerta. Tomo sus puños y los juntos enzima de su cabeza.

Sidney parece sorprendida, pero al instante su cara pasa a enojo.

Se mueve un poco y hace fuerza para soltar sus manos. Pero debe darse cuenta que sera imposible ya que he tomado 3 años de clases de boxeo como para que me gane una niña de 20 años.

—Sueltame.-exige.

—No lo haré princesa, dime que si y pensare si te suelto o no.-subo mis dos hombros quitándole importancia a mi comentario.

Frunze él ceño y gruñe enojada.

Suelto una de mis manos, pero sin soltar la otra y él agarre de sus manos encima de su cabeza. Mi mano recorre desde su lindo lisa y suave rostro hasta su cintura, siento como se tensa y por primera vez desde que entramos a mi oficina me siento con el control de la situación.

—Dime que si.-susurro en su cuello.—No te arrepentirás.

Su respiración esta siento irregular... ¿se esta excitando?.
Madre mía. Y para empeorar mas la situación me esta respirando en él oído, no princesa que estaremos en problemas si nos pillan aquí y tu sin ropa. Por que se que si siga con eso la desnudare.

—No..no.

—¿Mmm?.-beso su cuello.

—Te denunciaré.

Separó mi boca de su cuello y la miro incrédula con una de mis cejas levantadas. ¿Enserio lo digo?. Ingenua, tenga él suficiente dinero para que esa denuncia nunca llegue a su fin y puedan cerrar mi local puesto que se, que por algo hací lo cerrarían y eso para mi no sería algo bueno en estos momentos.

—Quiero verlo.-la desafío.

La quedo mirando un buen rato, su mirada esta en la mía sin bajarla o algo hací, me gusta esta chica, no es como las demás chicas tímidas como por ejemplo la buenorra de Heily. Ella si que es alguien tímida y eso puede llegar a fastidiarme solo un poco.

Sidney es.. ¿como decirlo? Es esa persona con quien podre saber que no es la chica fácil con la que tratar, como un caballo indomable y me encantaría de verdad domarlo.

Un suspiro de parte de ella me trae a la realidad. Creo que ese suspiro fue de derrota.

—Bien.-dice enojada al parecer consigo mismo.—Tu ganaste, iré contigo a esa estúpida playa.

Sonrió triunfante, ella baja su mirada por primera vez. Me siento un poco mal por haberla obligado pero me sentiría mas mal aun si estoy tocando él violín con mi hermano y Heily en la playa.

Miro sus labios y me hacerco a ellos y él echo de que ella haya subido su rostro me a trazado un poco de camino ya que la tengo aun mas cerca de mi boca.
Su respiración choca justo con mis labios entre abiertos y viceversa. Entonces como en un final de mal libro, los golpes en la puerta nos sacan del hechizo de coqueteo.

La suelto con mala cara, casi la beso, casi tocos sus lindos labios y pruebo su rico sabor. Lo que mas me gusto y de lo que me di cuenta es que ella no a puesto redención alguna a nuestro casi primer beso.

Nos separamos y Sidney camina hacia otro el otro extremo de mi oficina, lo bastante lejos para que no supongan nada, pero la persona que me conoce lo bastante bien sabrá que la estuve seduciendo. Miro de reojo a Sidney y parece avergonzada de lo que casi hicimos aquí dentro. Me gusta, me gusta verla hací.

Abro la puerta con lentitud y lo primero que veo es a mi hermano, mi miraba baja por su brazo, sus dedos están entrelazados con la mano de Heily, ahora que lo veo mejor parecen una verdadera pareja.

—Hola amor.-dice mi hermano.

Suspiro y gruño al mismo tiempo, lo dejo pasar y veo como su mirada recae en él culo de Sidney que esta de espaldas mirando por la ventana.
Él brevemente gira su cabeza y muerde sus labios, cerrando solo un poco sus ojos.
Frunso él ceño y niego con la cabeza, acercándome a su oído para que esto solo quede entre los dos.

—Mirala de otra manera maldito bastardo y juro que te corto los huevos.-sonrió con dulzura, sacándole luego la lengua como una niña pequeña.

Él solo ríe divertido y asiente con la cabeza. Ya mas tranquila y de haberle dejado bien en claro a mi hermano que Sidney Nose toca, mi mirada recae en Heily que no a parado de mirar a la chica que aun permanece de espaldas a nosotros.

La mirada de Heily para rara, por la forma en que su frente esta fruncida y sus labios en una fina linea. Me dice a la perfección que no le gusta para nada que yo este con otra chica y es estúpido claramente puesto que ella y yo no somos absolutamente nada.

—Sidney.-la llamo.

Ella se gira, su pelo vuela por los aires y juro por lo mas sagrado que lo he visto en cámara lenta y dios ahora me doy cuenta lo cursi que sonó eso, me debe estar afectando él no haber dormido este ultimo tiempo, si eso tiene que ser. Algo producto del insomnio.

Sidney mira a Heily y su rostro se desfigura, parece sorprendida al verla. Pero al ahora ver él rostro de Heily parece mas furia que asombro.

—¿Heily?.-pregunta sorprendida y sin creerse que la esta viendo aun.

—¿Se conocen?.-preguntó.

Espero que no, pero al decir Sidney su nombre ya me he dado cuenta que lo hacen, las dos chicas que me ponen hormonal y con canas de tener un Polvo con ellas se conocen, perfecto destino, me has cagado él juego que quería jugar.
Ahora tendré que elegir entre dos chicas totalmente estupendas.

—Es mi hermanastra.

Oh mierda.

Veo a mi hermano, para ver lo sorprendido que esta.. Pero no, él no parece para nada sorprendido. Es mas parece que ya sabia quien era Sidney al momento en la vio.

Pero ¿Que demonios me están escondiendo? ¿Porque estos tres parecen conocerse y soy yo la única estúpida que no sabe ni mierdas?

—Llamare a mis padres.-dice súbitamente Cristóbal.

Joder, ¿Todo él mundo sabe algo que yo no se? Que feo se siente ser excluida.

La idiota que me enamoró (Lesbianas).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora