13.

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Alonso y su mama terminaron de poner los platos en la mesa, la cena era lasaña como ya había dicho y afortunadamente me hizo caso en el hecho de hablar con su madre que no me sirviera tanta cena porque ya había comenzado en casa.

Todos fueron muy atentos conmigo a la hora de la cena, acepté solo una ración más pequeña para no ser grosera.

Toda la cena viví con el miedo de que la mamá de Alonso sacara el pastel de los 10 000 chocolates y me sirviera una ración enorme.

Afortunadamente Alonso se sentó a mi izquierda como lo había previsto así que no me sentía tan incomoda en ese aspecto, toda la cena fue en armonía.

El papá de Alonso no terminaba de hablar de su trabajo, todo lo que hacía del día a día y tampoco terminaba en el hecho de sentirse orgulloso de sus hijos.

La mamá de Alonso tan linda me dejo escoger mi ración de postre cosa que se me hizo lo mejor de la noche puesto que ya estaba más que llena pero las fresas con crema que había preparado se veían apetitosas y me di un gusto culposo y me las terminé.

Todos en la mesa reían hasta el pequeño Braulio que aunque lo haya regañado su madre al inicio de la cena tal vez, un par de veces se mostraba feliz y sin tomar importancia al resto.

El hermano de Alonso, Diego, era muy divertido toda la cena me hizo reír al contar sus anécdotas.

Cuando todos terminaron Braulio y Diego ayudaron a recoger la mesa y nueva mente no me dejaron ayudarles.

A Martín y a su papá les tocó lavar los trastes mientras tanto Alonso y yo nos sentamos en la sala de su casa yo aún con las fresas con crema que Alonso me había servido nuevamente al ver que me habían gustado.

— ¿Te gustó la cena?

— sí, la verdad es que estaba muy rica

— Sabía que te iba a gustar − sonrió

— pero lo que más fueron las fresas con crema, te juro que no me las quiero acabar.

— acábatelas ahí hay más si quieres

— No, es que sí quiero pero ya no me entra nada más.

Mi celular comenzó a sonar anunciando un a llamada sin detenerme saco rápidamente de mi bolsa el celular y veo que es una llamada de mi madre quien seguramente ya ha aterrizado y se ha extrañado el hecho de no tener un mensaje mío o alguna llamada perdida, decido no esperar más y contesto.

— ¡DIANA!

— Mamá, ¿qué pasó? ¿Está todo bien?

— sí, sí lo está. solo que me extrañó que no me mandaras mensaje ni tuviera una llamada perdida por parte tuya ¿Dónde estás hija?

— Ma es que yo... − ¿y ahora que le digo? Pensé. "Mamá vine a casa de Alonso a cenar con su familia, me salí sin tu permiso y sin avisarte"

¡NO! no le puedo decir eso! Explotaría y además ya no me dejaría salir con Alonso ya se lo que dirá. 'Te doy permiso y abusas de mi confianza' "¡dios! ¿Y ahora que hago?" Pero es que tampoco le puedo mentir.

— ¡Diana! ¿estás ahí? ¿Qué haces que no me respondes? − y por inercia me delató.

— Ma, es que Alonso me invitó a cenar a su casa. intenté llamarte y mandarte mensajes pero me decía que era imposible ni siquiera te llegaban y no sabia que hacer perdón sé que te falle.

— ¡Ay Diana! Pero sí sabes que no debes de salir de casa sin antes avisarme

— Sí yo lo sé pero es que no pude contactarte y Alonso seguía insistiendo y me dio mucha pena. perdona mamá no volverá a suceder.

THIS IS LOVE? » ALAN NAVARRO « EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora