Jupiter

882 110 2
                                    

Apreciabas las constelaciones, pero yo apreciaba tus lunares que, si los unía, podían formar constelaciones más preciosas que cualquiera que se encontrara en el cielo.

,,

Era tarde, y yo estaba allí, sentado en el suelo, mirando, como ella, el cielo.

De vez en cuando la observaba a través de las tablas de madera, esperando que quizás, me invitara a entrar a su jardín.

Sabía que eso no pasaría, ese pequeño lugar detrás de su casa era su santuario, nadie podía acercarse a él, a excepción de ella claro.

Esperaba que algún día pudiera mirar a través de su telescopio y sentir lo que siente cada vez que lo mira, y quizás que algún día me mirara como mira al cielo.

Cuando sentí un ruido en el jardín de al lado alcé la cabeza, y la vi observándome.

Su cara estaba pálida, las pequeñas pecas de sus mejillas se hacían más visibles hoy.

—¿Júpiter?–Preguntó ella en voz baja pero lo suficiente como para que lo pudiera escuchar.

Sonreí, sabía que me preguntaría.—Se trata del planeta que ofrece un mayor brillo a lo largo del año dependiendo de su fase. Es, además, después del Sol, el mayor cuerpo celeste del Sistema Solar, con una masa casi dos veces y media la de los demás planetas juntos.–Dije orgulloso de mi mismo.

Ella me miró sorprendida, pero habló tranquilamente.—Su nombre lo recibe por el dios romano Júpiter, Zeus en la mitología griega.

—¿Te gusta la mitología?–Me atreví a preguntar.

Ella se encogió de hombros.—Podría decirse que si.

Eso me hizo sonreír.

StarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora