VI. Perdido Y Encontrado

32 2 0
                                    



Pero aun así, luego de horas de búsqueda, de correr como un loco de lado a lado, sigo sin haberlo hallado, me detengo sólo unos instantes, tratando de calmar mi respiración agitada por la carrera, y es cuando suspiro hondo, que consigo notar en el ambiente mi propia esencia, mezclada con la de Natsuhi.

Lentamente me doy la vuelta, notando que estoy justo frente a un callejón oscuro porque, para mi mala suerte, la noche ya ha caído, aun así, entro agudizando los sentidos y tratando de percibir su presencia, nada, tan sólo he encontrado la ropa que llevaba puesta la última vez que nos viéramos, frustrado estrujo con fuerza la camisa entre mis manos. Vuelvo a suspirar, de nada sirve que me siga moviendo como vagabundo sin rumbo por la ciudad porque lo único que lograré es atraer la atención hacia mí y mi extraño comportamiento.

Fastidiado, regreso a casa, dándome cuenta de que antes de seguir buscando tengo que asegurarme de ser el único tras Natsuhi. Tan sólo por eso, al llegar al ahora vacío departamento, corro a mi habitación para preparar el pase de liberación de mi desaparecido esposo, dije que lo haría, pero no pensé que sería en una situación así, creí que sería en un momento durante el cual él durmiese cómodo y tranquilo, no como ahora, que después de colocarme de nuevo el disfraz de Cheshire y contactar a mi estúpida suegra, me dirijo a encontrarme con ella, para mentirle o más bien, para decirle lo que quiere escuchar.

Con pasos desganados me dirijo al parque donde hace más de una semana me encontré con ella, y al llegar, noto que ya está ahí, aguardando con un semblante serio. Suspiro casi imperceptiblemente, aprovechando que está oscuro, luego de entre mi ropa saco aquello que hará que mi plan no tenga fallo, y lo arrojo justo frente a ella.

-"¿Qué significa eso? Rastreador"- pregunta mirando sin expresión alguna hacia el mechón de cabello que corté sin permiso, maltratado y manchado de sangre, tan sólo atado con un trozo de la camisa que Natsuhi llevara el día que nos conocimos.

-"Que está hecho"- contesto seriamente, en un tono que no admite réplica alguna.

-"¿Cómo puedo saber que es verdad? Se ha tardado demasiado"- me contradice, gruño por lo bajo, tenía que haberlo pensado antes, que no sería nada sencillo tratar con mi maldita e indeseable suegra.

-"Eso fue porque usted envió estorbos a entorpecer mi trabajo, de todas formas tendrá que creerme, de mi nadie escapa"- miento, o no del todo, no recordando a la pila de patéticos cazadores con los que me topé.

-"Quiero ver el cuerpo"- exige, aprieto las manos en puños, si ya estaba fastidiado, ahora estoy pensando seriamente en matarla y terminar con esto.

-"Eso es todo lo que quedó"- digo en cambio, señalando la supuesta prueba de la muerte de Natsuhi –"Ahora págueme"- agrego cortante, no es por mí, es porque le debe a Natsuhi una retribución por todo lo que le hizo.

-"No hasta que..."-

-"Escúcheme bien, quiero mi dinero, y si insiste en negarme lo que por derecho es mío, entonces la mandaré al Abismo del mismo modo en que hice con su hijo"- suelto en tono amenazante, cada vez más molesto, deseando largarme de una buena vez.

-"Creo que sabe perfectamente que si me hace algo el Concilio irá tras usted"- me río sin poder evitarlo, no ante semejante defensa.

-"Yo no respondo ante el Concilio, ni yo ni los de mi tipo, así que mejor cállese y págueme, me está haciendo perder el tiempo"- siseo, esta vez enseñando mi arma, una que seguramente tanto mi inútil suegra como cualquier otro estúpido de su estúpida Sociedad reconocerían.

-"Es un..."-

-"¡Exacto! Y si se le ocurre mandar más estorbos en mi camino o decirle a alguien sobre lo que soy, iré por usted y todos los Lee y no quedara nada ni nadie"- vuelvo a amenazar, molesto por haber tenido que revelar mi identidad.

Luz En Mi OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora