Capitulo 4

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Tres semanas de instituto.

Nunca hubiera creído que tú, el chico que me ha hecho pasar tantas noches en vilo, pero que a la vez tantas noches de paz me a dado haya echo semejante acto.

Me has besado! Justo cuando daba todo por perdido, cuando, aunque no me guste admitirlo me iba a rendir, cuando al fin, después de noches llorando, de días imaginando como sería, cuando y como me sentiría...lo has hecho! Esto no lo olvidaré jamás pase lo que pase.

Creí haber imaginado a la perfección como sería, como se sentiría el tener tus labios sobre los míos pero...estaba claro que no me acercaba a lo que a sido en realidad.

Cuando entraste en el baño, mi corazón, como de costumbre cada vez que te tengo cerca se aceleró, y en el momento en el que me abrazaste por la espalda...el momento en el que, me rodeaste con tus brazos y me besaste la mejilla, dejando tus labios por unos segundos sobre ella...fue lo mejor. Pero la cosa iba a ir más allá, por una vez. Sin ser consciente aún de cómo tu estabas apoyado en la pared del baño, y estábamos hablando de tonterías entonces me acerque a ti y mordí tu mejilla, como tantas otras veces he hecho, pero esta vez cuando me fui a apartar me moviste el rostro y me mordiste tu la mía haciendo que me quejara como una niña pequeña hasta que me soltaste-en ese momento tenía que estar roja a mas no poder, notaba una calor en la cara, que no podía ser normal, que no se note, pensé- cuando al fin decidiste soltarme me masajee el rostro y te mire riendo y te vi. Te vi mirándome, con tus ojos brillando y mi mirada fue directa a tu sonrisa, esa sonrisa tan perfecta que hacía que solo quisiera estar más y más cerca...y entonces me sorprendiste, me cogiste de la cintura y en un rápido movimiento me tenias pegada a tu cuerpo, con tus fuertes brazos rodeando mi cintura y nuestros labios se juntaron. No sé que pasó, si fuiste tu o fue un impulso mio el besarte pero ahí estábamos, besándonos. Tus labios encajaban a la perfección con los míos y por un momento pensé que si me soltabas de tu agarre caería al suelo de lo mucho que temblaba todo mi cuerpo por tu contacto. En ese momento lo supe, quiero más de ti Marc. Necesito más de ti.

Siempre tuya, Ana

Palabras Que Nunca Te DiréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora