CARTAS PARA TI | Larry Stylinson

No Carta: "Louis"

Habían pasado una semana entera y Louis seguía sin responder la última carta dolorosa de Harry. E Isaac tenía planes a la tarde sobre un trabajo y luego, llegaría para la noche a cenar con Louis.

El castaño pudo encontrar polvo de suciedad por encima de la televisión.

—Estoy seguro que debería hacer una limpieza —musitó para él mismo—. Y ahora.

Se propuso en hacer una limpieza por toda la casa empezando por la televisión, el suelo y otras cosas.

Mientras lo hacía, corría los muebles para poder barrer mejor.

—Joder, qué sucio está esto —dijo y luego corrió el sofá—. Pero qué mierd-

Se hincó y juntó un bollo de papel. Frunció el ceño confundido cuando leyó el remitente y 10 de Mayo. ¿Era broma? Había pasado un mes de aquello.

—Pero qué hace esto aquí —se preguntó molesto.

Desdobló la hoja y leyó lo que decía; cada palabra que decía.

Ni siquiera notó cuando un sollozo salió de su garganta. La carta número 36 era completamente especial. Era de Harry y para él. No sabía como reaccionar al respecto porque sólo podía llorar de la emoción y del dolor que sentía de no haberla leído antes.

Ni siquiera podía creerlo.

Luego, pensó en Isaac y sus celos. Pensó y no pudo evitar reírse de la tristeza.

Leyó tantas veces la carta que había perdido la cuenta.

No pudo evitar golpear a Isaac cuando llegó a su casa. No pudo evitar romperle la nariz de la furia que sentía y gritarle por qué había hecho todo eso. Porque muy seguro que él tenía algo que ver.

—¡Louis para!

—¡Me lo ocultaste! ¡Me ocultaste la carta! ¡Y vaya a saber cuántas más! —le gritó quedándose sin voz y con lágrimas en los ojos.

 —¡Tú no lo amas! ¡Deja de pensar en él! ¡Pensé que me querías a mí!

Louis se cubrió los ojos con las manos y se quedó en silencio para poder sollozar en paz.

—Yo... yo sí lo amo. Yo sí lo quiero de verdad, Isaac —dice y levantó su rostro—. Dame la otra carta. Sé qué hay más.

—No... no... óyeme. No, por favor, Louis. No me dejes... —dice Isaac queriendo llorar y queriendo acercarse a Louis.

—¡Qué me des la otra carta! —exclamó molesto—. ¡Isaac!

—¡Qué no! ¡No hay más!

—¡No te creo! D-dame... —dijo en un hilo de voz—. Dame la jodida carta, Isaac.

Isaac lo miró a los ojos. Estaba asustado y se notaba.

Louis no podía más. Sentía tanto dolor y a la vez felicidad.

Por lo menos sabía algo.

De algo estaba seguro y era:

De que el amor de su vida lo seguía amando. Lo seguía queriendo y quería ser feliz con él.

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EUUUUUUUUUUUU, ¿y ahora? ¿mejor? mmm.

hasta acá llego por hoy, sigo mañana bebas.

espero que esto les esté gustando, lamento hacerlas sufrir <3. yo las adoro tanto <3333. me hacen reir con sus comentarios y muchas cosas más. me dan ternura ☺. de verdad.

ashi !!