cuarentaicinco

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-Gracias. –Lo abrazo y justo en ese momento entra mi madre a la cocina, ¿en qué momento entró a la casa? ¿Y cómo?

-Chicos, lo siento por arruinar su diversión pero debemos irnos, ¿tienen todo listo?

Me separo rápidamente de él y la miro.

-Sí.

Mientras Louis habla con mi madre yo me paro lavo la loza que ocupamos, pensando en qué podría hacer para alegrar o por lo menos animar un poco más a Louis, enserio quiero ayudarlo, quiero hacer algo para que se sienta bien, para que mejore.

Mi mamá se coloca a mi lado, cruzada de brazos y yo hago cómo que no noto su presencia y sigo con mi trabajo.

Carraspea la garganta y la miro.

-Louis fue a buscar las maletas.

-Ah. –Digo simplemente, pero no deja de verme con una expresión de seriedad en su cara.

-¿Qué pasa?

-Es hora de hablar.

-¿Hablar sobre qué?

-No te hagas el tonto, hijo, sé lo que tienes con Louis.

-Q-¿Qué?

-¿Qué son exactamente?

-Amigos.

-De todos estos años, nunca, te he visto abrazar a alguien así, hablarle así, ni siquiera apoyarlo de esa forma, ¿por qué Louis?

-Es mi amigo, un buen amigo, lo estoy apoyando en este momento que es difícil para él, ¿acaso eso está malo? Solo quiero hacer que se sienta bien.

-¿Confías en mí, Harry?

-Sí. –En realidad no sé si confío plenamente en ella, pero no puedo contarle sobre esto.

-Lo siento. –Pienso, sabiendo que ella nunca sabrá que pensé eso.

-Si sucede algo, ¿me lo dirás?

-Sí. –Ruedo los ojos, odio tener conversaciones serias con mi mamá, me pone incómodo.

-¿Lo prometes?

-Lo prometo. –Enserio, lo siento.

Me abraza y me veo obligado a responderle el abrazo. Me da un beso en el cabello y caminamos hacia el living, donde está Louis con las maletas esperándonos.

Salimos de mi casa y subimos al auto de mi madre, dejando nuestras maletas llenas de ropa sucia en el maletero.

El camino es silencioso y me muero de ganas de darle la mano a Louis, o besarlo. Pero sabiendo que mi madre está conduciendo no sería una buena idea hacer eso frente a ella.

Finalmente, llegamos a la casa de mi madre y estaciona el auto afuera, pero no baja.

-Iré a comprar unas cosas al supermercado, no me demoraré mucho. –Me pasa las llaves, me bajo, sacamos nuestras maletas y se va.

Cuando ya la pierdo de vista dejo mis maletas en el suelo y aprovechando que Louis está de espaldas frente a mí, lo abrazo por la cintura y le dejo un beso en el cuello.

Me separo de él y tomo mi maleta para abrir la casa y entrar.

A pesar de que el día esté nublado y frío, adentro está calentito.

Corro hacia mi ex habitación, abro la puerta y me tiro en mi cama. Cuanto la extrañaba.

Después de un rato llega Louis, mirándome raro.

Hermanastro ; Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora