Capítulo 1 (Editado)

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MADRID, 10:00 a.m

Las calles de esta capital ya estaban llenas de coches y de gente que salía a hacer ejercicio, a comprar, a empezar con su día a día, o a lo mejor a acostarse después de una noche agotadora... Como por ejemplo, una chica que iba tranquila y feliz paseando como si nada pasara a su alrededor y con una sonrisa de oreja a oreja. Su pelo rubio ceniza estaba recogido en un moño que se notaba de lejos que se lo había hecho sin mirarse al espejo pues le quedaban algunos mechones sueltos y le daba un aspecto informal, más libre. Llevaba unas gafas de sol cubriéndole esos ojos violeta que a no todo el mundo se los enseñaba, menos al chico de anoche.

Se llamaba Carlos.

Aún pensando en ese chico, avanzó por el paso de peatones sin mirar al semáforo, pero tuvo esa suerte de que justo se puso en verde y pasó desapercibida entre las demás personas.

Al llegar a su apartamento pocos minutos después, se encontró con la atenta mirada de sus amigas desde la cocina que pararon su conversación para recibirla.

- ¡Al fin llegas chica! - le dice la chica pelirroja a la rubia.

- Bueno que, ¿te lo has pasado bien esta noche? - Le pregunta la del pelo negro azabache con una sonrisa pícara.

- ¡Qué tontas sois, por dios! - les contesta con una sonrisa la rubia.

- Entonces, cuéntanos - dice la morena - que nos tienes en ascuas, Ainara.

- He conocido a un chico - dice Ainara.

La chica entra a la cocina de su apartamento y llega hasta la nevera para sacar una jarra muy grande de limonada.

- Vale - dice la morena - hasta eso llegamos, ahora si nos concederías el honor de seguir ya más que bien.

- No seas así Aroa - se queja la chica de pelo caoba que se encuentra sentada en el suelo con la espalda apoyada en la parte baja de la encimera.

- Si no nos lo quieres contar, no pasa nada - dice Esme, la chica de rizos pelirrojos - ya te lo sacaremos más tarde tranquila.

Las demás ríen mientras Ainara tira el bolso al suelo y se sirve un buen vaso de limonada.

- Oye - dice Ainara pensativa - ahora que caigo, ¿qué estáis haciendo en mi apartamento?

- Ups - dice Ana, la de pelo azabache - ya se ha dado cuenta.

- En fin, no contaré nada hasta esta noche que nos quedemos en casa de Aroa.

- ¿Y por qué en mi casa? - protesta la chica.

- Porque en casa de Esme y Ana nos quedamos ya la semana pasada, en la de Iraia la última vez que salimos y en la mía nos quedamos todo este fin de semana, guapa - le argumenta Ainara.

- Vaya vaya - dice Iraia, la chica de pelo caoba - te han pillado.

- Tengo hambre - dice Esme - ¿desayunamos en ese sitio que abrieron el otro día?

- Vale - contestan todas al unísono.

Salen de la cocina y empiezan a arreglarse los atuendos de anoche y el pelo. Cuando están listas, meten en sus bolsos las gafas de sol y cogen los cascos de las motos.

Al salir afuera se suben en sus respectivas motos y se ponen rumbo a la nueva cafetería.

Pero, para desgracia, encuentran tráfico.

- ¡Me voy a cagar en los putos atascos! - grita Aroa.

- Vamos a intentar meternos por donde podamos para ponernos las primeras al lado del semáforo - dice Ana.

Cuando consiguen pasar todas, empiezan a quemar rueda. Y eso solo significa una cosa. Carrera.

- Quien llegue primera al último semáforo que hay antes de ir a la cafetería gana - dice Aroa - quien pierda, pagará los desayunos.

Todas asienten.

- ¿Preparadas? - dice Iraia.

- ¿Listas? - dice Ana.

- ¡Ya! - grita Ainara.

MADRID, 9:55 a.m

- ¡Blas! ¡Devuélveme el móvil! - dice un chico de pelo negro.

- ¡No! Que seguro que durante este tiempo me habéis hecho fotos durmiendo y luego las subís a traición - dice Blas.

- Aah - dice un chico rubio de ojos azules - esas fotos las tengo yo, tú tranquilo.

- O yo - dice otro chico rubio haciéndose el misterioso - quien sabe.

- Tengo sueño - dice un chico moreno.

- Todos tenemos sueño, Álvaro - dice Carlos, el chico rubio.

- Pues tú no lo aparentas, chico - dice Dani, el chico de ojos azules y pelo rubio.

- Éste habrá dormido unas 4 o 5 horas - dice David, el chico de pelo negro.

- Ea, hoy la habéis tomado conmigo - dice Carlos visiblemente malhumorado - ¿y por qué suponéis que he dormido poco?

- Porque anoche te vimos que te llevabas a una rubia de la discoteca - dice Dani sacándole la lengua.

Todos ríen menos Carlos. Porque él está pensando en aquella chica. Le encantó todo de ella y se despidieron muy pronto para su gusto. Se intenta distraer intentando sintonizar con los 40 Principales mientras sus demás amigos siguen hablando del concierto de esta noche. 

De pronto, se escucha el ruido de unas motos viniendo a gran velocidad hacia el semáforo en el que están parados ellos. Las 5 dueñas de las motos se ven contentas y felices y se felicitan entre ellas.

- ¡Esme paga los desayunos! - dice una chica.

- ¡No es justo! - dice Esme - ese estúpido camión me ha cerrado el paso.

- Si si, di lo que quieras pero vas a pagar igualmente - le dice una chica morena.

Todas las demás ríen. Y él escucha su risa. La risa de una chica cuyo pelo rubio le sobresale del casco de la moto. Saca la cabeza todo lo que puede por la ventana para comprobar si es ella. Y efectivamente, lleva el mismo vestido que anoche y nadie en su sano juicio podría olvidar esas piernas tan blancas como las hojas de una margarita.

Carlos está indeciso, porque quiere salir del coche y empezar a hablar con ella, pero lamentablemente, el semáforo se pone en verde y las chicas dejan de hablar entre ellas para irse dirección a la cafetería. 

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¡Hola hola! 

Bueno quería aclarar a antiguas y futuras lecto@s, que lamentablemente si tenéis añadida esta fanfic no os notificará cuando reforme el siguiente capítulo -_-" jajajaj yo lo pondré en un estado y todo eso y si me seguís lo veréis :))

Espero que os empiece a gustar mucho la novela, jejeje. Si queréis que en el próximo capítulo ponga lo que ocurrió la noche en que Ainara y Carlos se conocieron, pido unos 10 votos y 10 comentarios ;)

PD: nos veremos pronto, i promise <3

PD2: me gustan las posdatas jejejej :)

xx imaginadora21

Colors (CANCELADA PERO RE-SUBIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora