Colors (CANCELADA PERO RE-SUBIDA)

Capítulo 8 (SIN EDITAR)

(Narra Esme)

- Mira Javi - me agaché hasta quedar a su altura - estos son los chicos del grupo que te gusta tanto!

Javi corriendo empezó a gritar y a abrazar a todos los chicos. Que mono. 

- Os quiero mucho, sois mis ídolos, en serio - gritaba Javi saltando de la emoción.

- Mira pero si tenemos aquí a un Auryner Boy jajaja - dice Dani.

- Pues sí, y estoy muy orgulloso de ello - dijo Javi con la cabeza muy alta.

- Eso está muy bien - dice Álvaro.

{...}

(Narra Aroa)

El verano va pasando. Las chicas, Javi y yo hemos decidido aprovecharlo hasta la última gota y hemos cogido las motos y hemos ido a Alicante. Pasaremos allí unas 3 semanas y luego... la verdad, no sé lo que haremos. Alquilamos un apartamento a 2 línea de playa para poder disfrutar y bueno, también para quitarnos todo el estrés de encima. Después de la llegada de Javi, no hemos vuelto a contactar con los chicos. Básicamente porque no tenemos sus números. Pero Ainara tiene el de Carlos. Ni me preguntéis como lo habrá conseguido. 

- Me voy a alquilar unas motos de agua - digo levantándome del sofá. A mi lado estaban Ainara, que estaba leyendo y Ana que estaba viendo vídeos de música en Youtube - ¿Quién se viene? - digo.

Ana levantó la vista del ordenador y susurró:

- Me parece que a las 4 de la tarde nadie tiene muchas ganas de salir Aroa - susurra en un murmullo casi inaudible.

- ¿Por qué hablas tan bajo? - digo yo.

- Porque Esme está intentando que Javi duerma un poco - dice bajito.

- Vale - digo buscando en mi maleta el bikini - entonces, ¿nadie se viene? ¿Ni Iraia?

- Iraia se ha ido desde esta mañana a nose donde a poder dibujar tranquila - dice Ainara con la vista fija en el libro.

- Amm... Vale, adiós chicas - les mando un beso en el aire a las dos y ellas me lo devuelven.

Salgo del apartamento con todo lo necesario y al entrar al ascensor, lo paro y me cambio allí. Ya lo sé, es un poco raro, pero me da igual. Me pongo el bikini, los pantalones grises claros de deporte una camisa de manga corta con el ombligo descubierto blanca y unas chanclas. Cojo las gafas de sol de la bolsa de deporte y guardo la ropa que llevaba antes. Lista. Pongo otra vez el ascensor en movimiento y bajo hasta el portal. Salgo y camino tranquilamente por las calles de Alicante hasta llegar a la playa. No hay casi nadie, solo una pareja en la sombra que parece que hablan acaloradamente, osea, discutiendo y un chico que mira el mar con mirada perdida. Mejor que no haya mucha gente, no me gusta ser muy observada. Fui al puerto de al lado de la playa y le pregunté al vigilante dónde estaba la tienda de alquiler de tablas de surf y motos de agua. Me lo indicó, le di las gracias y fui a donde me dijo tranquilamente. Enseguida un hombre de unos 50 años de edad me atendió:

- Buenas tardes, ¿qué desea? - me preguntó amablemente.

- Buenas, quisiera alquilar una moto de agua, a nombre de Aroa.

- Vale, me tendría que decir las horas que va a tener la moto en uso - me dijo.

- Hasta que gane a esta preciosidad a una carrera - dijo una voz detrás de mí. La reconocí casi al instante. Me dí la vuelta y ahí estaba él, con una sonrisa que enamoraba y mirándome de arriba abajo por encima de sus gafas de sol.

- Pues alrededor de 2 o 3 horas - lo ignoré por completo y seguí a lo mío.

- Serán 2 motos de agua por favor - dijo amablemente apareciendo al lado de mí. Dio todos los datos, cogí las llaves de la moto y cuando me iba a ir me agarró del brazo y me dijo al oído: